Orígenes. Parte 2

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CAPÍTULO 2

CAPÍTULO 2

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Hawk Moth


No había cenado y ni siquiera tenía ganas de desayunar. Su madre se había ido muy temprano a trabajar y su hermana ni siquiera notaba su estado, lo cual agradecía, pues no quería responder preguntas.

Menos cuando la misma noticia del día anterior, fue relatada una vez más, pues era de lo que todos estaban preocupados

Los seres de piedra están por todas partes y no han dado señales de movimiento. La policía acordonó el área

No nos detendremos hasta encontrar la forma de regresar a esas personas a la normalidad.—el alcalde dijo—Pero por ahora no hemos avanzado mucho

Paris confía en que sus nuevos ángeles, Ladybug, Phénix y Chat Noir nos salven a todos. Nuestras vidas dependen de ellos

Era inevitable no sentirse culpable. Se suponía que ganarían la batalla, pero la perdieron. Y no podía hacer mucho o nada.

—Ya terminé—su hermana le dijo—

Madison miró el reloj en la pared, viendo que iban con tiempo de sobra, pero aún así, debían ser muy puntuales.

—Okey, ve por tus cosas para irnos

—Sip

Su hermanita se levantó y fue a su cuarto, mientras que ella llevaba su plato al fregadero y el suyo al refri para no desperdiciar. También fue a su cuarto a por su mochila, donde Enyaa se encontraba viendo un libro.

—Hola, Enyaa. Ya me voy

—Claro—se acercó a ella—¿En dónde voy yo?

—¿Cómo?

—Tengo que ir contigo siempre, por si te tienes que transformar

Al escuchar eso, bajó la mirada.

—No creo hacerlo. Además, te podrían ver

—Somos muy cuidados, si no, no te hubieras asustado ayer

—En eso tienes razón—miró su escritorio, viendo su mochila fotográfica que sólo ocupaba para sus clases. Siendo un caso especial, decidió usarla, llevando consigo su muy apreciada cámara, además, hacía una buena combinación con su cárdigan largo negro—Mira, usaré esto, podrás estar adentró aquí para que siempre estés conmigo

Enyaa asintió para ir directo hacia ella y al instante, la Kwami ingresara al interior. Aún con su cámara adentro, la Kwami tenía un muy buen espacio.

Por un momento, Madi sonrió al verla entusiasmada y acomodada en la bolsita, hasta que Manon le gritó.

—¡Ya vámonos, Madison!

Devant ses yeux| Chat Noir/Adrien AgresteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora