Orígenes. Parte 1

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CAPÍTULO 1

Corazón de Piedra

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Corazón de Piedra


Era su primer día de clases, y ya se encontraba más que preparada para irse a la escuela. Ropa en un buen estado, peinado bien hecho, lentes limpios, útiles escolares preparados y de repuesto; nada podía faltarle o fallarle en ese día. Al ser el primer día de escuela, debe tener todo perfecto para el proceso de clases, como su madre le decía: "La perfección lleva a las personas a la cima", y ella debía serlo.

—Buenos días, hijas—su madre llegó con el celular en mano, dándole un dulce beso en su cabeza al igual que a su hermana menor—¿Ya están listas?

—Sí

—Sólo un momento, mamá—terminó su hot cakes a la vez que bebía su leche achocolatada—Listo

—Tomen sus cosas y súbanse al auto, hoy las llevaré yo.

—¡Voy!

Su hermanita tomó su mochila para ir corriendo a la puerta, mientras que ella y su madre iban tranquilas. Salieron de su casa para subirse al auto, dejando primero a Manon en la escuela y directamente, yendo a la de ella.

—Madison, no podré dejarte justo enfrente de la escuela, ¿Está bien si caminas un poco?

—Por supuesto, mamá—le respondió sin problemas—

—Gracias, cariño—la mira—Siéntate derecha, por favor—su hija lo hace—Gracias.

Se mantuvieron en silencio, aunque una que otra pregunta y respuesta de por medio. Llegaron a una cuadra de la escuela, en donde Nadja se detuvo e hizo entenderle a su hija que ahí la dejaría.

—Mi asistente pasará por ti cuando salgas, llegaré más tarde a casa, así que cenan

—Okey

—Ya sabes, si ocurre algo, llámame y vuelve a casa. Puedo mandar a alguien por tu hermana si algo sucede

—Por supuesto—abrió la puerta, pero antes de bajarse le habló—¿Algo más?

—Sí...Te quiero, Madison

La oji-azul sonrió cuando la escuchó.

—Yo también te quiero, mamá—le dio un beso en la mejilla—Te veo más tarde

Salió del auto y cerró la puerta, alzando la mano en despedida antes de ver cómo su madre se iba por el lado contrario al que ella.

Suspiró, normalmente no veía mucho a su madre en las tardes, así que aunque podía verla en las mañanas y algunas noches, no siempre podía hablar con ella tan sinceramente. Pero apreciaba sus palabras de apoyo, aún cuando era quien le ponía presión.

Devant ses yeux| Chat Noir/Adrien AgresteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora