tiempo

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nota: escribí esto con sprxxrra
espero q les guste. (Tkm linda)

...

— esperá boludo, que todavía se escucha.— río levemente, viendo como Carre hacia un gesto de sorpresa el cuál los espectadores no pudieron ver porque la pantalla estaba en negro.

— ah, pensé que ya no se escuchaba más boludo.— y esas fueron las últimas palabras que se escucharon, hasta que se cortó stream.

Suspiraron cansados y se estiraron casi al mismo tiempo. Spreen observó atento como Carre terminaba de comer aquel chupetín y tiraba el palito a la bolsa; su vista se posó a los labios, mirando como se los lamía y quedaban brillosos por la mezcla de saliva y el dulce del dicho chupetín. Tuvo una rara sensación la cual quiso ignorar.

Carrera sintió unos ojos sobre el y volteó la mirada desde el monitor hasta Spreen. Encontrándose con el de ojos avellana mirándolo fijamente hacia los labios; tuvo un pequeño cosquilleo en el vientre y decidió comentar algo para calmar el pequeño silencio "incómodo" que se había formado cuándo ambos se dieron cuenta de su corto contacto visual. Desviando así, la mirada.

— boludo, fuera de joda no doy más. Nunca más como picante.— soltó carcajadas pequeñas e susurrantes mientras prendía el celular y miraba sus notificaciones.

— mal boludo , yo tampoco.— rió y despegó la mirada del bajo para mirar el monitor. — eu, Davo me invitó a la bresh hoy, ¿te pinta ir?— lanzó volviendo a mirarlo.

Rodri lo pensó un toque y levantó ambos hombros.— dale, me pinta.

Una vez más volvieron a mirarse; pero Carre sentía la mirada de Iván un poco más densa de lo normal. Sentía como se creaba un ambiente tenso el cuál Iván sabía cómo romper y Carre divagaba de la idea. Vio como los ojos de Spreen posaban con claridad en sus labios y no pudo evitar ponerse nervioso, entonces como acto de reflejo decidió levantarse de la silla rompiendo ese hilo que se había creado.

— bueno, wacho.— se río tímidamente, Iván no despegaba la vista de encima.— voy abajo y busco mis cosas y después nos vamos a comer por ahí, necesito algo dulce que no sea picante.— propuso, con la idea de dejar de lado esa tensión. No quería volver a lo de antes, no quería separarse de Iván y estar tan lejos uno del otro.

Según Rodri, su corazón pertenecía a una chica la cual le estaba empezando a llamar la atención y de a poco gustar. Pero aquello eran solo ideas tontas para tapar lo que siente todo su cuerpo cuando recuerda a Iván. Todos esos nervios y su corazón latiendo a mil cuando Iván está cerca suyo. Realmente ese pibe lo tenía como loco, por eso se hizo la cabeza intentado gustar forzadamente de una chabona, porque le hacía mal la distancia y sabía que no podía volver a lo de antes con Iván.

Pero Iván ya se había decidido. Por más que los proyectos lo mantengan ocupado y su meta de llegar a los diez millones lo consuman mucho; iba a volver a lo de antes con Rodrigo. Enserio quería, e iba a intentar estar la mayor parte del tiempo con él y evitar que ambos se lastimen por la distancia.
Porque, aunque lo oculte, Iván extrañaba cada día más la compañía del más bajo. Esos recuerdos juntos, cuándo caía a la casa de éste sin avisar, cuando todos los fin de semana salían a la bresh o a algún lugar irrelevante ya que únicamente importaba la compañía del otro; cuando sus fotos juntos era lo que siempre estaba en sus redes sociales. Cuando eran ellos y solo ellos contra todos.

Y quién lo diría, fué eso lo que le dió a entender sus sentimientos. Eso que sentía cuando estaba con el bajito, esa calidez y libertad de sentirse él mismo en todo momento. Esa compañía que siempre estaba y que ahora se encontraba ausente, extrañarlo tanto, pensarlo seguidas veces, preguntarse cómo sería si aún siguieran teniendo esas salidas recurrentes. Preguntarse "¿que hubiera pasado si hubiera aceptado alguno de esos besos?".

