3 am

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— váyanse a la mierda.- escupió, con un tono de voz bastante molesto, evitando quebrarse en llanto.

— ojo como nos hablas, pendejo mal educado.- reclamó su papá.

— ¿a dónde te pensas que vas?- preguntó su mamá, viendo como Iván se dirigía a la puerta de la salida de su casa. Cómo no recibió respuesta, volvió a llamar.— ¡Iván! ¿que te pensas, que te vas a ir a pasear por ahí a las 3 de la madrugada?

El chico no emitía palabra alguna. Se puso una campera y salió de la casa, escuchando como su padre lo llamaba gritando aún más fuerte. Tanto que se preocupaban y no eran capaz de detenerlo; cuando Iván pensó aquello sintió un nudo en su garganta.
Ya estaba harto de las actitudes de sus viejos, llegaba un punto en dónde no daba más y tenía que salir de ese ambiente horrible que tenía en ese lugar llamado casa.
Al ser las 3 de la madrugada, se supondría que era la hora de paz donde nadie le rompía la pija y podía estar jugando a los jueguitos encerrado en su pieza hasta las 6 de la mañana, pero no; después de la juntada familiar que terminó casi a las 2, a sus viejos les pintó empezar a discutir con Iván y reclamarle banda de cosas y también la forma en como actuaba con su familia.

Y claro, si la familia le estaba tirando mierda indirectamente a él y a su novio y se reían mientras tanto. Iván se calentó para la mierda y tuvo que alzar la voz.

Suspiró e intentó sacar esos pensamientos y las discusiones de su mente. Puso las manos en su bolsillo y comenzó a caminar. No tenía idea a dónde ir, estaba tan perdido en su cabeza llegando a esta mil y un pensamientos aleatorios mientras sus piernas se movían en automático, llevándolo por un camino que, al cabo de unos segundos, supo dónde era.

Un par de minutos más caminando a mitad de la noche, estando un poco cadago de frío por el hecho de tener una campera y remera mangas cortas debajo; hasta que paró. Ahí estaba, en la puerta de la casa de Rodrigo, su querido novio.

Obviamente no iba a tocar timbre, no quería que la mamá se despertara. Miró para arriba y empezó a trepar las rejas, intentando no quejarse tanto del dolor una vez que calló al otro lado. Comenzó a caminar a paso lento en aquella pequeña vereda de piedras, intentando no hacer tanto ruido, para después doblar y llegar a la ventana de la cocina. Comenzó a trepar las rejas que cubrían la ventana, agarrándose de lo que podía hasta poder estar al borde del techo empinado. Caminó un toque agachado y con cuidado, viendo la ventana de la pieza que ya tanto conocía. Se asomó y vio una leve luz; ahí supo que estaba despierto, seguramente en discord jugando con amigos como hacía todos los sábados.

— daa' hijo de puta, que te haces el canchero por tirarme a la lava forro del orto.- se quejó, mientras Uni se reía al otro lado del micrófono. Tomás también se contagió.— ya vas a ver cómo te voy a romper el orto, unicornio de mierda.

que decís Carre, si sos re pete jugando al Minecraft.- dijo, por el hecho de que estaban jugando a cagarse a piñas en un pequeño evento que había creado Ger, dónde se permitía hacer de todo básicamente.

cerra el orto Tomás.

Habían tirado un par de comentarios, dónde Rodri se estaba casi muriendo de risa de lo tentado que estaba. Hasta que un ruido hizo que se cagara todo.

— eu, banquen. Escuché que golpearon la ventana.- susurró, silenciando a los chicos. Se sacó los auriculares y se acercó de a poco, escuchando como volvían a tocar.

— eu, Carre, soy Iván. Abrime.- susurró un toque fuerte. Rodri al escuchar eso se sintió más aliviado y respiró tranquilo.

— la concha de tu hermana Iván.- abrió la ventana, dándole la mano a Iván para que entrara.— me hiciste cagar todo.

Spreen x Carre | one shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora