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Años después...

Lionel prendía la televisión buscando algo para ver mientras que Pablo cocinaba para ambos.

-¿Amor necesitas ayuda?- preguntó el santafesino ofreciéndose para ayudarlo y desde la cocina escuchó un ¡No amor!

Pablo apagaba la ornalla y colaba los fideos cuando escuchó desde la sala a su novio putear.

-¡La puta que los parió! ¡Nos van a quemar todo estos hijos de puta!- había dicho Lionel después de que la luz se cortara y volviera con rapidez, cosas de argentino promedio.

Pablo reía en la cocina aunque pensaba exactamente lo mismo que su novio. Después del breve apagón desconectó el horno y sirvió los fideos en los respectivos platos.

-¡Conchudos!- se escuchó un tiempo después cuando ambos se quedaron a oscuras.

-¡Amor prendete unas velas!- pidió Pablo buscando su teléfono que había perdido hace tiempo y no se había dado cuenta, no solía usarlo a menos que necesitara algo y Lionel no estuviese en la casa o para escribirle a su familia.

-¡Bueno!- gritó Lionel mientras buscaba en los cajones de un mueble un par de velas, pensaba en la suerte de que Pablo había comprado velas la semana pasada.

Caminó hasta la cocina y besó la mejilla de Pablo abriendo la caja de fósforos, pasó la punta del fósforo por el costado de la caja y prendió cada una de las velas.

-¿Comemos en el balcón?- propuso Aimar mirándolo, a Pablo le gustaba comer allí por la vista y la brisa que solía correr.

-Dale amor- le robó un pequeño beso y llevaron los platos a la pequeña mesa de vidrio que tenían en el balcón.

-Mirá, apareció nuestra hija- rió Pablo viendo a Scar o por su nombre completo Scarlett. Su nombre había sido elegido por Pablo, quien era ridículamente fan de Scarlett Johansson.

-Hola bebé- sonrió Lionel sentándose mientras veía a la felina quien se estiraba o como Pablo decía "hacía yoguita".

La habían adoptado después de la pérdida de Milo, el primer gato que habían adoptado juntos hace unos años.

-Durmió todo el día- rió Aimar sentándose en frente de Lionel, la gata había estado en la cama de la pareja todo el día.

La cena había sido tranquila, habían descorchado una botella de vino y mientras Pablo buscaba el helado que habían comprado ayer, Lionel había "ido al baño".
Pablo salió nuevamente al balcón dándole un par de cucharadas al pote contenedor de helado de chocolate mientras esperaba a Lionel. Scaloni no era muy fan de lo dulce por lo que Pablo solía darse esos gustos solo.

-Volví, volví- habló Lionel sentándose de nuevo, por alguna razón su pierna derecha había empezado a subir y a bajar con rapidez, los nervios le habían empezado a jugar una mala pasada.

-¿Todo bien amor?- frunció el ceño viendo su pierna mientras dejaba el pote en la mesa.

-Todo bien- asintió respirando hondo, Pablo no le creyó pero lo dejó pasar.

Las charlas seguían como cuando tenían dieciséis, bromeando cada dos segundos y riendo sin parar.
De un momento a otro las palabras habían cesado, Pablo se acomodaba el buzo de Lionel que tenía puesto mientras miraba hacia las calles del gran Buenos Aires.

-Pablito, amor- habló Lionel con su pierna moviéndose de nuevo, Aimar se giró prestandole toda su atención.

-¿Mhm?- preguntó llevándose otra cucharada de helado a la boca.

Lionel intentaba sacar la caja de terciopelo rojo de su bolsillo mientras Pablo lo miraba comiendo el helado.

-¿Qué pasa amor?- preguntó frunciendo el ceño, Scaloni puteaba por lo bajo al no poder sacar la caja de su bolsillo.

-¡Por fin!- respiró aliviado dejando la pequeña caja encima de la mesa, Pablo quitó la cuchara de su boca mirándolo con sorpresa.

¿Era lo que parecía ser? Realmente esperaba que sí.

-Bueno me salió todo un poquito mal- admitió riendo un Scaloni bastante nervioso. -Pero supongo que ya sabes a que estaba yendo- asintió agarrando la cajita de nuevo -Pablo, ¿Te querés casar con...

-¡Sí quiero!- corrió a tirarse encima de Lionel abrazandolo, antes que cualquier cosa Pablo era ansioso.

Lionel rió y lo abrazó con fuerza, besó su rostro y cuando Pablo lo soltó un poco se besaron dulcemente.
Scaloni después de tanta emoción le había puesto el anillo a Pablo quien sonreía como un niño cuando le daban un juguete, ambos sentían que iban a estallar de la felicidad.

[...]

Pablo lloraba desconsolado mirando a Lionel quien lo abrazaba en la cama con fuerza tratando de calmarlo.

-Pablo amor tranquilo- besó su frente y el otro lo abrazó más si es que eso se podía.

-Nos vamos a casar- dijo y siguió llorando mientras Lionel sobaba su espalda, recién caía en la proposición y en el paso que iban a dar.

-Sí mi amor- contestó el otro limpiando las lágrimas de ahora, su futuro marido.

-No lo puedo creer- negó limpiándose el rostro y acarició el rostro de Lionel respirando hondo, tratando de calmarse.

-Créelo bonito- sonrió Lionel besándolo, parecía un sueño hecho realidad.

La felicidad que Pablo sentía parecía no caber en su cuerpo, sentía que tenía energía como para correr dos maratones seguidos cosa que obviamente no iba a hacer.
Admiraba a quien se encontraba a su lado, su amor desde los dieciséis, su compañero, su novio, su amigo, su prometido.

-Te amo tanto- susurró creyendo que Lionel estaba dormido.

-Yo te amo más- sonrió abriendo los ojos.











n/a: POR FAVOR díganme si se dieron cuenta del "juego" del final este con el final del primer cap😭
en fin, creo q hasta acá llegó esto😭, espero que lo hayan disfrutado💞
m encariñé con este fic asi q si quieren otra partecita de la boda díganme;)

𝗔𝗟𝗚𝗢 𝗖𝗢𝗡𝗧𝗜𝗚𝗢; 𝘀𝗰𝗮𝗶𝗺𝗮𝗿 ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora