«Capítulo Dos»

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“¿La pequeña quién es?”

“¿La pequeña quién es?”

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[Narra Narrador]

-¿Podríamos dejar de hablar de ese tema?- habló la chica Salvatore mientras llevaba una copa de vino tinto a sus labios.

-Eso no lo podemos dejar pasar.- habló Davina con firmeza en su voz. -No es algo que... suceda con frecuencia.- dijo encogiéndose de hombros.

-Davina tiene razón.- habló la mayor de los originales. -Tenemos que llegar al fondo de todo esto.-

La pelinegra buscó la mirada del original trajeado, pero, él solo observaba su comida como si estuviese en un transe.

-Elijah.- le llamó la mujer Marshall. -¿Qué demonios te sucede?- preguntó al ya tener la atención del honorable Mikaelson.

-Estoy pensando.- susurró y bebió un trago de su vino. -¿Cuáles son las opciones de razones por lo que sucedió?- preguntó mirando a su hermana mayor.

-Uno, está en un hechizo que la hace alucinar por el resto de su vida solo para hacerla sufrir.- comenzó a responder. -Dos, está poseída.- contó con sus dedos. -Tres, no tengo una tercera opción.- acarició su cabello detrás de su oreja.

-Si hay una tercera opción.- comentó la chica Salvatore llevando un pedazo de carne a su boca, recibiendo miradas de todos los presentes. -Maté a un cazador.- dijo con tranquilidad.

-¿Mataste a un cazador siendo mortal?- preguntó el híbrido sorprendido. -Esa es mi chica.- dijo con orgullo.

-No es tu chica, Niklaus.- habló Elijah seriamente mirando al mencionado.

-Tampoco tuya si lo piensas, hermano.- dijo Rebekah mirando al trajeado.

-Bien, entonces, hay que ver cómo terminar con esas ilusiones.- habló Davina.

-Si. Pero, tengo que contarles algo.- dijo Isabella mirando al centro de la mesa. -El cazador que maté... era también un hechicero, la madre me incrementó el poder del castigo haciendo que ignore mi alrededor.- dijo aún mirando un punto fijo de la mesa. -Estuve a punto de matar a Damon más de trece veces durante una semana.-

-Tengo que admitir, que es un récord.- sonrió el rubio. -Pero, es preocupante, ¿Viniste con nosotros para matarnos?- preguntó sarcástico.

-Ya lo hubiera hecho.- dijo la pelinegra mirando al híbrido quien se tensó. -Si hubiese venido a matarlos, hubiera iniciado con Hayley cuando vine a buscarlos.- dijo encogiéndose de hombros.

-No sería fácil para ti.- susurró la híbrida.

-Querida.- le llamó la Salvatore. -Guarda silencio y deja hablar a los mayores.- dijo con seriedad.

La mujer Marshall se levantó de golpe y lanzó un cuchillo en dirección a la recién llegada, quién se quedó en su lugar, sin expresión alguna, ya que el cuchillo nunca llegó.

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