Capítulo 1

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Ra-ta-ta-ta echoes my heart

Esta es una historia sobre amistad y primeros amores, sobre crecer y aprender lecciones. Esta es la historia sobre mi amigo Kim Taehyung y yo, y como aquella Navidad todo cambió para nosotros.

Me mudé a Chicago a los diez años junto a mis padres, por lo que cada temporada de vacaciones regresábamos a Nueva York a visitar a mis abuelos maternos. Ellos tenían una panadería bastante popular en cerca del barrio coreano, incluso solían hacer pan especial para festividades como el Seollal y Chuseok, lo que significaba que muchos de sus clientes eran coreanos y por ende algunos de sus amigos también lo eran. Esos amigos tenían hijos y sus hijos tenían hijos, uno de ellos era Kim Taehyung. Aún recuerdo el día que nos conocimos, era la primera vez que regresábamos a Nueva York en seis meses, entré corriendo a la panadería por la puerta de atrás como solía hacerlo, cuando en medio de la cocina, vi a un niño un poco más alto que yo con cabello increíblemente lacio, amasaba torpemente una bola de masa con ambas manos mientras que movía la cabeza al ritmo de una canción navideña de jazz.

-¡Abuelaaaaaa! -grité lo más fuerte que pude.

-¿Qué te pasa? No grites -dijo el niño extrañado.

Pronto, mi abuela abrió enérgicamente la puerta que conectaba la cocina con la parte delantera de la panadería.

-¿Qué sucede? -preguntó asustada.

-Hay un intruso en la panadería -anuncié apuntando a aquel niño que me miraba confundido

La abuela miró a Taehyung y suspiró aliviada.

-No es un intruso, él es Taehyung -se limpió las manos sobre el delantal mientras se acercaba a nosotros-. Taehyung, ella es mi nieta Alex -nos presentó mientras que yo seguía mirándolo con recelo, él hizo lo mismo, tenía cara de pocos amigos, sin embargo la abuela lo miraba dulcemente-. Nos estará acompañando durante las vacaciones -sonrió.

Me acerqué a la abuela e hice un gesto para que se agachara.

-Abuela, no necesitamos a alguien más en la panadería, siento que no podemos confiar en él -dije susurrando a su oído.

La abuela hizo caso omiso de mi comentario y entonces decidí que haría lo posible para que Taehyung dejara de visitar la panadería de mis abuelos. Le jugaba todo tipo de bromas, escondía su delantal e incluso inventé una historia sobre fantasmas en la panadería, a lo que él respondió con interés preguntando por ellos para verlos. Así fue cómo pasé todas mis vacaciones se esfumaron en un abrir y cerrar de ojos y Taehyung permanecía en la panadería igual que el primer día, siendo consentido por mis abuelos. Lo detestaba. 

Say it ditto // KTHDonde viven las historias. Descúbrelo ahora