Ahora que estás aquí

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A diario llevo apoyo en casos de violencia contra las mujeres, violencia física, psicológica, económica, gineco obstetrica, política, etc. Pero desafortunadamente la violencia no discrimina, ataca a niñas, adolescentes, mujeres, adultas mayores y no importa si estas son de recursos bajos o si son adineradas.

La fundación en la que trabajo, funciona de forma conjunta con un equipo de abogados, psicólogos y trabajadores sociales que permiten brindar apoyo a mujeres víctimas de violencia.

Mi trabajo a parte de recursos humanos es dar seguimiento a los casos que los abogados toman para evitar que los cuadros de violencia no se vuelvan a repetir, en situaciones de denuncias las mujeres por lo general tienen mucho miedo de enfrentarse a  todo lo que conlleva el proceso legal, es ahí cuando nuestra fundación actúa, brinda ese soporte para acompañar a la víctima en el trayecto.

Para estos espacios laborales debes aprender a separar tus emociones y ser lo más coherente posible, sin embargo los seres humanos no siempre podemos lograr ese equilibrio y varias situaciones terminan afectando nuestras emociones como el caso que tuve.

La voy a llamar María por motivos de confidencialidad, un día llego con su labio roto, una ceja partida y varios moretones de una golpiza que estuvo a punto matarla.

Cuando María llegó, la recibimos con calma y evitando revictimizar hablamos con ella. María al principio solo tomó asiento y se echó a llorar como si hubiese perdido a alguien, no nos decía nada, por fin luego de unos minutos respiro y nos dijo que una amiga le había recomendado venir a nuestra fundación ya que en algún momento le habíamos brindado apoyo en una situación similar.

La violencia empezó celando a María asegurando que no quería que trabaje porque no necesitaba hacerlo, y que no quería que se arregle demasiado porque no quería que alguien se fije en lo hermosa que era. Al principio esas palabras pueden confundir el amor por la posesión. Con el tiempo sus acciones fueron más agresivas empezó con algunos empujones y cuando estaba ebrio gritos y una ira descontrolada.

Que porque se quedó, fue porque cada vez que pasaban esos episodios al siguiente día lloraba y le pedía disculpas de una forma desesperada le llevaba flores, la invitaba a comer así que parecía tan real su arrepentimiento sin darse cuenta que solo era parte de su manipulación.

Pero ese día, el día en que casi pierde su vida se dió cuenta que ya no podía seguir ahi y peor exponer la vida de su amado hijo.

Después de haberla escuchado, mi corazón sentía muchas cosas, tristeza por la situación, irá por el poder que tuvo sobre ella e indignación porque las leyes de mi país no resguardan la seguridad de estas mujeres.

Entre tantas cosas había olvidado que arruiné un momento tan lindo común chico que me gustaba, mis inseguridades se han apoderado de mi y quizá no pueda encontrar a alguien que quiera aprender a lidiar con esto.

Pero en fin, tenía que seguir, de la oficina me pidieron que informe en la empresa  del agresor acerca de la notificación y la solicitud de pensión para su hijo. Muy segura ingresé y no me imaginé encontrarme con él.

Cuando ingresé a la oficina de los supervisores de la empresa de construcción me pidieron unos minutos hasta llamar a quien coordinaba a ese grupo de trabajadores.

Vi entrar a Esau y mi corazón se salía de mi cuerpo, estaba temblando y cuando el me vió lo noté muy sorprendido como si hubiese visto un fantasma.

Soy muy profesional y expliqué la situación, evité mirarlo pero sentía que sus ojos no se apartaban de mi, me sentía tan avergonzada solo quería salir corriendo.

Terminado mi tiempo salí de la oficina y salí sin mirar atrás hasta que escuché su voz mencionar mi nombre.

Cuando te miroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora