¡Encontré a alguien en quién confiar!...

¡Bienvenido al equipo!.

El tan esperado suceso al fin ¡había ocurrido!, después de tanto tiempo, después de tantos días y tantas noches de preguntarse ¿Que estoy buscando... o a quien estoy buscando?, ¿Por qué sigo sintiéndome así?... al fin, ese agridulce capítulo en aquellos felinos destinados a encontrarse llegó a su fin, pero no solo por su reencuentro, ahora todo va a ser sencillo, ¡claro esta!, era lo que tanto habían esperado de alguna manera pero ahora cada uno tiene que demostrarse que verdaderamente saben que pueden confiar de uno al otro. Tienen que probarse a sí mismos y a quien camina a su lado, que aquel sentimiento por el que tanto tiempo pasó para avivarse en un solo momento... es genuino... demostrarse que al fin encontraron en quien confiar...

Los ahora tres felinos, Gato, Kitty y Marina, llendo sobre aquel carruaje "prestado", idea de la hábil artista de lo ajeno, Kitty... es que emprendiendo su rumbo a casa es que pueden al fin hablar un poco entre ellos, poder conocerse... claro, Marina y Kitty ya conocían la personalidad de ambas, incluso sucesos importantes que marcaron un antes y un después en la anaranjada amiga de Kitty, y en la ojiazul bicolor, sabían que podían confiar entre ellas, genuinamente una confidente con quien poder abrir y expresar su sentir sin temor a ser juzgado. Pero ahora, ya habiendo un nuevo integrante en el equipo, aquel felino que inconscientemente pero de alguna manera esperó volver a encontrar, tienen que empezar desde cero, conocerse, demostrarse que no solo es un efímero y pobre sentimiento, que en verdad es un genuino sentimiento.

El equino de pelaje café, ya trotaba por las calles de la ahora durmiente ciudad Granada, sin más que la luz de los faroles de aquellos lugares que alumbraban sus entradas, además de los que se encontraban en los costados al raz de la acera de las calles, y el fulgurante brillar de la luna llena que había atestiguado lo que sucedió en aquel parque, eran como las 12:45 de la noche, casi la una, era demasiado tarde, y considerando que el viaje dura por lo menos 2 horas o más, es como una vez dijo el felino valiente: "Este viaje "promete", pero ser cansado..." con voz sarcástica y desganada al pensar todo el recorrido por el que tienen que pasar, Ay Gato...

El atigrado felino, al ser quien dirigía al equino de reojo intentando no voltear demasiado, por momentos miraba a la ojiazul que platicaba con su amiga, mientras pequeñas risas se escuchaban entre el murmullo de su conversación.

"Al fin pude encontrarle, valla que sí la encontré" pensaba el felino mientras con una mirada gentil, con una pequeña sonrisa, intentaba apreciar el rostro de la ojiazul, al fin sentía la plenitud y el bienestar que tanto quiso volver a tener el felino valiente, se sentía bien de cierta forma, al poder conocer a la felina que cautivó a este anaranjado felino, regresando su mirada al frente intenta estar pendiente del camino, Marina y Kitty estaban conversando desde ya hace un rato, ya había pasado una hora desde que partieron del parque es para cuando la felina voltea a ver al felino anaranjado y le dice.:

—¿Puedo saber que tanto me observas? —dijo con una sonrisa y con los ojos entrecerrados mientras levantaba una ceja, con voz misteriosa y divertida la felina bicolor.

Gato abrió los ojos lo más que podía, se sorprendió de que lo hayan descubierto, para después voltear con una sonrisa un poco nerviosa y arqueando ligeramente las cejas intentando explicar sus razones:

"¡Ay! ¡Me descubrió!, ¿pero cómo lo supo si estaba totalmente concentrada hablando con su amiga?" pensó el felino atigrado.

—¡Oh!... no quiero causar molestias, solo, es que... —dijo el felino mientras intentaba sonreír seguro, pero como no sabía que decir como tal, así que se detuvo bajando la mirada, un poco frustrado.

—¿Sí?, espero tu respuestaaa —dijo la felina con voz divertida de la misma manera que hace un momento.

El felino anaranjado, volvió a abrir los ojos con sorpresa, intentó seguir respondiendo para cuando fue interrumpido por la ojiazul: