Travestismo |Maitake| |+18|

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Las campanas anunciaron el final de la jornada escolar.

Takemichi recogió todos sus materiales de estudio y los guardó en su mochila, se despidió como siempre de sus compañeros y con pasos lentos se dirigió hacia la salida. Rezó un poquito para no ver a Mikey, una parte de él, deseaba que aquel chico hubiera desistido, pero mientras se cambiaba los zapatos, pudo ver una cabellera rubia por el rabillo del ojo y al voltear, Mikey se hallaba en el portón de su escuela.

Su senpai tenía razón, ese chico sí que era persistente.

Cerró su casillero y caminó hacia el blondo, él cuál le esperaba recostado contra la pared y con las manos en los bolsillos; se veía tan genial, incluso sin hacer nada, Takemichi se sintió aún más nervioso.

— ¡Takemitchy!~ — saludó Mikey incorporándose y limpiando de sus labios los restos de Dorayaki.

Takemichi maldijo a Cupido y a todos los Dioses del amor, inhalo profundo, buscando calmar su inquieto corazón, aunque pronto se dio cuenta de que eso era inútil.

— M-Mikey-kun, hola de nuevo — saludó tímido — Realmente no pensé que vendrías... — susurró aquello más para sí mismo que para el contrario, pero para su mala suerte Mikey lo escuchó.

— ¿Por qué pensaste eso? — preguntó mientras arqueo las cejas.

"Porque eso hubiera sido lo mejor para los dos" pensó sombríamente.

— P-Por nada — negó con las manos —  ¿Y a dónde vamos a ir?

— Escuche que se inauguró un boliche hace poco cerca del centro comercial  — contestó con un tono tan dulce como la miel — Dicen que allí venden una deliciosa pizza.

¿Pizza? ¿Bolos? ¿Y un chico lindo? Todo arrepentimiento se esfumó de la cabeza de Takemichi al instante.

— ¡Oh! ¡Suena muy bien! — gritó entusiasta, no pudiendo ocultar la emoción, brillos y estrellas soltaron de sus ojos azules — Me encantan los bolos.

Mikey casi suelta un suspiro de alivio, al oír eso, pero logró suprimir sus nervios. Aunque Mikey parecía estar tan sereno como siempre por fuera, la verdad es que estaba absolutamente aterrado en el interior.

El invencible Mikey, el cual había enfrentado duras peleas, el cual había enfrentado a los tipos más fuertes y aterradores del mundo, el cual lideraba a una de las pandillas más fuertes de todo Kanto, ahora estaba a merced de una pequeña y dulce, chica.

En realidad toda la idea de la "cita" había sido idea de Draken, para ser un tipo rudo que ni siquiera miraba a las mujeres, Ken Ryuguji sabía mucho de como tratarlas.

Mikey recibió una extensa charla de su amigo, sobre todo, sí, "absolutamente todo" lo que necesitaba saber para estar en una relación. Desde como enamorar a una chica, como tratarla, etcétera, etcétera, etcétera.

Según Kenchin, la primera cita, era muy importante. Todo tenía que ser absolutamente perfecto o estaría perdido.

— Genial, entonces vamos — Takemichi asintió sin borrar su sonrisa, pero antes de que diera un solo paso Mikey volvió a hablar — ¡Oh! Déjame llevar tu bolsa, Takemitchy — se ofreció amable, como todo un caballero.

Si Emma o Mitsuya o cualquiera lo viera ahora probablemente se hubieran desmayado.

Takemichi dudo un poco, pero la verdad le dolían los brazos por cargar todo el día libros, así que no lo pensó demasiado.

Mikey cargó su mochila como si fuera una ligera pluma, sus ojos analíticos no pasaron por alto, lo lindo que estaba decorado, incluso olía a flores, se notaba a leguas que era una mochila de chica. Sus mejillas se calentaron un poco cuando notó que el girasol que le había regalado a la chica esta mañana ahora colgaba junto a otros ornamentos.