Narra Hayami.
¿Por qué me he abierto a él? ¿Y por qué aun no quiero despedirme de él?
Ambos no movemos ni un musculo, parece que no queremos dejar al otro. De alguna manera Masaki me dio confianza para compartir mi vida con él.
- ¿En dónde estabas, Hayami?
La voz que Kyo me trae de vuelta.
- Alguien atacó la base de La Armada, acompañé a Masaki.
- Siento las molestias que pudo ocasionar. - se disculpa Masaki.
Kyo niega con la cabeza.
- Me retiro. - me mira - Podemos hablar otro día si quieres.
Asiento y se marcha. Kyo abre por completo la puerta para que mi caballo pueda pasar.
Cuando estoy alimentando a mi caballo en el establo Kyo me mira con el ceño fruncido y los brazos cruzados, pero no me inmuto.
- ...
- ¿No me vas a decir nada?
- ¿Sobre qué?
- ¿De qué estaban hablando?
- De nada.
- Hayami.
Desvío la mirada.
- Sobre nuestros días en el orfanato.
Suaviza un poco la mirada.
- Confías en pocas personas para contar tu vida personal. - suspira - Perdón, creo que fueron celos de hermano.
Se me escapa una pequeña risa al escuchar que mi hermano está celoso.
- Descuida.
- Creo que no debí ponerme en ese modo, se ve que es un buen chico.
- Lo es.
- Hay que ir a descansar.
- De acuerdo, buenas noches, hermano.
- Buenas noches, hermana.
Voy a mi habitación, me alisto para dormir; al momento que mi cabeza toca la almohada duermo con el rostro de Masaki en mi cabeza.
Ocho meses después.
Narradora omnisciente.
- ¡Hey! ¡Por aquí! - Masaki llama la atención de una bestia corrompida de mediano rango que intenta atacar a una familia.
Hayami utiliza la distracción para derribar a la bestia con su espada.
- ¡Lay, por el amor de Dios, suéltame! - le grita Kaelan sosteniéndose del borde al más joven, quien se encuentra colgado de él para no caer del edificio donde fueron atacados.
- ¡Kaelan voy a morir si me suelto!
- ¡Crea tu escudo de burbuja para amortiguar el golpe, genio!
- Ah, no se me había ocurrido. - dice dándole una sonrisa culpable. Se suelta del pelinaranja y cuando está a unos metros de tocar el piso crea su burbuja y rebota varias veces antes de que desaparezca y caiga de cara.
- ¡Estoy bien!
Mientras tanto Jackeline y Joseph pelean espalda con espalda siendo rodeados por tres bestias de mediano rango.
- Luego de esto deberíamos tener una cita, nena.
- ¡Joseph, concéntrate!
Pelean con las bestias y logran someterlas, pero de la nada una cuarta salta en dirección a la rubia. Por suerte Joseph es rápido y la salva antes de que sea golpeada.
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La Orden de los Caballeros Diáfanos
RandomSi tuvieras un poder sobresaliente, ¿lo esconderías? ¿O lo usarías para ser superior a los demás? ¿Eres capaz de perdonar y volver a confiar? ¿O esa herida nunca se cerrará? En un mundo lleno de bestias corrompidas, ellos son los más fuertes de sus...