CAPÍTULO 9

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Aquel examen finalizó, su cabeza dolía y sus cutículas se encontraban totalmente lastimadas debido a que la ansiedad la orillaba a morderlas cada que no podía consigo misma, se llevó las manos al rostro para frotarlo en señal de cansancio, sé recostó y sin más durmió tan rápido cómo pudo.

Dormía, ella dormía cada que sus pensamientos se volvían complicados, dormía cada que su corazón dolía, dormía cada que deseaba dejar de existir… Ella prefería dormir antes que soportar sus pensamientos todo el día.

De pronto se encontraba parada en un lugar desconocido, parecía un jardín, había todo tipo de flores a su alrededor y una fuente de piedra blanca en el centro repleta de agua cristalina ocasionaba aquel ruido de agua chocando contra sí misma.
No podía describir lo que aquel lugar le hacía sentir, pero era algo cómo…¿Tranquilidad? ¿Paz?
Su vista se centró en algo que se movió del otro lado de donde ella se encontraba, curiosa, rodeo la fuente para acercarse a lo que segundos antes vio moverse.
Su mirada recayó en una rosa roja sostenida por la mano de una mujer.
Sus uñas eran un poco largas, no tenían ningún tipo de esmalte lo que las hacía pasar desapercibidas, los dedos eran delgados al igual que el resto de la mano.
Levantó la mirada y divisó una mujer de cabello largo y rubio, un poco ondulado, parecía una cascada de oro…si es que eso existía.
Mizuki sintió la necesidad de hablar con aquella mujer que se encontraba dándole la espalda, pero antes de que pudiera pronunciar una palabra, ésta giró la cabeza en dirección a mizuki.
No tenía rostro, el lugar donde deberían encontrarse sus ojos, nariz y labios estaba completamente en blanco, literalmente, no era nada más que un vacío en blanco, sin embargo no era aterrador de ver.
A pesar de no tener rostro, esa mujer era extrañamente familiar para mizuki.

El teléfono sonó y aquella notificación la despertó del sueño en el que se encontraba.
No estaba asustada, estaba confundida.

Otra notificación la hizo salir del trance.

-MIZUUUUUUU, ¿Ya terminó tu examen no es así? Espero que te haya ido bien!!...
A quien engaño no necesitas mi bendición, eres muy inteligente, claro que te fue bien.

¿Era posible que un simple mensaje pudiese mejorar el ánimo de alguien?

-Si, ya terminó…Gracias por ser tan linda conmigo, pero aún tengo dudas, siento que no hice lo suficiente.
-¿Hablas enserio? Yo desearía ser tan inteligente cómo tú, no te hagas menos porque sé que te fue genial

Si, era posible.

-No sé que haría sin ti Sol, gracias, enserio gracias.
-Acepto ese agradecimiento en forma de que nunca te alejes de mi vida
-Nunca lo haré, lo prometo:)

¿Cómo era tan sencillo para Sol alegrar y tranquilizar a Mizuki? Ni siquiera ella misma podía hacerlo.
Cada que recibía un mensaje de Sol, mizuki sabía que el día había mejorado totalmente, sin importar lo sucedido.
Sol era su medicamento.

La noche llegó y él apareció. Mizuki estaba recostada y totalmente escondida entre sus cobijas, extraño puesto que todas las noches estaba sentada esperando la llegada de aquel extraño ser.
Él la miró confundido.

-¿Niña?
-...
-¿Por qué hoy no estás de entrometida frente a mi?
-No te molestaré, puedes estar tranquilo hoy
-Pero, ¿Por qué?
-Toma tu consejo y no hagas preguntas
-¿No quieres darme información?
-Que curioso, los papeles se invirtieron - dijo con notorio tono burlón - ¿Cómo te sientes al respecto?
-Te la pasas hostigandome cada noche, es normal que vea extraño el hecho de que estés lejos y en silencio
-¡¿Hostigandote?! - se levantó rápidamente - ¿Quién está invadiendo la habitación de quién? - reprochó acercándose significativamente a él
-Si, ésta es la niña que conozco

Mizuki se sentó en silencio unos segundos

-Yo…no entiendo, hoy tuve un examen y vamos, un examen no es para tanto, ¿Cierto? Pero para mí lo es, me aterra la idea de fallar
-¿Sientes que fallaste?
-¡Siempre siento que fallé!, Es como si, mi esfuerzo nunca fuera suficiente para complacerla…
-¿Complacerla?¿A quien te refieres?
-A mi otra yo
-¿Tienes una gemela?
-¡No tonto! - sacó aire - me refiero a esa voz que, cada que intento hacer algo me asusta y molesta recalcando mis errores y todo lo que hago mal, mi papá ya no siquiera es tan estricto cómo ella
-¿No es normal para los humanos tener una voz interior?
-¿Es normal que te haga sufrir así? - dijo con los ojos llorosos y una lágrima a punto de caer

Un silencio abismal se situó entre ellos.
El corazón, o lo que hubiese dentro de ese ser, dolía.

-¿Quieres un abrazo?
-¿Qué?
-Eso necesitan las personas cuando se sienten mal, ¿No? - terminó para después extender sus largos brazos

Ella dudó, ¿eso de verdad estaba sucediendo? Aquel ser de apariencia terrorífica le estaba…¿Ofreciendo un abrazo?

Su boca ni siquiera fue capaz de pronunciar una sola palabra, tan sólo bajó la mirada y lentamente se acercó a él.

Recostó la cabeza en su pecho mientras la rodeaba con sus brazos, eran tan grandes que la palma de su mano se situó un poco más abajo del hombro de aquella indefensa chica…el mismo lugar dónde más tarde se encontrarían heridas.

En la oscuridad de mi habitación.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora