Rodrigo De Paul II

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Rodrigo De Paul e Isabella, Jefa de prensa de la selección. Relatado por ambos. Segunda parte.

Rodrigo

No se sí lo que estaba sucediendo en este mismísimo momento era algo bueno o malo. Mi conciencia dice que tiene un poco de ambos; por un lado, le estoy siendo infiel a mi actual pareja, malo; y por otro lado, me estoy sacando las ganas que le tenía a Isa hace un montón, mucho antes de estar con Martina, bueno.

- Isa, ¿estás segura de que queres esto? - pregunto para no seguir mandándome cagadas. La veo dudar pero asiente con la cabeza sin despegar sus ojos de los míos

- ¿Vos estás seguro? - me re pregunta.

- Si, yo no dudo de las cosas - le contesto y antes de que pueda dar alguna de sus contestaciones altivas, la beso profundamente agarrándola de la cintura para subirla a la barra de la cocina.
Sin dejar de besarla, agarro los pliegues de su blusa y la levanto, teniendo que separar nuestras bocas para que esta termine de salir. Cuando Isa queda en corpiño, me quedo admirando las maravillosas tetas que tiene, tengo que admitir que les he dedicado alguna que otra paja cuando he estado en el predio.

- ¿Te gustan? - pregdice para sacarme de mis pensamientos.

- Si... mucho - la acerco hacia mí para deleitarme con sus erectos pezones y de su boca sale de una especie entre gemido y jadeo. Por dios, ¡qué fantasía de mujer! Nunca había escuchado a nadie gemir de esa manera tan sensual. - Isabella... ¿Queres volverme loco? - digo acercándome a su oreja para decir con voz ronca - Mira - le muestro lo que provocó entre mis piernas - No aguanto más, necesito estar dentro tuyo y sentirte de todas las formas.

- ¿No te molesta serle infiel a tu nueva noviecita? - dice con una sonrisa sarcástica.

- Mmmmm... - digo con la boca llena de su pecho. - ¿Quién? - sonrío. Ella también rie y me hace seña para que le saque los pantalones que tenía puestos, y eso hice. Los tiré por algún lado de la cocina, y empecé a besar entre sus tetas bajando hacia su monte de venus, donde todavía llevaba la tanga puesta.

- ¿No es un conjunto muy sexy para una entrevista laboral? - pregunto risueño.

- Te juro que - se interrumpe con un gemido a causa de la lamida que di en su sexo sobre sus bragas. - Te juro que me tomaste por sorpresa, jamás me hubiese imaginado terminar así - mientras miro hacia arriba, entre sus piernas, me dice - Si lo pienso dos veces seriamente, nunca me acostaría con alguien como vos.

- Entonces no lo pienses dos veces, cielo - y agarro el borde de su ropa interior para dejarla completamente desnuda a mi merced.

Empiezo dando suaves caricias circulares sobre su clítoris, y ella se agarra de la manija de una de las alacenas para soportar mis atenciones. Luego incorporo mi lengua que arrastra su excitación sobre todo su coño.

- Ay, si... asi... - gime gustosa y aprovecho para introducir dos dedos en su resbaladiza entrada, sin dejar de desatender su clítoris el cual circulo con mi hábil lengua. Ya no solo gime, si no que grita mi nombre, lo cual, por un lado es un placer para mis oídos, y por otro, es una tortura para mi verga, la cual pide ser liberada.

- Masturbate mientras me la chupas - ordena respirando agitadamente y mira para abajo chequeando que le haga caso.

Sin separar mi boca de su intimidad, me bajo el pantalón con mis manos y dejo que mi miembro salte erecto de entre mis piernas.
Empiezo a acariciar mi falo al mismo ritmo que le chupo la concha al mujeron que tengo enfrente mío hasta que escucho mi teléfono sonar, me paro abruptamente pero sin dejar de acariciar con mi mano la excitación de Isabella.
Antes de ver quien me estaba llamando intentando interrumpir este maravilloso momento, le doy un beso a Isa para que pueda sentirse a ella misma en su boca. Cuando veo la pantalla del teléfono, noto que la llamada entrante es de Tini, mi novia, y en vez de cortar, elijo atender.

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