Plática

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Taehyung se encontraba en la cafetería del hospital cuando Jungkook llegó.

— Hablemos, por favor – pidió el maknae.

— De acuerdo, hablemos. No se vale gritar – dijo Tae y después suspiró.

— Sé que quieres empezar... Dime – dijo Kook.

— ¿Por qué quieres un cachorro? ¿Solo porque todos ya tuvieron los suyos y nosotros no? – preguntó con curiosidad sincera.

— No realmente... Siempre he querido uno. Pero si, supongo que comencé a querer uno aún más viendo a Jin y Jimin felices – explicó — ¿Por qué no quieres tener uno?

— No es que no quiera... Dime anticuado... Pero quiero hacer las cosas como se deben. Quiero casarme primero contigo y después tener cachorros. Quiero experimentar una boda linda y una luna de miel sin estar pensando como estará el bebé...

El maknae se sintió aliviado de cierta forma, no era que hubiese algo malo con él o porque no quisiera un bebé.

— ¿Y por qué no me has pedido que nos casemos? – lo acusó.

Tae se rió un poco, tomó una servilleta y la partió. Enrolló aquel papel en un tubito delgado, pidió su mano a Kook y envolvió su dedo anular izquierdo haciendo un moñito.

— Jeon Jungkook... ¿Quieres casarte conmigo? Prometo... Darte un anillo mejor que este – dijo viéndolo directamente a los ojos.

El maknae se sonrojó y rió por las acciones de su alfa. A veces era un tonto pero así lo amaba.

— No seas idiota... Claro que sí lo haré – contestó dandole un beso.

Después de aquello Jungkook comenzó a sentirse extraño... Un calor intenso recorrió su cuerpo.

Tae reconoció de inmediato las feromonas del maknae.

Un olor dulce a helado... Helado de vainilla... De fresa... De chocolate. Eso confirmaba que el olor de Kook era helado napolitano. Su olor estaba volviendo loco a Taehyung.

— ¿Olvidaste tomar tus supresores, Kook? – le preguntó.

— No... Nunca los olvido... No sé que pasa... – admitió preocupado.

Desde que había tenido su primer celo decidió que eso no lo detendría de ser el mejor tal y como planeaba. Así que siempre tomaba sus supresores, normalmente por eso era muy exacto en los días que caía su celo y solía no durar más de dos días.

Sin embargo, no era momento de su celo y lo sentía tan intenso como lo había sido el primero... Tenía tantas ganas de tocarse... de tener a su alfa. Soltó un pequeño gemido.

Fue entonces que Tae lo tomó de la mano y comenzó a sacarlo de ahí. Se puso en modo defensivo, cualquiera que si quiera volteara a ve a su omega recibía un gruñido de su parte.

Una vez en el carro no abrió las puertas. El olor a Jungkook lo volvía loco pero no le importaba... No quería que nadie más oliera a su omega...

Sabía a donde debían ir. Llamó de inmediato al lugar donde solía ir a pasar sus celos pues podían ir alfas, omegas e incluso parejas.

— Por favor, prepara la habitación de siempre. Llena el cuarto con varios bocadillos dulces y salados. Iré con mi omega. Llego en 15 minutos... Que sea en 10.. – dijo para luego colgar.

Nunca había estado con Jungkook en alguno de sus celos pero lo ayudaría. De ahora en adelante estaría con él siempre.

Finalmente llegó a un edificio donde entró con el coche y estacionó en uno de los compartimientos, cerró la reja y abrió el coche para ayudar a Kook a salir.

Lo ayudó a subir por unas escaleras que daban a la habitación que se encontraba preparada.

Jungkook comenzó a besar a Tae desesperadamente.

— Te necesito... – le pidió tratando de deshacerse de su ropa y la de Tae.

Sin embargo, el alfa encontró un poco de fuerza para ser racional.

— Sé un buen omega y esperame en la cama – le ordenó.

— Si... Si... Quiero ser un buen omega... – dijo Jungkook obedeciendo.

Aún así se terminó de deshacer de su ropa antes de subir a la cama.

Tae se acercó a la canasta llena de condones al lado de la cama, también se sacó la ropa y se puso el preservativo.

Regresó con Jungkook a la cama, besó su cuello haciéndolo gemir mientras también metía sus dedos en él.

— Mi lindo omega... Tan listo para mí... – lo elogió.

— Si... solo para ti... – le dijo el maknae.

Finalmente entró en su omega tal y como quería.

Le encantaba sentirlo tan cerquita y en un momento que nunca habían estado. Difrutando juntos que en cuanto Jungkook se lo pidió no dudó ni un segundo.

— Marcame, Tae...

Los dientes del alfa se clavaron de inmediato para después lamer suavemente la herida.

Ahora si era su omega y para siempre.

He loves me <3 |Finalizada| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora