Una vez con mis armas seleccionadas y colocadas correctamente, sigo a Vivien por la cubierta del barco hasta un pequeño trozo central donde observo a varios piratas de diferentes edades entrenando entre ellos.
- Te presento a Dax, se encargará de enseñarte a utilizar las armas- me explica Vivien señalando a un hombre de no más de treinta años que se encuentra desmontando una pistola-.
Me acerco hasta el hombre junto a la pelirroja y dejo que me presente como la nueva grumete del barco, dejándome acto seguida junto a Dax para ella irse.
-Bueno señorita, se te ve muy fina y delicada, espero sepas donde te has metido, porque ya no hay vuelta atrás- me sonríe mostrando sus dientes-.
- No estoy por elección, pero no voy a morir tampoco- respondo segura-.
- Eso está por verse- me responde en un tono de burla-.
Ignoro lo que me responde y espero paciente sus indicaciones. Una vez se pone en pie me doy cuenta de que no es mucho más alto que yo, pero si corpulento. Lleva el castaño pelo bastante corto a juego con los ojos oscuros y me mantengo recta mientras gira alrededor mío, evaluándome.
- Recta- dice a la vez que me da una palmada en la espalda baja haciendo que me estire-. Hombros atrás- continúa empujando mis hombros-. Cabeza en alto, demuestra seguridad y confianza-termina-.
Hago caso a sus indicaciones y veo como asiente en conformidad con la postura que coloco. Acto seguido hace que desenvaine mi sable, pero me detiene al momento, alegando que mi forma de proceder es incorrecta. me hace volver a repetir el gesto otras dos veces para terminar explicándolo.
- Agárralo con delicadeza, no de forma brusca, imagina que es una extensión de tu brazo, haz el movimiento con fluidez que no sea tan rígido señorita- termina para ver como lo hago-. Bien, ahora intenta hacerlo más rápido. Más preciso. Añádele ese movimiento de muñeca para hacerlo girar y quede recto a tu cuerpo- continúa-.
Hago lo que me indica y dejo que me ayude a mover bien la muñeca hasta conseguir un movimiento bastante bueno. Una vez conforme me hace colocar frente a él y explica rápidamente el ejercicio: desenvainar y desarmar al rival.
Lo miro, agarro el mango, pero no hago movimiento ninguno, intento desenvainar, pero Dax ya a golpeado mi mano haciendo que suelte el sable. Lo agarro del suelo y me posiciono de nuevo, desenvaino otra vez e intento golpearlo, pero de nuevo la fuerza de su contraataque hace que se me caiga. Una vez más lo agarro y desenvaino, esta vez él me ataca y yo lo bloqueo, pero sigue haciendo fuerza hasta que se me resbala de los sudados dedos.
- Detente, tienes una pésima posición, imita mis movimientos- me señala colocándose a mi lado-.
Desenvaina el sable y le sigo, me señala que adelante la pierna derecha, con la que sujeto el arma y apoye mi peso en ella para poder moverme e impulsarme con la izquierda. Me explica como debo bloquear los ataques. Puedo bloquear a la vez que me voy al lado contrario del filo o bien con el arma cruzada agarrando con ambas manos y de igual manera en una posición que me aleje del arma.
Después continuó explicándome que podía atacar a la zona del cuello, pecho, brazos y piernas. Piernas era la más sencilla de realizar, movimiento rápido y bajo. Y todos los podía realizar o cruzados o estocada. Me hizo repetirlos constantemente hasta no poder con mis brezos.
- Por hoy está bien señorita, mañana al amanecer te quiero aquí de nuevo junto a tus armas- se despidió Dax mirándome de arriba a abajo antes de dar media vuelta y dirigirse a otra zona del navío-.
Una vez me quedo sola voy hasta el comedor en busca de la ración del mediodía con esperanza además encontrar a Vivien. Entro y veo como ya hay personas sentadas en mesas, pero no veo a la chica que busco. Me acerco a la pequeña barra y agarro en un plato un trozo de pan y otro caldo, pero esta vez de patatas. Me encamino a una mesa y tomo asiento entre los dos primeros piratas que veo, ya que no hay ninguna mesa libre como en la mañana.
