Enid no puede apartar la mirada de la chica de ropa negra que está sentada en una de las bancas del patio básicamente solo existiendo mientras el chico raro de las abejas habla animadamente al lado de ella, sabe que la chica lo escucha porque abre la boca cada tanto para responder pero no hace otro movimiento además de eso. Enid cree que la chica luce increíblemente atractiva con las mangas de su camisa dobladas hasta los codos y agradece a todas las deidades que conoce por la pequeña ola de calor que logró hacer que Wednesday se quite el saco del uniforme.
- ¡Enid! ¿Me estas escuchando? – Divina llama su atención y se obliga a apartar la mirada del espectáculo visual que es Wednesday Addams luciendo casual pero no por mucho tiempo, los pensamientos de Enid vuelan de nuevo a su compañera de habitación demasiado rápido.
Cuando están en su habitación compartida ellas solo hablan sobre las clases o algunos temas que la rubia sabe que le interesan a la pelinegra, de hecho cada día va a la biblioteca en busca de un libro antiguo que cree que pueda gustarle a Wednesday solo para encontrar un tema de conversación que no la haga ignorarla y eso funciona porque se meten en debates por horas o termina sentada en la cama de su compañera mientras esta le habla sobre dicho tema con una pasión en la mirada que a Enid le encanta. Xavier le regalo un teléfono celular a Wednesday el último verano y hasta hace poco la loba descubrió que los únicos contactos que hay en el dispositivo son Eugene y ella misma, de hecho le sorprendió mucho cuando Wednesday le pidió que introdujera su número telefónico en el aparato y en realidad solo han intercambiado un par de mensajes de texto sin mucha importancia pero la joven licántropo logro convencerla de descargar un videojuego con el que estuvo obsesionada un tiempo y ahora ve como Wednesday juega mientras cree que nadie la ve.
Hay muchas pequeñas cosas que Enid sabe sobre Wednesday que la hacen sonreír como idiota por horas, como está haciendo justo ahora, y otras que la hacen tener escalofríos por el simple hecho de saber que la pequeña pelinegra con rostro de ángel es en realidad lo contrario, pero para Enid ambas valen para lo mismo, siempre admira cada pequeña cosa que la joven hace sin importar que la otra no le tome importancia, y eso ha estado rondando vagamente la cabeza de Enid estos días ¿Es normal admirar así a tu amigos, no?
Es ya la mañana de sábado, las dos compañeras de habitación están sumidas en sus propias actividades de ocio cuando Enid nota la expresión de concentración que Wednesday usualmente tiene al escribir su novela y el cómo aprieta los labios con concentración cada vez que la trama se torna difícil, no puede evitar clavar su vista en ella y bajarla hasta los rosados labios cada vez que la otra mueve uno solo de sus músculos faciales o acomoda el mechón rebelde de su flequillo. La revelación golpea a Enid tan fuerte como una ola a la costa y tiene que salir de allí.
- Estoy enamorada.- Proclama la rubia irrumpiendo en la habitación de la vampiresa.
- Uy, ya valiste verga.- Responde Yoko con desinterés desde su posición en la cama, pero de todas formas le da unas palmaditas al colchón para que Enid se siente junto a ella en espera de que su mejor amiga le cuente más.
- De Wednesday Addams.- Lloriquea Enid con la cara entre sus manos cuando toma asiento y es allí que Yoko se sienta como si tuviese un resorte pegado en la espalda.
- Ya valiste doble verga.- Dice con burla la pelinegra, la verdad no le sorprende que su mejor amiga esté enamorada del pequeño monstruo pálido sino que apenas se esté dando cuenta.
- ¡Esto es serio Yoko! – Reclama Enid con molestia.- Ella es mi compañera de habitación, me tardé una eternidad en que me trate como una amiga en quien puede confiar, apenas me deja tocarla ¿y ahora tengo sentimientos por ella? Es una locura.- Se deja caer sobre el suave colchón.
- No seas idiota, creo que la última persona que se entera que te gusta Wednesday Addams eres tú, incluso puede que hasta ella lo sepa.- Intenta consolar la pelinegra pero solo logra hacer que Enid suelte un pequeño chillido de terror ante la posibilidad y se meta debajo de la cobija, cuando está por llamar a Divina ya que ella no se cree capaz de lidiar sola con una loba en crisis tocan a su puerta con golpes firmes.
Wednesday está de pie en el pasillo luciendo tan diminutamente atemorizante como siempre, con Thing firmemente sujeto a su hombro y luce casi tan aburrida de la vida como siempre, casi. Seguramente si Yoko no tuviera esa vista tan desarrollada gracias a su naturaleza no habría notado la pequeña arruga en la frente de la chica o como sus ojos se mueven de forma casi imperceptible en busca de algo dentro de la habitación, o de alguien.
- Tanaka.- Saluda secamente y Yoko asiente en reconocimiento mientras se muerde la lengua para no reírse del par de lesbianas inútiles.- ¿Se encuentra Enid?
- Oh si, ella está en mi cama justo ahora.- El destello asesino en los ojos negros de la chica bajita le quitan todas las ganas de burlarse un poco.- ¡Enid, te buscan! – Exclama desde la puerta y solo cuando ve a su mejor amiga abrir los ojos como platos al ver a su amor platónico de pie en la puerta decide hacerse a un lado para dejar entrar a Wednesday.- En realidad tengo que ir a ver si ya parió el pato... ¿Thing, me acompañas? – La mano salta del hombro de Wednesday al de Yoko y esta última sale de la habitación dejando al par de chicas enamoradas solas.
Wednesday estaba preocupada por la forma en que Enid salió corriendo de la habitación, ellas se confesaron a sí mismas después de que Enid metiera la pata en su mentira, Yoko bautizó la relación de las chicas y se autonombró su cupido solo porque ellas se besaron en su habitación y Thing le contó todo a quien pudiera entenderle porque el chisme no descansa.
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Créditos en la imagen, si es tuya manifiéstate!