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¿Hace falta que te diga que me muero por tener algo contigo?
¿Es que no te has dado cuenta de lo mucho que me cuesta ser tu amigo?

Pablo era un chico dulce, siempre ayudando a los demás, con una sonrisa en su rostro todo el tiempo. Simplemente era su personaje, quien lo conocía lo amaba, era simpático y eso le agradaba al resto.
Mientras que Lionel.. Bueno, la simpatía la reservaba para sus pares, sus amigos, la gente con la que se llevaba bien. Y sí, esto decía que Scaloni era muy diferente a su mejor amigo, su fachada seria casi siempre permanecía en su rostro, apenas sonreía con la gente que se llevaba bien.

-Lio- habló Pablo mientras guardaba sus útiles en la mochila.

-¿Sí?- contestó el otro esperándolo apoyado en el banco.

-¿Querés ir a casa hoy?- preguntó el de rulos mirando al más alto. Al terminar de guardar sus útiles en la mochila, se levantó y miró a su amigo ahora sí, de frente.

-Le tengo que preguntar a mi vieja, pero querer, quiero- asintió Lionel y ambos caminaron saliendo del curso.

Como ambos vivían bastante cerca primero caminaron hasta la casa de Lionel para que este pudiese pedir permiso para así poder ir a la casa de su amigo. Y de paso, cambiarse de ropa.
La madre de Scaloni accedió sin muchas vueltas, amaba a Pablo y sabía que su hijo iba a estar bien en la casa de los Aimar.

-Vamos- habló Lionel entrando a su cuarto, iba a cambiarse y también tomar ropa ya que "ir a la casa" era lo mismo que quedarse a dormir para los dos amigos.

Pablo siguió a este a su habitación, se sentó en la cama y despeinó un poco sus rulos esperando a su amigo.
Mientras tanto Lionel guardaba ropa en su mochila.

-Me encanta tu colcha- rió Aimar mirando a su amigo, esta no era nada más y nada menos que de autitos.

-No me jodas, que te corto los rulos- amenazó el otro.

-Con mis rulitos no- negó Pablo riéndose.

-Me cambio, ¿Te jode?- habló Lionel viendo al oriundo de córdoba.

Este negó, para Pablo era todo un privilegio ver a Lionel sin remera, y es que, Pablo no lo veía con ojos de amigos. Aimar se había dado cuenta hace unos pocos meses de los sentimientos que tenía por su amigo, había entrado en una crisis grande y es que, no era fácil darse cuenta de que le gustaban los hombres y para colmo, darse cuenta de esto por que le gustaba su mejor amigo.
Pero después de tener su mente con un caos interno por un par de semanas había decidido aceptar las cosas como eran. Sí, le gustaba su mejor amigo, sí, le gustaban los hombres.

-No me jode, tranqui- negó Aimar recostandose sobre la cama de su amigo, se había puesto un tanto nervioso.

Lionel se quitó la remera y comenzó a revolver su armario buscando algo que ponerse.
La vista que Pablo tenía era de ensueño para la mayoría de las chicas del curso, Scaloni tenía muchas chicas detrás suyo y esto no era algo desconocido para Aimar pero Lionel no le daba bola a ninguno de los halagos, guiños, o insinuaciones que sus compañeras le hacían.

-¿Qué pasa? ¿Te gusto payasito?- rió Scaloni al ver a su amigo tildado, sí, tildado..

Aimar por dentro gritaba que sí, que le gustaba de hace tiempo, pero era demasiado miedoso o cauteloso como para decírselo a su amigo.

𝗔𝗟𝗚𝗢 𝗖𝗢𝗡𝗧𝗜𝗚𝗢; 𝘀𝗰𝗮𝗶𝗺𝗮𝗿 ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora