≈ 6 ≈

456 38 1
                                    

₊˚

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

˚. ˚. ˚.˚. ˚. ˚.˚. ˚. ˚.

— Hey, chico del bosque.

— Chica del océano — respondió Neteyam del mismo modo.

— Dijiste que ibas a acompañarme a cazar ¿no es cierto? — levanté el arco dejándolo a la vista.

Neteyam respondió a mi gesto con una sonrisa, corriendo hacia su choza. No pasó mucho tiempo antes de que regresara, ahora equipado con su arco y flechas.

Sin perder tiempo, hice un ademán con la cabeza, indicándole que me siguiera. La idea de la cacería me resultaba atractiva. Aunque gran parte de nuestra alimentación consistía en frutas y pescado, también dependíamos de la caza local para enriquecer nuestra dieta.

Omnipresente POV

— ¿No crees que está pasando demasiado tiempo con ese chico? — murmuró Ronal a su esposo, observando con cierta inquietud cómo Neyla se adentraba entre los árboles en compañía del hijo mayor de los Sully.

— Me parece que es buena idea, el chico empezará sentir que esta es su casa también — el hombre había posado la mano en el hombro de su señora — ¿por qué te preocupa?

Ronal lo miró por sobre su hombro. Había una tensión palpable en la conversación, ya que ambos padres tenían preocupaciones y perspectivas diferentes sobre el asunto.

— Solo me preocupa que se esté desviando de sus deberes, sabes como es ella.

— Aún es muy joven, tiene dieciséis años, déjala que siga su camino — argumentó el.

— Hiciste una promesa Tonowari, no te olvides de eso — Ronal dio la vuelta para mirarlo con severidad.

— Lo recuerdo bien, no es necesario que me lo repitas cada día — suspiró — estoy seguro que Neyla también está consciente.

Sin embargo, Ronal no parecía convencida y lanzó una afirmación inquietante — Pues no lo parece.

— Si ese es el caso, cariño ¿obligarías a Neyla a que esté con alguien a quien ella no ama? — Tonowari conocía a Ronal como la palma de su propia mano, pero en esta situación la estaba desconociendo completamente.

— El no es uno de nosotros, es un na'vi del bosque — con esas palabras Ronal dejó de sostener la mirada de su esposo y se retiró de su choza.
Dejando aún más desconcertado al hombre.

El no recordaba cuándo fue la última vez que vio a Neyla tan sonriente como en estos últimos tiempos, algo cambió en sus hijos desde que ellos llegaron.
La llegada de esa familia fue inesperada pero estaba sacando algo positivo.
No podía entender qué era lo malo que su señora esposa estaba viendo.

La próxima TsahìkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora