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Todo iba viento en popa en la relación de Manjiro y Takemichi.

Luego de la comida que tuvo con la familia Sano, habían pasado unos días muy tranquilos y pacíficos en donde solo tenían citas, disfrutando de su romance adolescente, Takemichi se quedaba a cenar algunos días (por no decir todos los días) con ellos y Manjiro siempre le convencía de quedarse a dormir.

Y hacer otras cosas.

En poco tiempo, ya parecía un miembro de aquella excéntrica familia. Todos eran muy amables con él, incluso Izana quien a pesar de siempre decir cosas aterradoras, también era muy dulce, a su manera, claro.

Ya no habían comidas solitarias, la sensación de soledad al llegar a su hogar había desaparecido casi por completo, además se divertía tanto con su novio que podía olvidar con facilidad cuando estaba a su lado, todo lo que le agobiaba.

La vida nunca le pareció más hermosa.

— ¡Take-chan! Nos vemos mañana — se despidieron con un tono jovial y alegre sus compañeras de clases.

Bye, bye~ — Takemichi se despidió de igual manera, había estado tan en las nubes que ahora era el último en la clase, hasta el profesor se había marchado.

Empezó a juntar sus útiles escolares sin mucha prisa, Mikey dijo que ese día se iba a retrasar unos minutos ya que estaba de exámenes. Ahora que lo pensaba, ese año Mikey se graduaba...

Se preguntaba cual sería el futuro de su novio, Manjiro obviamente no quería ir a la universidad, lo único que le apasionaba eran las pandillas y las motocicletas, así que probablemente seguiría con lo mismo.

El sueño de Mikey era hacer un nuevo mundo para los pandilleros, hablaba de eso muy poco, pero Takemichi sabía que lo decía totalmente en serio, al igual que cuando prometió que no se iba a rendir hasta hacerla su novia.

Mikey era un hombre de palabra, eso le gustaba muchisimo de él. Definitivamente no se equivocó cuando aceptó ser suyo.

Terminó de juntar todas sus cosas, se colgó su mochila al hombro y caminó de manera distraída a la puerta, la deslizó y entonces se topó con la figura de un chico que estaba a punto de entrar al aula.

— ¿U-Uh? — subió la mirada, entonces se congeló debido al miedo.

— Hola — saludó de manera seca Kazutora, Takemichi dio varios pasos hacía atrás por instinto, la última vez que ambos se vieron nada salió bien — Oh, eres ese chico raro — murmuró mirándolo de pies a cabeza, fue obvio que no lo había reconocido de primeras ya que estaba vestido como un simple chico — ¿Qué haces aquí?

— E-Esta es mi clase — no iba a mentir, Takemichi le tenía muchísimo miedo a ese chico tatuado, le recordaba demasiado a los sujetos que lo solían golpear — ¿B-Buscas a alguien?

— Mph, ya veo — Kazutora ignoró sus palabras, masajeo su hombro, parecía ¿Nervioso? — Eres compañero de clases de Akkun.

Cuando aquel apodo salió de sus labios, Takemichi quedó tan descolocado que olvidó por unos segundos su miedo.

— ¿Eh? ¿Conoces a Akkun?

— Me hice amigo de él luego de que lo salve de unos idiotas que lo estaban golpeando. Pensé que todavía no se había ido a casa, veo que me equivoqué...— aunque intentó disimular su decepción, Takemichi pudo leerlo con facilidad.

Para Takemichi fue fácil unir puntos, un gran foco se prendió encima de su cabeza cuando se dio cuenta que Hanemiya Kazutora era el interés amoroso de su mejor amigo...

Travestismo |Maitake| |+18|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora