Ya habiendo pasado la noche y el sol con su imponente brillar, asechaba al pequeño felino con algunos rayos de sol, este al abrir los ojos pestañando ligeramente intentando acostumbrar su vista a la luz del día, cuando mira al cielo dándose cuenta que ya es tiempo de levantarse sonriendo por un momento menciona:
—Muy bien, ya es hora —dijo Gato, al levantarse enérgicamente de aquel espacio, observa a su alrededor solo de reojo y se dispone a continuar con su día como cualquier otro...
En el caso de la ojiazul, al igual que ha Gato, los rayos de sol entrando a la habitación de Kitty despertando a la felina bicolor, entrecerrando sus ojos intentando acostumbrarse a la luz del día. Al despertarse manteniéndose acostada se voltea mirando hacia el suelo, con un sentimiento que desde ya hace un tiempo repentinamente le invadía por unos momentos, desconocía que era ese sentir, no sabía si era, tristeza, nostalgia, sentir que extraña algo, o como si añorara un recuerdo o sentimiento que alguna vez tuvo, pero que de alguna manera estaba segura que no había tenido hasta ese entonces...
Se levanta la blanquinegra con ligereza frotándose los ojos para despertar por completo, estirando sus patas por unos segundos disponiéndose a ir hacia la puerta para bajar de su habitación y poder desayunar algo y alistarse para su próximo plan, es cuando su amiga la recibe. Su nombre es Marina, una gata de pelaje anaranjado pero más claro que el de nuestro amigo valiente, con algunas manchas color blanco en sus patas. Kitty estaba en su casa, estaba de visita por unos días ya que había venido a visitarla después de varios meses de no verle.:
—Buenos días Kitty —dijo Marina recibiendo a Kitty con una sonrisa.
—Buenos días Mar. —dijo Kitty igual con una pequeña sonrisa.
—¿Que tal estuvo la noche?, veo que últimamente has estado teniendo ese sentir que me contaste —dijo Marina con una pequeña sonrisa, pero arqueando ligeramente sus ceño en señal de preocupación, aprecia a su amiga y no le gusta verle afligida o triste.
—No puedo esconderte nada cierto —dijo Kitty en un tono gracioso o divertido. —La verdad es que sí... desconozco porque, pero de alguna manera es como si extrañara un recuerdo que jamás he tenido —replicó Kitty después de unos segundos.
—Es confuso en ocasiones —dijo nuevamente Kitty.
—Puede que sea una señal, la vida de alguna manera puede que te esté intentando decir algo —le dice Mar.
—Puede ser —le contesta Kitty.
Siguiente a ello, Kitty se sienta en una silla del comedor, ya que se encontraba en la cocina junto con Marina. En ese momento toma aire y suspira desganada, en cierta forma pensando un poco sobre ello. Más allá de que pueda sentirse confundida simplemente no sabía explicar lo que pasaba por su mente, un recuerdo o un sentimiento que jamás había tenido...
Marina, la mira desde el lugar donde esta, simplemente no puede evitar sentirse preocupada por su amiga, sabía por lo que había pasado y el cómo fue su camino antes de conocerla, eran amigas de ya hace mucho tiempo, por lo menos 7 o 10 años, se conocieron muy jovenes, pero fue precisamente lo que las volvió inseparables. Como aquel dicho popular, los verdaderos amigos los cuentas con los dedos de las manos...
—Kitty... No me gusta verte así... ¿Te gustaría hablar sobre ello? —Dijo Marina un poco preocupada, pero gentil.
—No es mi intención preocuparte, puede ser que hablemos, pero en otro momento, no creo que este muy concentrada en este momento... —Dijo la bicolor, cerrando los ojos al terminar de hablar y dirigiendo su rostro hacia otro lado.
—Lo entiendo... Como gustes. —Contestó Mar con una pequeña sonrisa, y apoyando su pata sobre el hombro de la ojiazul. Kitty voltea con una sonrisa y el ceño arqueado, pero pudiendo estar un poco mejor al sentir el apoyo incondicional de su amiga.
—¡Oye! —Dijo Marina enérgicamente,
—Ya sé que podemos hacer para que te sientas mejor, qué tal si vamos a dar un paseo por la zona de juegos, recuerdo que aquí en Granada abrieron en un parque graaaande una feria con muchos juegos, ¡debemos ir!... —dijo nuevamente Mar.
Se notaba el entusiasmo y energía de Marina, eso era entre muchas cosas lo que para Kitty la hacía su mejor amiga, y alguien especial, el que pueda comprender, ser fuerte, pero también empatizar y hacer sentir mejor a alguien que lo necesite.
Kitty mientras escuchaba la invitación de Marina, levantaba con ligereza sus orejas y poco a poco se contagiaba de aquella sonrisa entusiasmada de Marina, y al terminar de escuchar a su amiga menciona:
—¡Ooooh sí!, Acepto la invitación, ¡la que termine los juegos de ultimo, invita la cena! —Dijo Kitty levantándose haciendo una "pose de victoria" y terminando con unas palmaditas en el hombro de Marina.
—¡Ah sí!, en ese caso empezare a pensar en donde iremos cuando pierdas —Replicó Marina divertida.
—¡Eso sí que nooo! —le contesta Kitty en tono burlesco.
Ya riendo las dos juntas, ya poco a poco calmando la emoción del momento con unas sonrisas, es cuando dice Marina:
—Sin embargo, hasta que llegue ese momento, vamos a ver que podemos desayunar —dijo Marina, buscando en la cocina, ya que eran como las 9 o 10 de la mañana y su plan de ir a la feria era hasta el anochecer.
Para ese entonces Marina encontró en donde estaba la mesa junto a la estufa unos pescados que había pescado en la mañana y que se le habían olvidado, hasta eso, es buena pescando.
—¡Al parecer hoy será pescado!. —Dijo Mar. tomando los pescados del refrigerador.
—Ya no puedo esperar a probar ese delicioso manjar, ¡apresúrate!. — dice Kitty con emoción, ya que era su comida favorita de ella y de Marina.
—¡Sale en un momento!. —le contesta Marina con una sonrisa.
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¡Encontré a alguien en quién confiar!...
RomanceAún que pueda parecer una historia de amor, aventura y acción común, es de alguna manera, una nueva aventura en la que vemos a Gato con Botas, y a Kitty Patitas Suaves, junto a Perrito y más amigos de este equipo, intentando que puedan entenderse, c...