-Eres una belleza -dijo el rubio.
-Y tú, una bestia -replicó la pelinegra.
-Así me amas -contestó con orgullo.
-Si tú lo dices -murmuró ella, comenzando a caminar hacia el gran charco.
-¿Miento? -preguntó, alzando una ceja, pero la joven no respondi...
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[Narra Isabella Salvatore]
-Entonces, ¿Quieres recordar el cómo me atormentaste mientras estuve con tus hermanos?- preguntó la castaña.
-Oh, que bueno que lo mencionas.- sonrió. -Lo había olvidado, solo recordaba el cómo le dije a mi padre que eras una vampiresa...- Katherine/Katherina le interrumpió.
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{Año 1864, durante la estadía de Isabella con su prometido}
-Llegaste, amor.- dijo el rubio abrazándome.
-Si, ya llegué.- sonreí respondiendo el abrazo.
-Estuve hablando con el señor Salvatore.- comentó el pelinegro entrando a la mansión.
-¿Qué te dijo, hermano?- preguntó el rubio mirando al hombre.
-Que la señorita Bella fue... ¿grosera?- me miró. -Con la señorita que su familia está alojando.-
-¿Qué hiciste, amor?- preguntó el rubio evitando una risita mirándome.
-Solo puse en claro cual era su lugar.- dije tranquilamente manteniendo mi postura recta.
-Y, ¿Cuál es su lugar exactamente?- preguntó el pelinegro interesado.
-Yo soy su señora, no me importa si enamoró a mis hermanos, a mi no me debe llamar por mi nombre, me tiene que tener respeto.- dije mirando entre los dos hombres.
-Me encantas, amor.- dijo el rubio acariciando mi cabello -ahora suelto-.
-Lo sé. No todas las mujeres de mi talla son como yo.- dije algo orgullosa.
-Por eso Niklaus te escogió.- comentó el pelinegro. -Si no lo hubiese hecho, te hubiera propuesto matrimonio yo mismo.- dijo en todo de burla.
