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Meses después..

Pablo iba a conocer a toda la familia de Lionel. Los nervios recorrían todo su cuerpo, se había arreglado y había salido hasta la casa de Lionel.

-Hola- sonrió Aimar nervioso mirando a Lionel.

-Hola bonito- sonrió Scaloni besando los labios de su.. Algo. -¿Todo bien?-

-Todo tranqui- sonrió el de rulos.

-¿Nervioso?- preguntó.

-Un poquito mucho- rió abrazandolo, Lionel sonrió besando su cabello.

-Tranqui- negó y entraron a la casa.

Después de unos minutos en la pieza llegaron los tíos y primos de Scaloni.
Para Aimar era algo muy importante, sentía presión por no saber si iban a aceptarlo, saber si iba caerles bien.

-Hola- saludó una mujer a Aimar, supuso que era alguna tía de Lionel.

-Hola, buenas noches- sonrió nervioso.

Miró de reojo, Lionel se encontraba con sus primos.
Aimar respiró hondo acercándose a los chicos que tenían más o menos su edad, se quedó parado al lado de Lionel esperando que este lo presentara.

-Che Lio- rió su prima moviendo su cabeza en dirección a Pablo, este bajó la mirada incómodo.

-Uy- rió Lionel negando. -Él es Pablo- asintió.

-Hola- murmuró este besando la mejilla de cada uno de los presentes.

Lionel notó la incomodidad pero no hizo nada, Pablo se sentía mal, quería irse.
Los adolescentes de la familia Scaloni hablaba con tranquilidad de distintos temas, Pablo no decía nada, ni una sola palabra se escapaba de sus labios, estaba sumido en sus pensamientos.
Mientras tanto, en la cocina, los padres de Lionel hablaban.

-Lalita- habló Angel.

-¿Sí?- habló dejando la ensaladera en la mesada.

-Miralo a Pablito- habló mirando hacia la ronda de adolescentes.

-Tiene carita triste- habló Eulalia viendo al amigo de su hijo. -Ya vuelvo- asintió acercándose a la pequeña ronda. -Pablito, vení un ratito- pidió mirandolo y el chico se levantó siguiendola.

-¿Necesita algo?- preguntó Aimar.

-¿Vos necesitas algo?- sonrió mirandolo, Pablo era tan dulce.

-No, no- negó Aimar.

-¿Estás bien?- preguntó.

-Sí, no se preocupe- le sonrió y la mujer a pesar de no creerle lo dejó tranquilo. Pablo tuvo que volver a la ronda aunque no se sintiera cómodo ahí.

[...]

La cena había empezado, los bowls con ensaladas se pasaban de mano en mano y charlas triviales surgían entre adultos y jóvenes.

-¿Todo bien?- susurró Lionel mirando a Aimar.

-Sí- contestó el otro bastante desanimado.

-¿Seguro?-

-Sí, Lionel-

La charla no pasó de eso, Aimar ya no se sentía de humor y quería volver a casa pero no iba a irse así como así.
Después de un rato, una tía llegó haciendo reír a la mayoría por lo tarde que había llegado. Saludó uno por uno hasta llegar a Pablo, frenó.

-Es Pablo- habló la madre de Lionel.

-Un amigo mío- murmuró Scaloni y Pablo apoyó el vaso contra la mesa lo suficientemente fuerte como para hacer un ruido que solo escuchó Lionel, estaba harto.

-Disculpen, disfruten la noche- murmuró Aimar levantándose. Y sí, tal vez parecía un histérico pero no le importaba nada, ¿Un amigo? No, él no era eso.

Lionel rascó su nuca y se levantó saliendo tras Aimar.
La familia se había quedado en silencio, nadie sabía que decir.

-¿Quién quiere postre?- rió incómoda la tía que recién llegaba. Después de aquella pregunta la familia y el ambiente se descontracturó pero para Lionel y Pablo las cosas eran muy distintas.

-Pablo vení- suspiró Lionel siguiendolo.

-Volvé con tu familia Lionel- murmuró mientras caminaba a su casa.

-Pablo pará un poco- agarró la mano de Aimar y este se giró a verlo enojado. Casi nunca podían ver a Pablo enojado, siempre estaba feliz.

-¿Qué querés de mi Lionel? Porque sí me estás boludeando decimelo ya- habló serio y Lionel bajó la mirada, no le gustaba discutir con Pablo.

-Sabes que no te boludeo- habló Scaloni.

-¿Entonces Lionel? Porque me dijiste que querías que tu familia me conociera porque íbamos en serio y me caes con esto- habló con enojo mientras lo miraba fijo.

-Y vamos en serio- asintió.

-¿Entonces por qué me presentas como amigo? Aunque no somos nada en realidad- habló Pablo y su tono de voz había pasado de enojo a tristeza.

-No sé chiqui- suspiró Lionel y lo abrazó, Pablo cedió, como siempre.

Y es que Lionel lo podía tanto, su voz, sus apodos, Aimar no podía decirle que no a algo o enojarse con él, simplemente no podía.

-Que hijo de puta sos- habló Aimar pegado a Lionel abrazandolo.

-Por suerte me amas eh- rió acariciando sus rulitos.

La luna brillante era la única presente aparte de ellos.
Se habían quedado abrazados en medio de la calle como si ningún auto pasara.

-¿Volvemos?- preguntó Lionel acariciando su mejilla.

-Ni en pedo, que vergüenza- negó Pablo mirandolo, no quería volver después de la escena que había hecho.

-Dale, te juro que sale todo bien ahora- asintió Lionel besando su frente.

-Hice una re escenita, no quiero- negó Pablo abrazandolo.

-Dale, te lo prometo que sale todo bien, por el dedito- asintió Lionel sonriendole mientras extendía su dedo meñique.

-¿Lo juras?- lo miró.

-Te estoy diciendo por el dedito, es serio esto- asintió riéndose bajo.

-Bueno, volvemos- enganchó su dedo al de Lionel sonriendo y caminaron volviendo a la casa de Scaloni.

Al entrar en la casa se encontraron con toda la familia comiendo helado, por supuesto nadie dijo nada sobre lo ocurrido, solo lo dejaron pasar.
Después de sentarse para reincorporarse a la mesa y comer postre, todos los adolescentes salieron al patio volviendo a hacer aquella ronda de charla pero esta vez, con Pablo apoyado en el hombro de Lionel y con todos los integrantes de la ronda charlando amenamente.












937 palabras.
n/a: pensar q esto iba a ser el segundo cap jajsjsk, comenten y gracias por el apoyo💞

𝗔𝗟𝗚𝗢 𝗖𝗢𝗡𝗧𝗜𝗚𝗢; 𝘀𝗰𝗮𝗶𝗺𝗮𝗿 ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora