Capítulo once: Triángulo de Orión

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Pov Alshain.

El profundo Río Dimidio escondía en su interior una gran salida, la cual conducía al Valle Desolado, donde la belleza abundaba en sus verdes árboles; pero los frutos más preciados de Pegasi no, ya que años atrás un hada oscura arruinó todas las plantaciones y a las criaturas que habitaban en este.

—¡Hace años no visitaba este lugar! —comentó Feiry observando los árboles—. No tenía idea de la existencia del río y su conexión con este valle.

—¿Has estado aquí? —preguntó Alshain sorprendido—. ¿Qué se supone que buscabas?

—Hace décadas unas criaturas habitaban en este sitio, vivían obsesionadas con sus frutos preciados que los mantenía con vida. Intentaron defender a sus árboles plegados de chusst, dicha fruta que tanto amaban; pero no les resultó beneficioso hacer eso.

—¿Los mataste?

—Los maldije —respondió sonriendo.

—¿Conseguiste lo que querías? —preguntó caminado a su lado.

—Ese día no. Los incompetentes no tenían la chusst que necesitaba, la cual me brindaría un gran poder; pero bueno, esas criaturas deben estar muertas al estar dicho valle tan solitario.

—Probablemente —interrumpió Fiur la cual iba cayendo poco a poco al suelo.

—¿Fiur estás bien? —preguntó Alshain al verla caer al suelo.

—Solo es agotamiento... —dijo fingiendo que todo estaba bien.

—Fiur, no me mientas, sabes que compartimos un vínculo y sé que algo no está bien contigo —dijo Alshain acogiéndola en sus brazos.

—¡Debemos continuar! —expresó Feiry interrumpiendo la conversación de Alshain—. Pueden debatir en otro momento sus asuntos de hadas conectadas.

Al escuchar las palabras anteriores, Alshain la miró fijamente, por sus ojos comenzaron a correr líneas de fuego, las cuales señalaban que la sangre de dicha hada hervía, gracias a la actitud del hada oscura, la cual era insoportable para él.

—Alshain, evade los pensamientos negativos, no la escuches —susurró Fiur sin fuerzas.

—Escucha bien mis palabras —expresó acercándose a Feiry—. Por esta vez no haré lo que mi mente anhela, solo porque Fiur me lo pidió. Pídele al universo que mejore, porque si le sucede algo, te mataré. —dijo alejándose de todas las hadas.

Feiry al escuchar su amenaza guardó silencio. El hada sabía que Alshain poseía un poder superior al de ella, y este sin dudarlo iba a cumplir con su palabra. El odio que tenía hacia la pequeña Dainix era inmenso, las razones por las cuales este se iba incrementando era por la gran influencia que tenía en las decisiones de Alshain, el cual retenía sus impulsos más oscuros por su Dainix, la cual era la única con magia blanca pura que lo rodeaba.

—Sé que la razón por la cual no estás bien es tu collar de pierda. Nunca se había oscurecido, por ello nunca habías enfermado —dijo Alshain sentándose en el suave pasto alrededor de varios árboles.

—No estoy enferma —comentó Fiur intentando volar.

—¡Sí lo estás! —afirmó al ver como no podía emprender su vuelo.

—Es cierto, la razón por la cual enfermo es mi collar. Este pierde su brillo poco a poco; pero las razones por las cuales lo pierde no las puedo revelar. Esa acción va contra las reglas de las Dainix —dijo mirando hacia abajo.

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