~el rescate~(Final)

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Frío, era lo que sintió Karma al momento que recuperaba la conciencia. El pelirrojo miró por los lados viendo que estaba en una habitación blanca, lo último que recordó fue que el maldito de Haru, entro en la habitación en donde el se encontraba.

Le dijo una que cuantos insultos y maldiciones hacia el, eso no le molestó en lo absoluto, lo que le enfureció fue que entre aquellas maldiciones nombró a su mujer.

Eso bastó para que el pelirrojo lo intentará matar. Pero no logro siquiera ponerle un dedo encima, gracias a una descarga eléctrica que había recibido.

" ¡Manami!"

Pensó con temor, al recordar que Haru había descubierto a su sobrina.

Karma empezó a buscar el olor de su hembra, por un segundo el pelirrojo pensó que su nariz le estaba fallando, ya que el olor provenía de una de las paredes blancas que estaba a su derecha.

Pero rápidamente saco ese pensamiento al notar el olor de Nakamura, que estaba a su izquierda.

"¡¿Que demonios está pasado?!"

Gruñó vuelto en furia, jalando las cadenas, intentando con todas sus fuerzas romper las estúpidas cadenas sin éxito.

"Demonios son de plata"

Pensó con frustración al sentir como se le quemaba la piel, con cada esfuerzo que hacia por romperlas.

Karma cambio su forma lobo a la de un humano, dándose cuenta que estaba totalmente desnudo, pero poco le importaba, lo único que quería saber era el estado de su pareja.

- ¡¿Donde esta?!, ¡Da la cara maldito bastardo!- molestó, furioso. Exigía saber o ver a su hembra, necesitaba saber que está bien- ¡Haru!.

Pero sus reclamos y gritos no eran escuchados.

- ¿Karma?.

O al menos eso era lo que él creía.

- ¡Manami!, ¿Estas bien?.¿te hicieron daño?.

- no estoy bien- respondió tranquilizandolo- dime, ¿Te encuentras bien?.

- si tranquila me encuentro bien.

Sollozo fue lo que el pelirrojo escucho, su mate estaba llorando. Eso le causó un fuerte dolor, oler esas horas saladas recorrer la mejilla de su mujer le dolía. Dolía más que esas estúpidas cadenas echas de planta.

- hey, hey tranquila, todo estará bien.

- no, no lo está. No pude cumplir mí promesa- sollozo- los siento, perdóname Karma yo..... Lo siento.

- no tengo nada de que perdonarte- respondió con voz suave, tratando de tranquilizar a su mujer- te amo, te amo. Se que lograremos escapar de aquí.

Los llantos de la chica habían cesado, tranquilizado el corazón del pelirrojo.

- aww, pero que tierno.

Hablo Haru en forma sarcástica dejándose ver por el cristal. Karma volvió forcejear con las cadenas, en un arrebato de enojo. Para luego gemir de dolor, por el ardor que volvió asentir.

- es hora de comenzar con mi pequeño castigo.

Una sonrisa malvada pareció en la comisura de los labios del tío de la azabache, Karma seguía viéndolo con odio y rencor.

Pero también reflejada el miedo que tenía, ¿Como terminara todo esto?. Era el pensamiento que cruzó por las mentes del pelirrojo y la azabache.

10:50am, el juego a comenzado.

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