~Pareja Destinada~

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       (NAGISA)

El sol empezaba a ocultarse, dándole la bienvenida al atardecer. Era momento de buscar un lugar la cual descansar, no quería arriesgarme a que animales salvajes lastimaran a mi hembra.

Claro que eso no era un problema para mí, ya que aún seguía en mi forma de lobo.

Por suerte Kayano había encontrado una cueva, para pasar la noche.

Una vez que estuvimos cómodos y hayamos cenado unos peces, que había cazado en un río no muy lejos en donde estaba la cueva. Duramos un tiempo estando en completo silencio, asta que ella hablo.

- ¿Cuando volverás a tu forma humana?- pregunto mi compañera.

" Cuando tenga privacidad"

Pensé, por suerte robe algo de ropa al momento que estábamos escapado de ese pueblo, ya que imprudentemente cambie mi forma destrozado toda mis prendas.

Me salí de la cueva con la intensa mirada de Kayano.

- espera, ¿A... Adónde vas?- decía temerosa.

La mire de reojo y le indique con un movimiento de cabeza que estaría en aquellos arbustos.

- oh, necesitas privacidad para cambiar de forma.

Asentí con la cabeza dándole la razón, sin décirnos nada más me dirigí hacia los arbustos.

Cambie de forma y volví hacer humano, mi cuerpo estaba desnudo. No quería dejar a mi mujer sola así que me dispuse a cambiarme lo más rápido posible.

Una vez vestido salí de los arbustos, encontrándome a Kayano con un sonrojo en su mejilla y con los ojos abierto como platos.

Me acerqué a ella y me senté a su lado, claro a una distancia prudente. No quería incomodarla ni nada de por el estilo, la mire a la cara haciendo que nuestras miradas se encontrarán.

- ¿C... Como te llamas?- pregunto curiosa y algo tímida- ¿Por que me salvaste?, ¿Que eres?, ¿Me vas a lástimar?.

Mi cerebro casi hace corto circuito con tantas preguntas, pero aún así respire con tranquilidad, para luego dedicarle una sonrisa sincera y responderle.

- me llamo Nagisa, soy un hombre lobo y no, no te voy a lastimar.

Respondí casi todas sus preguntas, aún que estaba teniendo una lucha interna si decirle o no decirle el verdadero motivo, por la cual la había salvado de las garras de esos asqueroso hombres.

- un placer Nagisa- dijo con amabilidad- pero aún no contentas mi otra pregunta.... ¿Por... Por que me salvaste.

Me calle un momento dudando sin contarle o no la verdad, de que ella es mia, mi hembra.

No quiero asustarla, pero tampoco le quería mentir.

- te salve porque tú eres mi pareja destinada, eres mi Mate.

Conteste al momento en que la miraba directamente a sus ojos, con seriedad para que supiera que no estaba jugando.

Ella tenía los ojos abierto como plato, mientras tenía la boca medio abierta claramente sorprendida. Le acababa de soltar algo totalmente delicado, entiendo su reacción.

- pe.... Pero yo no te conozco, ¿Pareja?, ¿Es eso posible?.

Sabía que le costaría creer un poco en mi palabra y que dudaría de mi, seguro que en estos momento estará pensando de qué esto debe de ser una broma.

- se que es algo difícil de creer- dije soltando un suspiro- pero es la verdad, no te obligare a nada y si quieres que nos conozcamos por mí está bien.

nuestra uniónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora