Devant ses yeux| Chat Noir/Adrien Agreste

Prólogo

Hace muchos siglos, unas joyas mágicas poseedoras de un gran poder fueron creadas.
Éstas eran, los Miraculous.

A través de la historia, los héroes han usado éstas joyas por el bien de la raza humana.

Tres de estos Miraculous, son más poderosos que los demás:

Los aretes de Ladybug, que proveen el poder de la Creación.

El brazalete anillo del Fénix, que proveen el poder del Renacimiento.

Y el anillo del Gato Negro, que proveen el poder de la Destrucción.

De acuerdo a la la leyenda, quien controle ambas joyas al mismo tiempo, alcanzará el poder absoluto. La cuestión es, ¿Cuál par?

Tal leyenda era relatada por un ser mágico a su dueño, quien se mantenía en la obscuridad.

—Yo quiero el poder absoluto, Nooroo. Debo tener esos Miraculous

—Pero nadie sabe dónde están esos Miraculous

—Pero te encontré a ti, mi pequeño Nooroo. Tu Miraculous, recuérdame sus poderes otra vez

—El broche del Mouth, permite a darle a alguien sus propios poderes y hacer a esa persona su fiel seguidor

—Y cuando se trata de atraer súper héroes, ¿Qué mejor que crear súper villanos?

—Pero, maestro, los Miraculous no deben utilizarse para propósitos malvados

—¡Debo tener el poder absoluto!—soltó una patada contra el suelo que provocó que las mariposas blancas a su alrededor volaran—Tu Miraculous está bajo mi control. ¡Ahora soy tu maestro, y debes obedecerme!

—Sí, maestro

Aquel hombre se colocó el broche, la joya Miraculous de la mariposa.

—¡Nooroo, alas oscuras elévense!—Aquel hombre ahora tenía un traje y una máscara plateada que ocultaba su identidad—De ahora en adelante seré conocido como Hawk Moth

Soltó una risa maligna que invadió el lugar donde se hallaba.
Quería el poder absoluto para él y su propósito, y obtendría las joyas costara lo que costara.

Al no saber qué par le daba el poder absoluto, estaba decidido en obtener los tres para así reclamar el poder.

(...)

Una segunda criatura parecida a dichoso Nooroo, sintió algo en su interior que le indicaba que algo pasaba. Algo malo.

Aquel ser, se despertó al instante para ir a decirle a su dueño.

—Maestro, maestro

Un hombre mayor que estaba trabajando lo miró curioso, mientras que su cliente lo miró confundido por sus palabras.

—Amm, maestro, maestro—trató de disimular—Son mantras, son parte del tratamiento. Maestro, maestro—pero al ser llamado, debía actuar rápido—Gracias por venir, nos vemos la próxima semana—lo hizo salir de su departamento evitando una respuesta.—

La criatura al ver que ya estaban a solas, comenzó a advertirle sobre lo que sintió.

—Maestro, el miraculous de Moth, sentí su aura

—Creí que se había perdido para siempre

—Pero, maestro, es un aura negativa. Temo que ha caído en manos de un poder oscuro

—Debemos encontrar a Nooroo y su Miraculous. Si ha caído en la manos equivocadas, no sabemos la maldad que caerá sobre el mundo. ¡Transformación!—alzó su muñeca, donde yacía su Miraculous. El de la Tortuga. Hizo unos movimientos para transformarse—Wayzz--

Pero por su edad, se lastimó.

—Por favor, maestro, sea razonable, usted está--

—Sigo muy joven, tengo 186 años. Pero tienes razón, Wayzz, ya no puedo hacerlo solo—se dirigió a su tocadiscos antiguo—Necesitaremos ayuda

Tocó los ojos de dos dragones impresos, éstos se iluminaron de rojo y abrieron una especie de puerta donde había botones. Presionó tres de éstos y pronto, el tocadiscos levantó la parte superior, mostrando que había un compartimento secreto en donde yacía una caja negra octagonal con diseños rojos.

De aquel, sacó dos joyas, dispuesto a otorgarlas y pensando que aquellas dos serían lo suficientemente posible de luchar contra aquella persona que poseía con maldad la joya del Moth.

Pero se detuvo, volvió a mirar aquel tercer Miraculous, que sería capaz de dar el poder absoluto con uno de los dos que tenía.

—Maestro, ¿está usted seguro?

Volvió a mirar el Miraculous y luego a los que tenía en la mano, decidiendo tomarlo.

—No sabemos a qué nos enfrentamos, Wayzz...Necesitaremos un poco más. Estoy seguro

—Como usted diga, maestro.

Era el inicio de algo grande que duraría.

Algo que traería todo tipo de emociones y situación, en donde las decisiones más importantes se pondrán a prueba y tendrás sus consecuencias, buenas, malas, o ambas.

Era el comienzo.