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Samantha miraba el auto que le dijo su abuelo, este noto la mochila.

-¿vas a salir? - le preguntó su abuelo

-debo llevarle algo a Sofia - respondió Samantha.

-esa gente que hace desde hace rato ahí.

-nos espían.

-¿por qué?

-quieren revisar la casa.

-¿eso te dijeron?

-si, yo les dije que necesitaban una orden.

-Samantha - dijo su abuelo seriamente - ¿Por qué la policía quiere registrar la casa?

-No lo sé.

-¡no me mientas!

-tengo todo arreglado y no he hecho nada malo, te lo juro.

-está bien, confío en ti.

Se escuchó el motor de un auto, rápidamente su abuelo se asomó por la venta y noto que el carro que los vigilaba se estaba yendo.

-se fueron por fin.

Samantha estaba ahí parada mirando la ventana, no se movía y solo miraba a la calle.

-¿Sam? ¿no vas a ir donde Sofía.

-espere unos minutos más.

Pasaron unos cinco minutos en los cuales Samantha se sentó en el sofá, sin hacer nada, era presa del pánico, su abuelo en cambio dio por terminado el asunto y se fue al jardín de atrás, Samantha por fin consiguió el valor de salir de su casa.

Abrió la puerta, miró alrededor y todo se encontraba normal, así lo sintió así que emprendió camino, no por donde siempre iba al colegio o donde Sofía, ahora fue al lado contrario, la calle estaba vacía, caminaba lentamente, por su mente pasaban tantas cosas, no sabía bien en qué lugar enterraría eso.

Samantha camino, escucho unos pasos a sus espaldas, dio una mirada rápida hacia atrás, vio un hombre que iba atrás, se puso aun mas nerviosa, tal vez no era nadie, tal vez solo iba por ese mismo camino, Samantha respiro y se calmó, siguió su camino, hasta que las casas desaparecieron y los prados dominaron el paisaje, Samantha se calmo, pero decidió mirar atrás para asegurarse que el hombre ya no la seguía, pero ahí seguía, ahora si se le hizo raro ¿por que alguien caminaba a la nada?

Samantha decidió caminar aun mas rápido, camino por la carretera, hasta que vio la oportunidad de desviarse por el campo y así lo hizo, ya no había carretera, solo caminaba por el césped, ningún camino le decía por donde ir, ella hacía su camino, se sintió libre, pero solo un momento porque vio por el rabillo del ojo a ese hombre que la venía siguiendo, estaba mirando desde la carretera, donde aparecieron dos carros particulares que estacionaron junta a él.

Samantha empezó a correr, no miro atrás solo corría dejó la gran esplanada de césped para ingresar a una zona más boscosas, correo rodeando los árboles, cuando pensó que era suficiente distancia para y camino, se acomodo el cabello, siguió caminando una gran distancia mirando siempre hacia atrás, al parecer no la seguían, así que siguió caminando en busca de donde enterrar su frasco.

Samantha se paró frente a un gran árbol, supuso que sería fácil de reconocer al volver, junta a este empezó a cavar con sus manos un pequeño hoyo, cuando creyó que era lo suficientemente hondo para su frasco, sacó de su mochila y lo puso en este y a sus espaldas se escuchó una voz, una voz lejana "alto" decía, esta voz se hacia mas y mas fuerte con el pasar de los minutos.

Samantha no volteo, estaba ahí de rodillas.

-Las manos arriba.

Samantha no hizo nada, se quedó en ese sitio.

-¡ey no me escuchas, las manos arriba!

dos agentes encubiertos rodearon a Samantha apuntándole con armas, ella solo miraba hacia el suelo.

-¿Qué mierda es esto? - dijo uno de los agentes al ver el frasco.

-arréstenla - ordenó.

Uno de los agentes procedió y esposó a Samantha, que seguía en todo momento con la mirada baja.

-atención, tenemos posibles restos humanos, solicito un equipo para que se lleve la evidencia - escucho Samantha mientras era llevada por el agente por el campo en dirección a la carretera, llegaron a la zona de césped a su lado pasó un equipo de forenses, Samantha fue puesta en una de las patrullas que había en la carretera.

La patrulla avanzó lentamente por las calles, pasaron por la casa de Samantha, ella levantó la mirada y vio a su abuelo afuera viendo agentes entrando a la casa, este miro a Samantha corrió al lado de la patrulla, llamándola, la patrulla siguió su camino y Samantha no dijo ni una palabra.

En la estación Samantha fue dejada esposada en una sala de interrogatorio, espero ahí, recostó su cabeza sobre la fría mesa de meta, cerró sus ojos y las voces se pronunciaron en su cabeza "tienes lo que mereces", Samantha no había hecho nada malo o eso pensaba, pero quién la creería.

La puerta se abrió de golpe y Hugo entró por esta.

-nos volvemos a ver, señorita Samantha.

Samantha solo lo vio, con una cara sin expresión.

-¿qué pasa? que tal si empezamos en ¿por qué tienes ese frasco?

Samantha solo lo vio.

Hugo dio un golpe a la mesa.

-Te agarramos con un frasco lleno de órganos humanos, así que creo que es mejor que empieces a hablar si no quieres perderte toda tu vida tras las rejas.

-Abogado.

-vaya ¿quieres volver a eso, una orden y ahora un abogado? creo que solo tienes aquí una razón o nos dices quien te dio eso o te culparemos de todo ¿Qué opinas de eso?

Samantha cambió su cara seria por una de temor solo unos segundos por preocupación, fue lo suficiente para que Hugo lo notara.

-yo no las maté - dijo Samantha en voz baja.

-¿quien te la dio?

-yo solo los encontré - dijo intentando no llorar.

-¿en la calle?

-Es más complicado que eso.

-soy todo oídos.

-Simplemente un día llegué a mi casa y en la puerta había un paquete.

-¿qué clase de paquete?

-era una caja, no tenía información ni nada, solo una caja, la lleve a mi cuarto lo abrí y era eso.

-¿por qué no llamaste a la policía?

-No se, no lo quise hacer.

-¿ los demás paquetes los recibiste de igual forma?

-si señor.

Asesino SueltoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora