16

52 7 0
                                    

JONES

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

JONES.

Ya era el día, el momento había llegado y estoy dispuesto a dar todo.

Todo por ella.

<<Te cuidare con mi vida>>

Sé que lo que va a pasar de ahora en adelante no va a ser color de rosa y se lo he tratado de decir a Katie, pero ¡joder! Se niega a entenderlo.

Ese tipo quería todo menos ayudarla.

Pero ella estaba ciega.

Desde que llegamos a esta casa no le he dirigido la palabra a Katie, estoy harto de verla con él, Jeon no la suelta ni un segundo, quiero hablar con ella a solas hacerla entender la gravedad de lo que puede pasar.

Camino por el pasillo y lo que veo me paraliza.

Es ella, pero no está sola, como ya es costumbre desde que llegamos, Jeon esta con ella.

Siento mi corazón romperse en pedazos.

Se están besando y se ve que lo está disfrutando.

Muchas veces había soñado con besar sus labios y tenerla en mis brazos.

Lo mismo que hacia él en este momento.

Quisiera ser él, pero en vez de destruirla a ella, destruiría el mundo y la cuidaría a ella. Él tiene la oportunidad que yo siempre quise tener desde que era un niño.

Pasaba las noches deseando que el día llegara para poder ir a verla a través de la cerca de su casa.

Soy yo el que merece estar ahí, besándola, no él.

Hago mis manos puños y camino con decisión. Llego hasta donde estan y la aparto de él por el brazo, me reclama pero no me importa nada en este momento, solo una cosa.

Partirle la boca a ese desgraciado.

Aquí no ahí nadie que me detenga, sus guardias no están aquí para detenerme.

Porque ya lo había intentado, si.

Me lanzó sobre él. Katie grita de fondo, pero es inútil. Lo tomó del cuello con fuerza y lo empujó haciendo que su espalda choque con la pared produciendo un fuete sonido.

Él no se hace esperar y golpea mi estómago, me retuerzo, pero rápidamente le devuelvo el golpe.
Las maldiciones van y vienen, suelto todo con ira, con odio.

La sangre gotea de mi nariz y mis nudillos, pero no me detengo hasta que la suave y delicada mano de Katie, me toma del brazo que iba directo al ojos de ese cabron.

Me paralizó al escucharla sollozar pidiendo que por favor pare, se ve asustada.

Sus ojos son los mismo de esa niña de la que me enamore y sigo enamorado, esa que ayudaba a saltar la cerca de su casa.

Esa que vivía haciendo chistes malos.

Esa que tomaba de la mano mientras corríamos.

Esa, por la que estoy dispuesto a matar y dar mi vida.

Me mira con decepción, suelta mi mano y se dirige a Jeon, lo mira con preocupación y me duele, me duele ver como revisa sus heridas y como se preocupa por alguien que solo la esta utilizando.

Ella se voltea para mirarme, trato de acercarme y tomar su mano, pero se apartara y dice algo que me parte más el corazón, si eso es posible.

-¿Qué te pasa?, Jones, tu no eras así-

-Katie...-

No me deja hablar, hace una seña para que pare y toma la mano de Jeon, para empezar a caminar.

Dejándome así, sin preguntarme si estoy bien o porque lo hice.

Me duele más ver que pasan por mi lado y ni siquira se preocupa en mirarme.

Jeon no desaprovecha la oportunidad y justo cuando pasa por mi lado me dedica una sonrisa burlona y se inclino para decirme algo al oído.

-no puedes hacer nada, ya la tengo-

Choca su hombro con el mío y sigue caminado junto a Katie, mi Katie.

Corro detrás de Katie, la tomó por el brazo y hago que me mire.

-No me importa si este imbécil te pone en mi contra, por mi puede hacer que todo el mundo me odie,eso no me impedirá cuidarte, cuando habrás los ojos y por fin te des cuanta de sus verdaderas intenciones será muy tarde y te arrepentirás, pero ahí estaré yo y si es necesario te cuidare con mi vida-

La suelto y me doy la vuelta, no sin antes mirarla a los ojos.

-La vida es un laberinto- Le había dicho yo. Estábamos tumbados en las raíces de un árbol, ella lloraba en mi hombro y yo acariciaba su cabello con delicadeza. Al oírme Katie, levanta su cabeza y me mira con eso ojos azules como el cielo, ella era mi cielo.

-Nunca sabes si vas por el camino correcto o que te encontrarás si logras llegar a la salida-
Tomo sus manos.

-¿Qué pasa si nunca encuentras la salida?-
Su voz es un susurro así que sonrió.

-Eso no va a pasar-
Digo con seguridad
-porque tú eres mi brújula y contigo nunca me sentiré perdido-

<<Espero algún día yo poder ser su brújula y salvarla de la tempestad>>

Sus ojos azules como el cielo dejan los míos tan oscuros como la noche.

Y es ahí cuando lo entiendo.

Ella es la el día y yo soy la noche.

-Estoy dispuesto a ser tu brújula, Katie.

Continuará.

Reglas Rotas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora