Las hadas habían cruzado el portal que conducía hacia Aistrol, la galaxia amarilla, donde los colores de Helvetios, la estrella solar de Pegasi, representaba cada lugar de dicho sitio. Los caminos construidos sobre pequeños lagos que rodeaban el castillo resaltaba la gran belleza de este.
—¡Este lugar es hermoso! —comentó Selfya al observar todo su alrededor.
Las columnas doradas que conformaban la bienvenida al castillo se encontraba protegida por una gran oleada de criaturas mágicas.
—¡Bienvenidos una vez más al reino Aistrol! La galaxia de la magia brillante y estrellas fugaces —dijo una extraña criatura pequeña.
—¿Qué tipo de criatura es? —preguntó Selfya mientras la seguía.
—Lo que acabas de ver es un Spink, una criatura guardiana, con magia poderosa para defender al reino. Estos pueden brillar en la oscuridad del mismo color que las galaxias y pueden camuflarse con dichas tonalidades —comentó Rygel.
—¿Siendo tan pequeño? —preguntó Ácrux con curiosidad.
—Que el tamaño no te engañe, muchas veces la magia más poderosa la guardan criaturas pequeñas que solemos subestimar —respondió Rygel.
—Rygel tiene razón, los Spinks son muy poderosos; pero solo si están en su hábitat. Muchos de ellos conectan con hadas legítimas de Aistrol y el lazo de conexión que pueden formar es tan poderoso que la fuerza de ambos se puede mezclar —respondió Lyra observando a los Spinks que volaban a su lado.
—¡Oh! Eso es increíble —dijo Selfya sonriente.
—Sí, solo la reina Auryn tiene una conexión en toda la galaxia con un Spink, eso la hace ser un hada muy poderosa —comentó Lúmina.
—¿Alguien pronunció mi nombre? —preguntó la reina Auryn mientras bajaba los escalones lentamente.
Todos hicieron una reverencia al instante en que la reina se posicionó frente a ellos.
—Reina Auryn, con su permiso, les presento a nuestros amigos, Selfya y Ácrux —comentó Rygel señalándolos.
—Un placer reina Auryn —dijo Ácrux inclinándose en señal de respeto.
—Un gusto conocerla —añadió Selfya sonriente mientras hacía una reverencia.
—El placer es mío. Sus amigos me han hablado mucho de ustedes, y por lo que puedo observar han podido salir de la cruel cueva donde se encontraban.
—Sí majestad, gracias a su ayuda y la de nuestros amigos pudimos escapar —respondió Ácrux.
—Fue un placer ayudar, ahora, ya que están de vuelta, podemos continuar con los asuntos pausados anteriormente.
—Concuerdo con la reina Auryn —dijo Rygel sonriente.
—Llámenme sólo Auryn —comentó sonriente—. ¡Síganme por aquí!
Las hadas junto a la reina volaron hacia la parte más alta del castillo. La reina movió las manos en forma circular y la puerta se abrió después de esparcir un gran brillo por toda la habitación. Cuando el brillo cesó, apareció frente a ellos un gran círculo planetario, conformado en el centro por el planeta Pegasi orbitando junto a su estrella progenitora, Helvetios. Alrededor de este giraban las galaxias y estrellas más luminosas del universo, y a un costado estaban esparcidas todas las nebulosas. Los cuerpos astronómicos que más conocían del universo se encontraban ahí.
—¡Esto es increíble! —dijo Selfya asombrada.
—Así nos quedamos nosotros cuando lo vimos por primera vez —dijo Lyra sonriente.
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PEGASI
FantasyEn el silencio y la infinita oscuridad que cubría su alrededor, se encontraba un gigante naranja, el cual contenía en su interior la especie más poderosa de todo el universo mágico: las hadas. Estas lidiaban con un gran peso sobre sus alas, al senti...