Pov Alshain.
El poder. Todos los sucesos, buenos o malos, conllevaban a dicha palabra. Miles de estrellas habían estallado, un mar de sangre se estaba creando y un planeta estaba siendo acabado, todo por la sed de la magia más poderosa de todo el universo. El poder absoluto de las estrellas, galaxias, nebulosas, supernovas y todo lo asombroso y sombrío que existía en todo el espacio; el control de la naturaleza, de las tierras plegadas de magia y nuevos tesoros escondidos. Todo lo nombrado no describía completamente lo que significaba el poder del Pegaso: este era vida, pureza, amor; pero también desastre, muerte y dolor.
Los sucesos que se continuaban desarrollando en el interior de Pegasi eran una clara realidad de que las hadas se estaban extinguiendo. Los deseos más oscuros estaban siendo realizados, trayendo consigo que todo lo hermoso de dicho planeta fuera desapareciendo en gran cantidad.
En el reino Ogost se encontraba el príncipe, el cual se auto nombraba rey sin aún obtener la gran corona, la cual no necesitaba. Al derramar la sangre de su propio padre sobre el trono, este había terminado con un legado para comenzar otro, un legado que estaba provocando el fin de la vida, la magia y el planeta. Muchas historias de los libros más antiguos de estos reinos hacían referencia a la supuesta frase de: "El amor nos ciega y nos hace cometer los mayores errores, solo el amor puede destruirte a ti mismo y a todo un planeta". Pero muchos sabían que esto no era cierto, el amor podía destruir hasta los mayores castillos, podía romper los más nobles corazones, esto si uno mismo lo permitía. Pero la oscuridad y el poder podían reinar, construir y, a la vez, destruir, todo con tan solo un poco de este.
El príncipe Alshain se encontraba en la torre más alta del castillo, donde el brillo de la estrella más poderosa, Helvetios, impactaba con sus rayos cada mañana. Pero este día comenzaba siendo una excepción, ya que las grandes nubes abarcaban todo el oscuro cielo, impidiendo que estos atravesaran e iluminaran la gran mañana. El día iniciaba sombrío y triste, lo cual representaba la situación de muchas hadas, las cuales habían perdido a sus familias mediante las batallas, el dolor de los corazones tras separarse de sus conexiones más profundas o la pérdida de todo un reino. Muchas eran las lágrimas derramadas y sufridas para que Helvetios iluminara completamente el planeta, el cual sufría igual que sus habitantes.
—¿Caminarás todo el día de un lado a otro? —preguntó Pheit con curiosidad.
—¿Tienes algún problema con ello? —preguntó deteniéndose.
—No, solo que después de enterarte de que mi hijo poseía el poder que tanto deseas, no has dicho ni una sola palabra. Muy sorprendente viniendo de ti —respondió rápidamente.
—¿Crees que lo sabes todo no? —dijo acercando su rostro al de ella.
—Sé mucho más de lo que crees —respondió tranquilamente.
—Sí, eso lo tengo bien claro —comentó apartándose de ella para tomar asiento—. Por ello vamos a comenzar a platicar tranquilamente.
—Me parece perfecto —dijo el hada, la cual se encontraba atada frente a él—. ¿Qué quieres saber?
—¿Cómo obtengo el poder del Pegaso? —preguntó sin rodeos.
—La respuesta es simple. ¡No puedes! —respondió sin pensarlo demasiado.
—¡Mientes! —gritó levantándose del asiento.
—¿La conversación iba a ser tranquila, ¿no? —preguntó sarcásticamente provocando al hada.
—Me gusta tu sentido del humor, lástima que tu hijo no lo haya heredado —dijo sonriendo falsamente.
—Heredó mi poder, lo cual te provoca una envidia increíble —añadió recalcando sus palabras.
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PEGASI
FantasiaEn el silencio y la infinita oscuridad que cubría su alrededor, se encontraba un gigante naranja, el cual contenía en su interior la especie más poderosa de todo el universo mágico: las hadas. Estas lidiaban con un gran peso sobre sus alas, al senti...