Narra Leah:
Leah: Aonung ya hemos llegado-dije mientras aterrizaba en una de las montañas aleluya-
Aonung: ¿Cuánto he dormido?-dijo abriendo los ojos lentamente-
Leah: Durante todo el viaje, debes de esperar aquí
Aonung: ¿Me vas a dejar solo?
Leah: Tengo que asegurarme de Norm y Spider estén en la otra montaña
Aonung: No tardes-me dio un pequeño beso-
Leah: No lo haré-monté en mi Ikran para volar rápido-
En cuanto llegué estaba todo vacío menos la sala donde el cuerpo de la madre de Kiri yacía. Spider al verme a lo lejos vino corriendo hacia mi y abrazarme.
Spider: ¡Leah! Que bien volver a verte
Leah: ¿Los demás están en el pueblo?
Spider: Si, cuándo os fuisteis todos volvieron a irse al pueblo. Norm y yo venidos a veces y justo nos has pillado
Norm: Leah, ¿qué te trae por aquí?-dijo dándome un abrazo-
Leah: He venido con un Na'vi del arrecife, un Metkayina. Norm no quiero nada de intentar hacerle un escáner
Norm: Lo prometo
Spider: ¿Y dónde está?
Leah: Quería asegurarme de que no habían otros Na'vi, por cierto. Es mi novio
Norm: ¿Novio? Como creces-dijo sonriéndo-
Leah: Enseguida vuelvo-monté otra vez en mi Ikran para volver con Aonung-
Aonung: Dijiste que no ibas a tardar
Leah: No tardé, vamos sube-me hizo caso-
Aonung: Las vistas son preciosas-dijo riendo-
Leah: Lo sé-me giré y vi que sus ojos no miraban a las vistas- ¡Aonung!-le pegué en el hombro-
Aonung: Perdón perdón, pero no hay nada que ya no haya visto
Leah: Aonung por favor-dije escondiendo mi sonrojo-
Aonung: Hermosa-dejó un beso en mi hombro-
Llegamos hasta Spider y Norm, quienes miraban a Aonung sorprendidos.
Leah: Chicos él es Aonung, mi novio. Aonung, ellos son Spider y Norm-lo señalé-
Aonung: Es un demonio del cielo-le gruñó-
Leah: Tranquilo Aonung ha crecido conmigo desde que éramos pequeños, es inofensivo
Spider: Gracias-reí ante su cara-
Norm: Podéis quedaron en tu antigua tienda Leah, nosotros estábamos apunto de irnos
Spider: Tenéis comida en la nave
Leah: Gracias, ha sido un placer volver a veros
Norm: Adiós chicos-se despidieron y de fueron-
Aonung: Ese Spider no me cae bien-me abrazó por la espalda-
Leah: Es muy amable y divertido, te caerá bien. Aunque conociéndote no mucho
Aonung: ¿Qué vamos a hacer?
Leah: Te llevaré hasta el árbol de las voces
Aonung: Quiero ver el lugar de los Ikran
Leah: Te puedo enseñar a montar uno
Aonung: No quiero morir gracias-dijo volviendo a mi Ikran-
Leah: Agárrate-dije para volar más rápido disfrutando de volver a estar en mi hogar-
Lo llevé hasta el hogar de los Ikran pero aterricé dentro de la cueva, para que mi Ikran descansase.
Leah: Sígueme, ten cuidado-dije caminando para salir de la cueva y ver a muchos Ikran-
Aonung: Wow, hay muchos juntos
Leah: Aquí es donde venimos antes de entrenar como guerreros, para vivir aquí todo Omaticaya necesita un Ikran. Que volará con su jinete durante toda la vida
Aonung: ¿Y dónde está última sombra?
Leah: En el cielo, caza a los Ikran por lo que a veces tenemos que huir de él
Aonung: Se hace de noche
Leah: Te llevaré al árbol de los susurros
Aonung: ¿Podemos ir por tierra? Quiero ver el lugar de cerca
Leah: Claro, pero no te separes de mi
Durante el camino Aonung admiraba el lugar, las plantas y arbusto que brillaban en la oscuridad. Llegamos hasta el árbol de los susurros y Aonung me miró esperando a que hablase.
Leah: Creando el vínculo con las lianas, podemos escuchar los susurros y voces de nuestros antepasados-dije creando el vínculo, seguida de Aonung-
Aonung: Escucho las voces-me miró sonriendo mostrando sus colmillos-
Leah: Tienes una hermosa sonrisa
Aonung: No digas tonterías-se acercó a mi para agarrar mi cintura-
Leah: No digo tonterías-pasé mis manos por su cuello-
Aonung: Mañana nos caerá una buena bronca
Leah: Me da igual, me alegra que mi pueblo natal te guste
Aonung: No mentías con que era hermoso
Leah: Jamás mentiría acerca de este lugar
Aonung: Una preciosa Omaticaya
Leah: La única que has visto
Aonung: También he visto a Kiri-le miré seria- Pero yo no la quiero a ella, yo ya he elegido
Leah: ¿A quién?-dije haciendo como que no sabía-
Aonung: A una preciosa Omaticaya con la que me enamoré desde que la vi, que se robó mi corazón cuándo llegó a la isla
Leah: Y esa es...
Aonung: Leah Sully-sonrió- Estabas deseando de que dijera tu nombre
Leah: Por supuesto
Aonung: Eres tan hermosa-dijo a centímetros de mi-
Nuestros labios rozaban entre si, sintiendo nuestras respiraciones combinarse.
Aonung: ¿Me permites besarte?
Leah: No lo preguntes-sonreí contra sus labios-
Nos besamos dejando que las ramas del árbol fuera lo único que nos iluminase.