- Asique tu eres la supuesta princesa que busca a su hermana, la reina del mar; tampoco eres tan temible- dice el hombre frente a mí-.
- ¿Acaso vas a sobrevivir a la primera batalla?-continúa otro-.
- Tranquilos hombres, ninguno de vosotros entro en este barco sabiendo utilizar un sable, es su primer día, dadle tiempo y se volverá en alguien fuerte y peligrosa- dijo Vivien llegando a la mesa con un plato tomando asiento-. ¿Verdad Grace?-.
- Pues claro, en un futuro yo también sabré pelear incluso mejor que muchos- me defiendo con un tono no muy seguro para seguir comiendo-.
Una vez termino me voy junto a Vivien y salimos por la puerta de camino a la zona de bodega del barco.
- Cariño, defiéndete de esos hombres o te comerán viva, eres la nueva. Además de mujer joven y de eso hay muy poco y ya ni te digo hermosas y femeninas como tú- me susurró-.
- Pero que dices, si eres hermosa- le respondo-.
- No el mismo sentido que tú, ya que tus rasgos son más suaves y hermosos y los míos más fuertes por mi trabajo, tú eres más blanca que yo debido a tu buena familia y no tienes marcas ni recordatorios de batalla-explica-. Eres carne fresca-.
- No tiene sentido, yo también tendré accidentes y acabaré con heridas y cicatrices, además soy mucho más inteligente- replico-.
- Haz que se note Grace, tienes sangre pirata por tus venas y no cualquiera, sino de alta calidad- terminó Vivien-.
Una vez abajo me acerca un tablón de madera y una navaja y me explica como hacer el recuento de los suministros para poder marcar lo necesario a conseguir para después dejarme y explicar que le toca limpiar la cocina.
Una vez termino subo de nuevo a cubierta y llamo a la puerta del capitán, esperando que me haga pasar a su camarote. Una vez me da el visto bueno le entrego la tabla con los suministros y me siento siguiendo sus indicaciones.
- Dime querida, ¿cómo está siendo tu primer día?- inquiere curioso-.
- Bastante intenso, pero no me quejo- le respondo-.
- Ya veo que te hiciste con tu gama de armamento, buena elección el arco la verdad, nos hacían falta arqueros-dijo más para si-. Por cierto querida, hay noticias de la reina Delamar-.
- ¿De mi hermana? ¿Qué ocurre?- inquiero nerviosa-.
- Nada preocupante, de nuevo intentó robarle un botín a Vane, pero por lo visto a fracasado. Verás querida, tu hermana no está contenta con que alguien tenga más poder que ella y no se lleva demasiado bien con el capitán Vane, lo bueno es que Vane no se lo ha tomado como ninguna afrenta, ya que sigue viva-.
- ¿Y como sabes todo eso?- pregunto-.
- Una nota de un ave, llegó en la mañana del puerto al que nos dirigimos, por lo que tu hermana no andará muy lejos, pero Vane tampoco- terminó despidiéndose de mí-.
Una vez abandono el lugar, ceno y me encargo de encender los faroles en cubierta, me encamino a mi camarote compartido con la mujer de trenzas. Entro en la habitación y la veo recostada en la cama con un libro abierto.
- Grace tengo una idea, yo duermo una semana en la cama y otra tú- me dice-.
- Por mi bien, ¿pero por qué nosotras tenemos habitación y el resto no?- le inquiero-.
- Sencillo querida Grace, somos las únicas mujeres y mejor esto a estar con cien sudorosos y cerdos que no nos dejarían tranquilas, además de que no me apetece verlos desnudos- explicó con una mueca de asco en la cara-.
Me quito las armas y cinturones para cambiarme la ropa por un camisón prestado de Vivien y me recuesto en las sábanas del suelo para intentar dormir hasta tener que ver a Dax al amanecer.
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Sangre Roja
Teen FictionGrace comienza siendo una joven noble, que al escapar de su prometido acaba en un barco pirata, siguiendo así los pasos de su hermana mayor. Una vez en el mar, parte en busca de su hermana con el propósito de conseguir su propia tripulación y barc...