Capítulo 8

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My feelings for you, like the memories we share, have grown so big

Tuve que posponer mi despertador al menos unas seis veces antes de levantarme, me vestí con unos jeans y un sweater tejido. Mientras bajaba las escaleras hacia la panadería comenzaba a dudar si había tomado la mejor decisión.

Cuando entré, un olor a canela y frutos me llegó de golpe, Taehyung ya se encontraba amasando un poco de la mezcla. Se veía aún más cansado que el día anterior. ¿A qué hora había llegado?

-¿No dormiste? -pregunté entre un bostezo mientras descolgaba mi mandil del perchero.

-No mucho -contestó sin despegar la vista de la mesa-, hornear me ayuda a desestresarme, así que decidí venir más temprano.

-¿Cómo entraste? -mi abuelo y mis padres seguían dormidos, necesitaban descansar después de lo pesado que habían sido los días anteriores.

-Tu abuela me dio la llave hace tiempo-respondió.

Claro, había olvidado que en algún tiempo, la panadería había sido casi como un segundo hogar para él.

Después de aquella interacción, me limité a ayudarlo, fue como si hubieran regresado el tiempo a aquellos años en los que apenas cruzábamos palabra. Después de haber colocado una serie de bandejas en el horno, salimos al mostrador a relevar a mi mamá que había salido a hacer unas compras.

La panadería era bastante popular en el vecindario, durante el invierno a mis abuelos les gustaba hornear una gran variedad de panes originarios de países de Latinoamérica "para que se sientan como en casa" decía mi abuela, por lo que estaba repleta de gente latina que inundaba con su acento cada pasillo mientras escogían los panes de su preferencia. Tuve que aguantarme la risa cuando una señora chilena de unos setenta años apretó con fuerza las mejillas de Taehyung después de haberle entregado su orden.

Llevábamos un buen rato ahí cuando sentí que alguien me observaba, al buscar a quien provenía me topé con la mirada de una niña de al menos unos trece años, quien al darse cuenta de que la veía, apartó la mirada con pena.

-Creo que tienes una admiradora -susurró Taehyung.

Asentí, de inmediato la chica se escondió tras un estante.

-Hola -dijo con dulce voz tras un par de minutos que le tomaron para por fin animarse a acercarse a pasos tímidos.

-Hola ¿te puedo ayudar con algo?

-No, digo, sí... ¿me puedo tomar una foto contigo? ¡Amo tu libro! -exclamó nerviosa.

La verdad no es que hubiera tanta gente que me reconociera en las calles pero cuando eso sucedía, no podía evitar sentirme nerviosa.

-C-claro -respondí

La chica sacó su smartphone y lo extendió frente a nosotras para tomar una selfie

-Me inspiraste a querer escribir, incluso ahora estoy escribiendo un vlog para que mis amigas lean mis historias -me contó con cierta ternura.

-Wow eso es muy valiente, a veces es necesario armarse de mucho valor para abrirse para que otros lean nuestras ideas.

Ella asintió y sonrió con orgullo.

-Cuando supe que esta era la panadería de tu libro le insistí a mi mamá para que me trajera en nuestra visita a Nueva York y es justo como yo la imaginaba -echó un vistazo con su mirada por todos los rincones de la panadería y por último posó su mirada sobre Taehyung-. ¿Él es Oliver? -me dedicó una mirada traviesa.

Say it ditto // KTHDonde viven las historias. Descúbrelo ahora