Capítulo 2

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Los detalles jamás habían sido lo suyo.
Le resultaban repulsivos pero, sus amigos dijeron que sería una buena idea.

El primer gran error de la azabache.

Tenía cerca de tres semanas, hablando diariamente con Enid cada que la topaba en los pasillos y algunas más, cuando la chica tomaba asiento con ella en la cafetería. De vez en cuando, recibía ayuda de la chica, respecto a sus actividades escolares.

Conocerse no fue una tarea sencilla y ni siquiera estaban cerca de ser amigas, Wednesday no hablaba mucho al respecto, pero siempre escuchaba con atención, Enid parecía ser mucho más amable de cerca. Y los nervios que la chica gótica sentía, por desgracia, jamás se fueron.

De vez en cuando, Sinclair deslizaba sus manos, sobre los brazos de la morena, intentando "darle calor". Más no era un temblor de frío precisamente, siempre disfrutaba la cercanía y el tacto.

—¿Una rosa?—preguntó la azabache, frunciendo el ceño, viendo las caras idiotas que hacían sus amigos frente a ella.

—Le gustará, ni siquiera tiene que saber que has sido tú. Puedes escribir una frase o algo.—

—Es ridículo, Bianca.— cruzó los brazos y analizó a la morena. —No va conmigo.—

—No seas tan inhumana, a todos las chicas les gustan las flores.— agregó Xavier, apoyando la idea, con una estúpida sonrisa en el rostro.

—No hablamos de "cualquier chica"— si hubiera sabido lo que vendría después, posiblemente, hubiera reprimido ese comentario.

La morena comenzó a verla con ternura, intentó abrazarla, pero Wednesday se apartó sin cuidado, suspirando con evidente molestia.

—¡Qué linda!— repetía una y otra vez, la ojiverde, con esa tonta expresión en el rostro.

—Basta. Me estoy hartando. Si continúan con sus estúpidos comentarios y ruidos, no voy a dudar en ahogarlos mientras duermen.— una sonrisa escalofriante se formó en su rostro, por desgracia, la amenaza pareció haberse esfumado, pues sus amigos apenas y lo tomaron enserio.

—Le diré a Eugene que la entregue...—Afirmó el joven con el beanie púrpura.

—No puede ser posible...—gimió derrotada Addams. En dirección a Ajax, quien sonreía el dirección a los otros dos.

Una rosa, cualquiera podría regalarle una, demasiado común para su gusto. Así que buscó una más interesante "Lirio Flamingo", encontrarla fue un relativamente difícil más no imposible, elegante y serena, con un toque de orgullo, siendo también lo suficientemente discreta.

Era muy atractiva a la vista, había más colores disponibles, pero eligió la color blanco. Que según su perspectiva, iba más con la pureza que creía Enid poseía.

Un pequeño ramo, que llevaba como pieza principal esa flor en especial. Pidió a Bianca que escribiera algo agradable, y así lo hizo, algo que definitivamente escribiría Wednesday.

Eugene fue el encargado de buscar a Sinclair y otorgarle el presente, manteniendo en secreto la identidad del admirador secreto de la rubia.

Todos sus compañeros le hicieron bulla por ello, una vez que tuvo el ramo entre sus manos, agradeció al moreno más bajito que ella y se dirigió a su lugar, con el rostro sonrojado, cuando Wednesday escuchó esta parte de la historia, no pudo evitar sonreír apenas perceptible y dejar que sus mejillas se tiñeran de rojo.

Eugene, Ajax, Xavier y Bianca le animaron.

¿Qué tan malo podría ser regalarle una flor a alguien que te gusta?

Enid tenía una ligera sospecha, quizá hasta un presentimiento, aún así, la pequeña esperanza de que aquella otra persona, fuese quien le hubiera enviado el regalo, le aceleraba el corazón.

Al día siguiente encontró a Wednesday, sentada en una banca, fuera de la cafetería, con la vista fija en un libro, la chica parecía ajena a lo que ocurría a su alrededor. Aún no había demasiados alumnos en el plantel, así que decidió tomar asiento junto a ella, interrumpiendo su lectura.

—Gracias.— dijo, pero la chica no le presto atención. —Wens...—

La pelinegra apartó la mirada del texto, con el ceño fruncido, golpeará a todo aquel que se atreva a interrumpirla en su momento más sagrado, pero su expresión cambia de inmediato, se vuelve un poco más amable a la vista de cualquiera;

—Sinclair...—murmura, cerrando su libro, no sin antes, poner el separador. —Espero que tengas una muy buena razón para arruinar mi momento.— de nueva cuenta, su rostro se torna distante y frío.

—He dicho que gracias...— juguetea nerviosa con sus dedos. —Gracias por el obsequio...—

Una micro expresión rápida se forma en el rostro de Addams, pero es borrada de inmediato.

—No sé de que estás hablando.— No iba a permitir verse descubierta tan fácilmente. Y estaba muy nerviosa, demasiado para su gusto. Esa chica siempre la ponía así y eso le resultaba agotador.

—Sé que fuiste tú...— afirmó.

—¿Quién te lo dijo?— y ahí estaba su error, había caído tan fácilmente en la trampa. —Ese maldito, cuando lo vea, voy a matarlo.— cuando la latina volteó a ver a su crush, esta estaba sonriendo. —¿Qué? — cuestionó molesta, porque Eugene no podía mantener la maldita boca cerrada.

—Nadie tuvo que decirlo, lo deduje.— el rostro de Addams cambió de inmediato, pudo contar más de tres estados de ánimo pasar por segundos, gracias a su expresión. Sabía el efecto que tenía sobre la chica y que de desearlo, la morena haría lo que quisiera.
—Estuvo hermoso, Wens, gracias.— se acercó lo suficiente a la chica chica más baja y dejó un beso delicado sobre su mejilla. Se puso de pie una vez que se hubo apartado y se fue.

Dejando a Wednesday con el rostro sonrojado y la respiración agitada.


𝐶𝑖𝑛𝑛𝑎𝑚𝑜𝑛 𝐺𝑖𝑟𝑙 -Wenclair Donde viven las historias. Descúbrelo ahora