Spreen x Carre | one shots

capelettinis

nota: gracias sprxxrra por la idea, tkm

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Sentía que estaba destruído y que necesitaba darse un baño de agua fría rápido para despejarse, pero ni fuerzas para eso tenía. Le pesaban los ojos y no daba más, quería acostarse y no despertar después de dos días. Muy exagerado, si, pero así se sentía; aunque su compañero y novio Iván sentía todo lo contrario.
Se lo notaba de un buen humor mezclado con energía positiva y hambre. Si, estaba re cagado de hambre porque en la joda consumió puro alcohol y durante el día solo se morfó dos sánguches de milanesa y nada más que eso.

Eran las cinco de la madrugada, Rodrigo intentaba no cerrar los ojos e Iván buscaba una olla para cocinarse unos fideos. Algo simple para no dormir con él estómago vacío.

— ‘mor, dónde poronga están las ollas?— preguntó, mirando a su alrededor. Al no recibir respuesta alguna, se da vuelta viendo como Rodri permanecía dormido arriba de la barra. Siente un calor en su pecho cuando lo vé; es muy tierno.

Podría sonar caprichoso, pero Iván quería que Rodri esté despierto y le haga compañía mientras su atención sólo era para él. Entonces se le acercó, apoyando su cuerpo en la barra, para empezar a molestarlo tocándole la nariz y distintas partes de la cara con el dedo índice.

— eu, dale, despertate. Un ratito, me siento sólo sino.— le hablaba con la voz más dulce que le podría salír. Rodrigo solo hacía muecas y se quejaba con sonidos graves.— “y me siento sólo, aunque haya gente a mi lad-”— tarareó, para molestar, y como respuesta recibió una mini sonrisa de Rodrigo.— dale pelotudo despertate, un rato.

No paró de molestarlo ni un segundo.

Carre comenzó a removerse en su lugar y por obligación tuvo que abrir los ojos y levantarse.— sos un rompe pija, Iván.— se dirigió a la cocina, sacando una olla para después mojarse la cara con agua fría.— ¿que vas a cocinar?— se acercó a Iván, agarrando su remera para secarse la cara.

— secate tranquilo nomás.— cuando vió que Rodri terminó con lo que hacía y notó apenas una lejanía muy mínima,  aprovechó el momento para intentar alzarlo y sentarlo en la mesada.

— pará, que haces?— se le escapó una pequeña risa entre la frase. Iván le habia hecho upa por dos segundos.

— hago unos cape- eh, capelettinis. Capelettinis con queso, que rico.— dijo lo último fingiendo un placer por imaginarse dicha comida. Rodrigo solo sonrió.— sal, sal... Aceite, lito'.— con ese buen humor parecía que en cualquier momento irían a aparecer brillitos o luces.

Carre lo mira, poniéndose a pensar cómo se notaba que Iván estaba feliz. Más feliz que antes, notaba su cambio después de ser novios. Sentía la comodidad, la aceptación, todo; eso le llenaba el alma. Cada día era una persona distinta pero siendo la misma, sin cambiar sus actitudes y lo que tanto le gusta a Rodri.

— che, vení.— lo llamó, haciendo que se acerque. Acomodó sus piernas alrededor de Iván y dejó que él lo abrazara.— apúrate con los fideos porque en cualquier momento me duermo de vuelta.

— no depende de mí, sino de los fideos.— alzó la vista, sonriendo con ternura al verlo. Hizo apenas puntitas de pie para dejarle un corto beso en los labios. Pero antes de poder separarse, Carre lo había agarrado para dejarle unos cuantos más. Iván disfrutó todos y cada uno de esos besos.

Iván sentía que podría estar así por horas, un día entero si era posible. Los besos de su novio lo despejaban de todo, era solamente ellos dos y ese contacto que tanto amaban. Siempre que se da la oportunidad, aparece un beso por parte de alguno. Siempre.

Después de un rato ya Iván estaba por colar los fideos, mientras Rodri se había bajado para buscar dos platos y tenedores. Se sentaron en la barra con dicha comida, sin hablar ni nada, disfrutando la presencia del otro.

Su última parada fue la cama, dónde en cualquier momento iban a cerrar los ojos del sueño que manejaban. No sin antes hacer otra ronda de besos cortos,  sin faltar abrazos y pequeños diálogos entre risas diciéndose que eran re putos por hacer eso.

Iván se sentía satisfecho al igual que Rodri. Una cena simple después de una joda, un momento de compañía y besos de por medio para después dormir juntos.

Se amaban tanto que harían cualquier cosa por el otro.