Capítulo 3

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-Voy- llegué hasta ella y la acompañé a la pista para que siguiera entrenando -voy a cambiarme de zapatos para estar más cómodo.

-¿No vas a patinar?

-Todavía soy muy novato, pocos días son los que no me caigo. Mi madre me mataría si estropeo el uniforme.

-Entonces me cambio y nos vamos- intentó salir de la pista pero no la dejé.

-¡¿Qué?! No, tienes que entrenar- me puse serio taponando la salida -tienes campeonato.

-Déjame salir- empezó a reírse empujándome sin éxito porque se resbalaba con los patines -¡PEYAN!

-Sayuri no te preocupes por mí, he venido porque me sobra tiempo.

-¡PEYAAAN!

Se resbaló del todo y me abrazó la cintura, levanté los brazos para que viera que yo no estaba haciendo nada, totalmente asustado por la cercanía.

Dios mío Dios mío Dios mío.

-¡NO ESTOY HACIENDO NADA!

-AYÚDAME.

No quería tocarla, se resbaló otra vez y se agarró de mi cinturón.

-¡NO!- le agarré los brazos y la levanté antes de que me bajara los pantalones.

-Perdón perdón- reía mientras se enderezaba.

Yo pasando el peor rato de mi vida y ella riéndose conmigo.

-Lo siento jajaja pero prefiero irme contigo que patinar sola.

Intenté que no me afectara lo que me había dicho dejándola pasar.

-Vamos a las taquillas, te enseño la mía.

Llegamos a los casilleros que había antes de los vestuarios y me enseñó la suya, la que tenía desde hacía dos años por estar federada en el equipo del lugar.

La abrió y pude imaginarme su habitación. La puerta tenía cosas pegadas y estaba pintada de rosa, tenía una foto con su padre y cosas útiles como un kit de emergencia por si le pasaba algo entrenando, una botella para llenarla por si acaso, ropa de repuesto, unos guantes sin dedos y un monedero para cuando quisiera algo de las máquinas porque la cafetería era gratis pero cerraba pronto.

-Tienes hasta un peine- me fijé.

-Intento estar aceptable jaja.

-Siempre estás guapa- lo dije sin pensar -¡NO! NO QUERÍA DECIR ESO- se le borró la sonrisa.

-Entonces ¿no lo estoy?

-¿El qué?

-¿Guapa?

-¿No tienes que cambiarte?- me rasqué la nuca.

Sonrió -- cogió la bolsa que guardaba y se fue al vestuario mientras yo me cambiaba de zapatos.

Regresé nervioso y la esperé en la taquilla, tenía su nombre escrito en rotulador rosa que no sabía que existía, y cuando salió volvió a abrirla para dejar el peine y darme la combinación.

-Que no se te olvide.

Al salir nos dimos cuenta de que estaba lloviendo, y yo que había venido sin paraguas y sin moto quedaría fatal por dejar que se mojara.

-Puedes esperarme aquí y voy a por mi moto para llevarte a casa- sugerí tímido. Sacó el paraguas de la mochila, lo abrió y me lo tendió.

-Tú eres más alto, nos taparás mejor.

Lo cogí nervioso y me agarró del brazo para caminar juntos, provocándome una taquicardia.

-¿Estás bien?

Seguro que me notó temblar.

-S-sí, ¿y tú?

-Muy bien- acunó mi brazo con sus dos manos -mi casa está por la derecha, luego puedes llevarte mi paraguas, ya me lo devolverás cuando nos veamos, o lo puedes dejar en nuestra taquilla.

Vale, estás muy rojo, relájate que esto es una tontería, tranquilízate...

¡¿NUESTRA?!

-¡¿NUESTRA?!

-¡AH!- dio un salto y se mojó.

-¡PERDONA!- la tapé corriendo.

-Tranquilo- se acicaló brevemente mientras lo decía -eres muy emocional- mencionó un poco incómoda.

-Disculpa.

-No es nada malo, solo me asustas un poco cuando gritas, pero así es más divertido.

Íbamos llegando a su casa y empezó a contarme cómo le había ido en la escuela, una privada en la que solo se entra teniendo una buena media.

-Y mi amiga siempre se sienta a mi lado para que me deje en paz, pero a veces él es más rápido y me encajona.

-¿Cómo?

-Es que... es mi vecino, y cuando el bus para nos subimos a la vez, entonces a veces me siento al lado de la ventana y cuando va a venir mi amiga él se sienta rápido.

-¿Y tu amiga no puede guardarte un sitio si ya está en el bus?

-Es que le encanta hablar con la gente, no le gusta ir sola.

-Siendo un instituto de élite ¿no es mucha casualidad que seáis vecinos y vayáis a la misma clase?

-Su padre siempre estuvo obsesionado con el mío, siempre intentaba superarlo en todo, por eso lo seguía muy de cerca- se detuvo para susurrarme -se dice que hasta mi madre se embarazó antes y que cuando lo supieron no dejaron de intentarlo.

-¿Y es algo tan malo para que susurres?- pregunté en el mismo tono.

-Es necesario cuando se comenta que incitaron que su madre pariera antes de tiempo para que su hijo naciera el primero.

-¡¿QUÉ?!

-Shhh- me tapó la boca con las manos -solo un mes antes.

-Eso sigue siendo una locura.

-- sonreía como si se estuviera divirtiendo.

-¿Te lo pasas bien?- preguntó un chico.

OCASO - PEYANDonde viven las historias. Descúbrelo ahora