¡Encontré a alguien en quién confiar!...

¿Qué sucedio... por qué?...

Con el reencuentro al fin sucedido, ambos felinos conocen lo que fue de su pasado, y en conjunto de una felina anaranjada amiga de la bicolor, la cual, ahora habiendo emprendido este viaje hacia el pasado de Gato, nos topamos con que ya no es el mismo que solía ser, algo que iba cambiar el rumbo de su viaje en instantes...

Pasaron los días, y aquel carruaje andaba por el desértico paraje de aquellas tierras de la Real España, del cual, solo deteniéndose para descansar, continuaban después con su rumbo hacia San Ricardo, una sorpresa aguarda en aquel pueblo, por lo que ahora solo es cuestión de tiempo para que pueda conocer el felino valiente de que trata. Pasaron 3 días más, siendo que ya en las últimos kilómetros del viaje, conversan aquellos felinos:

—Ya no puedo esperar mañana para reencontrarme con mis amigos —menciona el naranja.

Ya estando echado, apoyándose sobre un tronco que pusieron alrededor de una fogata, Kitty a su lado, contesta:

—Creo que es algo especial aquel pueblo para ti, no has dejado de hablar de ello desde que partimos —menciona la bicolor.

—Ya esperaba por regresar, ya había pasado tanto tiem... ¡Oh! Ok —menciona el anaranjado.

Mientras empezaba a hablar de aquel pueblo, pero se detiene al ver la cara de la ojiazul con cierta molestia e indiferencia, de alguna manera implícitamente diciendo: "Muy chidas tus historias, pero ya bájale "2" de emoción". La verdad es que Gato ya empezaba a hablar mucho sobre aquel pueblo, y empezaba a hartar a Kitty, solo un poco...

Era un viaje ameno, a pesar de ser cansado ya que habían recorrido al menos unos 120 km en el carruaje, sin exagerar, era de esperarse que podría haber algo positivo del viaje, las risas se escuchaban mientras ellos hablaban, ya ahora sí, intentando ya no hablar demasiado sobre el pueblo, valga la redundancia.

Casi al llegar a aquel lugar conversan aquellos felinos:

—¡Creo que ya estamos muy cerca!, A minutos del pueblo —menciona con emoción el naranja mientras verificaba a su alrededor.

—¡Ah! ¡Excelente!, creo que ahora sí vas a poder tranquilizarte un poco —menciona con sarcástico alivio la ojiazul.

—¿A qué te refieres con "tranquilizarme"? — menciona el anaranjado con intriga.

—¡De que ya querías llegar!, Tus historias al principio estaban muy bien, pero ya mejor era detenerte, si no ibas a terminar hablando sobre ello todo el camino —menciona la bicolor con sarcástico enfado, la verdad es que era mejor ponerle un "stop".

Marina permanecía en su lugar escuchando lo que hablaban aquellos felinos, siendo que al querer contemplar su alrededor, puede ver a lo lejos un arco de piedra, parecía que era la entrada del pueblo, se podía apreciar el puente que daba entrada a los visitantes de aquel pueblo:

—¡Oh! Miren, ¿Ese es el pueblo? —Menciona la anaranjada mientras al abrir sus ojos con emoción y una sonrisa.

Ambos felinos dejan de hablar, para ver al frente, el naranja entrecierra los ojos intentando apreciar mejor aquel lugar y finalmente de 4 días de viaje ¡Habían llegado!:

—No lo sé Gato, parece... abandonado... ¿Estás seguro de que es aquí? —menciona un poco extrañada la ojiazul.

Al percatarse un poco el deteriorado lugar que daba entrada al pueblo, la verdad es que parecía que no había dado mantenimiento a aquel lugar desde ya hace un tiempo.

El felino naranja simplemente no escuchó, su emoción lo invadía al ver aquella entrada, al fin se encontraría con sus amigos de nuevo.

—Claro que sí es aquí, ¡Ese arco lo reconozco a kilómetros! —menciona Gato en voz alta, al dar rienda suelta al equino cuando empezaba a correr.