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Sam salió de su habitación, fue hasta donde su madre, a la sala, ella estaba en el sofá, se estaba quedando dormida, Sam la vio, dudo en si decirle o no, pero al final creyó que era mejor que lo supiera y no se llevará una sorpresa el sábado.

-Mamá - dijo Samantha en voz baja.

Su madre abrió los ojos y la volteó a ver.

-¿Qué pasó hija?

-Voy a salir el sábado.

-que bien ¿Con Sofía?

-no.

Carol se movió del mueble hasta quedar sentada, la miro raro, Sam se puso nerviosa por la actitud de su madre.

-¿Entonces con quién? - preguntó Carol.

-Es que un chico me invitó y pues quería decirte ¿Puedo ir?

-¿Tienes una cita? - dijo sonriendo.

Samantha se puso roja.

-eso creo - dijo Samantha.

-Y cómo es el muchacho, cuéntame.

-bueno es de la escuela, me saludaba a veces, no le había prestado mucha atención, pero hoy Sofía me hizo socializar un poco.

-¿Es lindo?

-¡mamá!

-dime.

-bueno sí un poco lindo.

-ay mi niña ya está creciendo, pero debo conocer ese muchacho ¿Él vendrá por ti?

-si claro.

-bien ahí lo interrogare, buscaré una escopeta.

-¡Mamá!

-es broma, pero me hace feliz que salgas.

-gracias mamá, pues me agrada mucho hablar con él, sabes que no soy muy buena con los desconocidos, pero con él me siento cómodo.

-que bueno, tal vez hasta surja algo lindo en eso.

-tal vez.

-bueno hija, me voy a ir a dormir, estoy muy cansada - dijo Carol levantándose del sofá.

Sam también iba a su cuarto, pero primero apagó el televisor y la luz de la sala, fue a su cuarto, se acostó en su cama y noto que le llegó una notificación era de un número desconocido, abrió el mensaje que decía lo siguiente "Hola Sam, soy Thiago, me encantó hablar contigo, Samantha le contestó que ella igual y guardo su número como "Thiago <3".

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Samantha despertó, estaba en un desierto, no veía a nadie, todo era arena y más areca, volteo a ver a todos lados, pero el sol le molestó los ojos, escogió un lugar al azar y empezó a caminar en línea recta, por horas y horas y parecía que no se movía, que seguía en el mismo sitio, no había nada que tomará de referencia todo era plano y lleno de arena, hasta que al fondo vio un cactus.

Corrió hacia él con las fuerzas que le quedaban, pero a medio camino desplomó en la arena, fue arrastrada por un ser misterioso.

Samantha despertó, estaba atada en una camilla, intentó moverse, pero sus manos estaban atadas al igual que sus pues, ella confundida intentó mirar hacía su cuerpo para comprender porque no se podía mover, pero al intentar mover su cabeza estaba igual de sujeta.

Sam de reojo hacía su alrededor miró a unos médicos, luego de algunos segundos comprendió que estaba en una sala de cirugía, supo por intuición que estaban operando su cerebro.

Asesino SueltoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora