CAPÍTULO VII

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Narra Kyo.

Unos Soldados me tienen en el suelo reteniendo mis movimientos. Ver como se llevaban a mi hermana hizo que una furia inmensa corriera por mis venas.

Nos estamos quedando cortos, ya varios Caballeros fueron derrotados por La Armada.

Cuando parece que hemos perdido, se escuchan otros caballos llegando. Rafael se acerca junto con otros Caballeros de mediano rango.

- Te estabas tardando, Rafael. - le reclama Kaelan.

El nombrado solo rueda los ojos y me ayuda con los Soldados que tengo encima.

- ¡ITSUKI!

Escucho gritar a Kimura. Abriéndome paso con mi espada y mis poderes voy a la dirección donde provenía el grito.

- Itsuki...

Susurro al ver su cuerpo inerte rodeado de un charco de sangre a lado de varios escombros de una estructura. Voy corriendo hacia él, lo tomo en mis brazos y le tomo el pulso.

- No...

No tenía pulso.

Está muerto.

Kimura se apresura a mi lado y me quita el cuerpo de Itsuki.

- Itsuki, despierta. ¡No, por favor! ¡Hermano, despierta!

Trata con desesperación de que su hermano abra los ojos, aun sabiendo que es imposible. Llora a gritos, mientras que yo estoy paralizado. Un nudo se forma en mi garganta al ver que no pude proteger a mi familia. La culpa es tan grande que incluso este lugar abierto es sofocante.

Una fuerte explosión de otro edificio nos llama la atención, vemos como tal edificio empieza a derrumbarse quedando solo en escombros. Cuando se disipa todo el polvo que provocó, vemos a Hayami rodeada en su escudo de burbuja, muy lastimada.

Cuando voltea en nuestra dirección, sus ojos van de mí a Kimura e Itsuki. Su respiración ya acelerada se entrecorta, a paso lento se acerca. Se ve destrozada, no sé con convicción si esas heridas son las que lleva en su cuerpo o en su corazón.

Narra Hayami.

Me arrodillo lentamente cerca de Kimura, se aferra a Itsuki como si tratara de mantener su alma todavía aquí. Una escena que me desgarra el alma.

Fallé.

Fallé en protegerlo, sin mencionar que casi establezco una relación con el causante de todo esto.

Demasiada información que digerir.

Demasiadas emociones que controlar.

Demasiadas heridas que soportar.

Intento acercarme al cuerpo de Itsuki, pero Kimura me da una bofetada en la cara.

- ¡No te le acerques!

Kyo se pone frente a mí.

- Tú también... - su voz está cargada de odio - No hiciste nada. ¡Lo dejaste morir!

Ambos cargamos con la misma culpa al no poder evitar todo esto.

El capitán Aldrich ve la escena y entiende al momento. Va en dirección los escombros y encuentra el cuerpo sin vida de Masaki.

Dos personas.

Dos personas importantes en mi vida acaban de perder la vida... y no pude hacer nada para evitarlo.

No quería matarlo, no sabía el alcance de mi poder, pues era la primera vez que lo uso. Si hubiera existido una forma pacífica de arreglar las cosas, desearía que hubiera sido así.

La Orden de los Caballeros DiáfanosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora