nuestra unión

~Acepto~

     

          (Megu)

Cinco días había pasado desde que empecé a Salir con Isogai, y la verdad no tengo ninguna queja de el, ya que siempre me demuestra lo mucho que me ama y respeta.

Es tierno y un poco celoso, en realidad muy celoso.

Mi cuñado le consigo un trabajo a Isogai como camareroe en un restaurante. Isogai atraía todas las miradas de las chicas, pero el ni se molestaba en aprestarles atención cada vez que una de ella le coqueteaba.

Era como si el solo tuviera ojos para mí.

Un día cuando Isogai y yo teníamos una cita, el me permitió apreciar su parte lobo, al principio tuve algo de miedo.

Pero ese miedo desaparecio poco a poco, sabía que no me iba hacer daño.

Ese día me sentí como una niña chiquita, jugando por el prado. Claro, con la diferencia que corría y jugaba con un lobo que resulta ser mi pareja para toda la vida.

Sonrió al recordar eso momentos.

Me encontraba saliendo de mi trabajo como cuidadora de niños, era un trabajo que me gusta ya que la mayoría de la gente del pueblo trabajaba mucho, o aveces viajaban a la ciudad por cosas de trabajo.

Hoy me había tocado cuidar el hijo de Asano y Sakura Gakushuu mientras que ellos salían a una cita, el pequeño Kei. Era un niño tranquilo y educado no daba muchos problemas.

- Mmmm, creo que hoy haré curri para cenar- murmuré para mí mientras veía en mis manos la bolsa con los ingredientes- Isogai le encanta que le prepare ese platillo.

Caminaba con una sonrisa, saludando algunos que otros vecinos y desconocidos por educación.

Decidí pasar por el trabajo de Isogai para avisarle que me iba a casa, no quería que se preocupara. Al entrar adonde trabajaba mi pareja, tuve que admitir que sentí un pequeño malestar al verlo otra vez rodeado de mujeres.

"¡Y eso que todos saben que el y yo estamos saliendo!" pensé al momento que dejaba escapar un suspiro.

- vamos no seas malito, sal comigo, como crees el saldrá conmigo- era los comentarios de una rubia, Castalla y pelimorada.

Lo único que hice fue rodar lo ojos con cansancio.

- lo siento señoritas, pero tengo pareja así que les pido que me dejen en paz por favor- sonreí al ver como las rechazaba con respeto dando una reverencia.

Las tres mujeres lo miraron perpleja, para luego sonreirle.

- vaya esa chica es afortunada, nunca nadie nos había rechazado con educación, de acuerdo te dejaremos en paz- y sin decir nada más las chicas lo dejaron tranquilo.

Quise acercarme pero no quería molestarlo, de seguro no se había dado de mi presencia.

Pero que equivocada estaba.

Una vez que intente irme, sentí como alguien me abrazaba por detrás, obviamente sabia que era el.

- pensabas irte sin saludarme o  despedirte de mi- me susurró al oído.

Mordí mi labio inferior al sentír un cosquilleo y una corriente eléctrica, recorrer todo mi cuerpo.

- lo siento, no quería molestarte- respondí algo nerviosa por su cercanía.

- Megu, está noche tengo algo muy importante que decirte- dijo, al momento que me volteaba para quedaráme a sentimientros de su rostro.

- de acuerdo, entonces te veo en la noche- dije mientras que el acortaba la distancia para así unir nuestros labios.