Dentro de una habitación, en un enorme castillo con ventanas altas y tejados con puntas de hierro, Enid Sinclair se pasea cual león enjaulado mientras se replantea su plan. Yoko, mejor amiga de la mujer-lobo, le advirtió sobre lo absurda que sonaba la idea cuando se la contó hace un par de horas pero la joven de cabellos rubios no lo vio así, de hecho estuvo pensando en cada pequeño detalle de su plan durante semanas y nunca pensó en que fuese absurdo hasta este momento.
Entre sus manos se encuentra una carta escrita por su puño y letra que ya ha metido en un sobre al cual le escribió el nombre de su destinatario, lo único que tiene que hacer ahora es ir hasta el edificio anexo al invernadero y buscar una lechuza que esté dispuesta a viajar hasta New Jersey, fácil ¿No? El problema es que entre más lo piensa, más le parece una locura ¿Qué clase de chica le pide ayuda a la madre de su interés amoroso para que le haga aceptarla? Enid se siente patética por ello pero se quedó sin opciones después de que la Addams más joven rechazara su último intento de cortejo.
Hay muy pocas cosas que Enid sabe sobre cortejar porque sus padres ni siquiera creían que pudiese encontrar una pareja después de no enlobar a tiempo ¿Por qué desperdiciar tiempo enseñándole cosas innecesarias? Así que todo lo que ella sabe lo aprendió gracias a libros encontrados en la biblioteca de Nevermore. El primer obsequio que dio el día que decidió iniciar a cortejar a Wednesday Addams oficialmente fue una rosa, bueno técnicamente no fue una rosa sino un tulipán llamado Queen of Night, por su color y nombre a Enid le pareció perfecto pero la joven pelinegra solo lo observó un momento antes de dejarlo de lado.
Obviamente el primer desaire no desanimaría a la joven entusiasta, ella le regaló dulces, un poco de tinta para su máquina de escribir hecha con sangre de ciervo, una corona de espinas (aunque usualmente son de flores), le llevó algo de lo que cazó durante la luna llena y finalmente le dio una de sus prendas menos coloridas para que la joven tenga su olor presente sin importar que al ser un humano no pueda percibirlo, pero Wednesday no le tomó importancia a ninguno de los regalos e inclusive se distanció un poco de la joven loba.
La carta entre los dedos de Enid es la forma más arcaica que existe para los lobos de buscar una pareja y ella lo sabe pero no puede rendirse sin intentarlo. En las noches, cuando solo están su loba y ella, puede sentir como ésta aúlla entre lamentos al sentir el aroma de Wednesday cerca, ella solo hizo las ofrendas después de sentir el instinto natural de proteger, los celos en su pecho y sobre todo cuando casi le gruñó a Xavier por estar demasiado cerca de la joven Addams. Sus padres habían hablado de ser un alfa antes y como se siente encontrar un predestinado pero ella creyó que era todo una exageración, en un mundo moderno no hay lugar para esas cosas, se decía, y entonces la encontró a ella.
El dulce olor a papel viejo, óxido de sangre y madera fresca llegó a los sentidos de Enid antes de que Wednesday entre a su habitación compartida, la joven de tez pálida se queda de pie frente a la joven lobo como siempre que se encuentran porque ahora todo es incomodo y eso es suficiente para que Enid tome su decisión, sale a pasos rápidos y decididos de aquella habitación después de rodear a la joven y se va directo a la lechucería. Una sola lechuza atiende su llamado, le ata la carta en la pata sin pensar demasiado y la envía lejos. Listo, ahora solo queda esperar.
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- Parece que tienes correspondencia.- Una elegante mujer sonríe a su esposo que sostiene en alto un sobre algo arrugado, después de un apasionado beso es cuando puede abrir la carta dirigida a ella y la lee en voz alta para su esposo después de haberla leído.- "Buenas noches desde Nevermore.
Bella señora, sé que usted no me conoce demasiado, o casi nada, soy Enid Sinclair la compañera de cuarto de Merlina, le escribo para decirle que estoy profundamente enamorada de ella y necesito que usted la obligue a que sea mi novia.
Saludos cordiales.
Enid Sinclair."- Lee con diversión la mujer porque sabe bien sobre aquella joven rubia que viste de colores brillantes y como ha estado cortejando a su hija desde hace un par de semanas.
- Oh, mon chérie, nuestro pequeño escorpión ha encontrado el amor y como siempre pelea contra ello ¿No es así? - Cuestiona el hombre con un suspiro soñador al recordar los días en que él mismo llevaba rosas cortadas desde el cáliz a la puerta de su amada Morticia.
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Pasan tres días sin que Enid tenga respuesta y cuando la lechuza finalmente vuelve de su viaje al cuarto día sin nada para ella la decepción es avasalladora y la tristeza la hace quedarse en cama durante todo el día. Al día siguiente de su auto impuesto encierro la joven rubia está decidiendo si vale la pena ir a clases o si debe quedarse en su cama otro día para revolcarse en su miseria cuando un peso se instala en el colchón junto a ella, al sacar la cabeza de entre las cobijas se da cuenta de que es Wednesday y se extraña de no haber sentido su olor, seguro fue por haber desprendido tanto su propio olor en forma de defensa.- Te traje esto.- Dice poniendo una de sus sudaderas con cuadros monocromáticos encima del montón de cobijas que cubren a la loba.- y esto, es tierra de cementerio fresca, me pareció que debía tener mi propio toque.- Enid tarda un par de minutos en percatarse de que sucede, ella está siendo cortejada.
Los omegas, en este caso humanos, no deben cortejar a los alfas, pero allí está la joven Addams con ofrendas para ella. Wednesday no aparta su vista del manojo de telas coloridas en ningún momento ni hace comentarios cuando la joven lobo olisquea la sudadera, ella estuvo leyendo en la biblioteca y eso fue lo que encontró sobre relaciones con lobos. Wednesday también gusta de Enid pero después de todo teme herir a la rubia, no fue una buena amiga y teme ser una peor pareja así que se alejó, o lo intentó, porque cuando su madre la llamó por medio de su bola de cristal hace un par de días contándole sobre una peculiar carta ya no fue capaz de hacer a un lado lo que siente por Enid, si la loba llegó hasta es punto por ella entonces debía hacer frente a sus propios sentimientos, a fin de cuentas no cualquiera se humillaría tanto por otra persona.
- Enid Sinclair ¿Me permites cortejarte? - La joven loba no se va a poner a discutir sobre tradiciones o lo que está bien o mal en este momento, al fin y al cabo ella jamás siguió las normas.
- ¡Por dios, si! - Se lanza a los brazos de la pelinegra que permanece estática durante un momento e Enid recuerda que ella no es una persona de abrazos así que la rubia comienza a alejarse, pero es impedida por los vacilantes brazos de la más baja atrayendola hacía sí misma.
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Créditos por la idea en la imagen.