Sin duda, le costó aceptarlo. Tener sentimientos más allá de amistad hacia su mejor amigo era algo que le generaba miedo, pero a la vez, le parecía lindo. Y, a pesar de todo lo que se diga sobre su amigo y tal chabona, iba a aprovechar ésta oportunidad e iba a aceptar lo que siempre dijo negar.

Tomó por el brazo a Rodrigo y habló.

— Rodrigo, esperá.— sin dejar que el otro de respuesta alguna, lo atrajo hacia él con un movimiento rápido, tomó sus mejillas y pegó sus labios. Exacto, lo besó.

Rodrigo no podía procesar lo que estaba pasando al principio. ¿Iván lo estaba besando? Era una ola de emociones; confusión, felicidad, nervios. Sentía que su corazón iría a explotar en cualquier momento de lo rápido que latía, había quedado completamente tieso en su lugar. Y esto a Iván lo estaba poniendo raro; Rodrigo no le seguía el beso y por eso se separó con lentitud, sintiéndose un poco apenado por lo que acababa de hacer.

Lo miró con pena.— perdón.— fue lo único que pudo decir.

Una cachetada mental hizo darle cuenta de la realidad a Rodrigo. Su cabeza comenzaba a llenarse de pensamientos con vida propia diciéndole que se de cuenta y que no deje que Iván se aleje. Porque si, estaba quedando como boludo. Tanto tiempo para esto y no lo aprovechaba.

Rodri lo miró unos segundos y ahora fue Iván el que quedó sorprendido cuando el contrario se le acercó con rapidez a besarlo, haciendo presión con sus manos para que no intente escaparse de alguna forma. Claramente ni dos segundos pasaron que cerró los ojos y atrajo con sus manos el cuerpo del más bajo, pegandolo hacía el suyo, comenzando a mover sus labios de un ritmo el cuál Rodrigo pudo adaptarse al toque. Dejando una pequeña mordida para que Carre pueda abrir apenas la boca e introducir su lengua al instante, aprovechando el paso.

El beso estaba lleno de sentimientos que fueron reprimidos por mucho tiempo. Deseo, amor, necesidad; cada uno en su forma más sincera posible. Mentirían si dijieran que nunca esperaron ese momento, pero, tanta espera valió la pena al sentir ese sentimiento de calidez al sentir los labios contrarios chocando con los suyos. Fué mejor de lo que esperaban, complementaban como dos piezas de rompecabezas, estaban hechos uno al otro, y eso, ni el tiempo que pase iba a cambiar.

Chasquidos húmedos gobernaban esa habitación. Estaban tocando el cielo con cada rose de lenguas. Sus bocas coordinadas perfectamente, moviéndose a la par suave y deseadamente. Obvio era el hecho de que lo necesitaban; necesitaban del otro. Cómo sus sentimientos efervescian y sus mejillas se calentaban e enrojecian ante ser conscientes de la situación. Y era lo que más les encantaba, estar teniendo ese contacto conscientemente con la persona que, por fin, lograron aceptar su enamoramiento.

Sus pulmones pidieron un descanso y se separaron; aún así, con poca distancia entre sus rostros. Viéndose a los ojos, con los labios hinchados y brillantes por lo anterior, se dedicaron una sonrisa tierna y tímida con el brillo más sincero en los ojos.

Soltó la cintura del más bajo y habló en sus labios; aún con una sonrisa en los suyos. —ahora si, busca tus cosas y nos vamos.— rió por lo bajo achinando sus ojos como siempre solía hacer

— dale, lindo.— sonrió y guiñó pícaramente para luego salir del lugar a buscar sus cosas, sintiendo la mirada del alto en el.

Ésta noche iba a ser una noche larga. Linda y larga.

Spreen x Carre | one shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora