Empezando con buen pie

29 2 0
                                    

Subía por las escaleras hacía la sala común tras la primera clase de Metafísica replanteándose porque había escogido esa asignatura. "Porque quieres trabajar como rompemaldiciones". Ah sí, la voz de su cabeza, siempre tan oportuna. En otro momento, eso le habría dado fuerzas para afrontar los difíciles y subjetivos problemas que le iba a presentar esa asignatura, pero caminando hacía la Sala Común, donde probablemente le esperaba "su futuro marido", el hecho de superarse a sí misma para alcanzar su objetivo se diluía ante el infranqueable muro que presentaba su padre y su opinión sobre cuál era el futuro adecuado para ella. Se dispuso a subir el último tramo  esperando internamente que la pregunta del lobo no fuese exageradamente rebuscada ese día.

Para entrar a cada una de las Salas Comunes de Beauxbatons tenías que resolver una pregunta que te planteaba el guardián de la Casa: Un Lobo con ojos de zafiro para Ombrelune; un árbol de piedra cuya copa tenía un intricado diseño de hojas incrustadas con esmeraldas en Bellefeuille; y una mariposa con las alas adornadas con amatistas en Papillinoise. Cada guardián, presentaba un reto acorde a los atributos que debían tener los miembros de la casa en cuestión. En el caso de la suya, normalmente eran problemas de ingenio o preguntas filosóficas; sabía que el Gran Árbol ( así llamaban al árbol de esmeraldas) planteaba problemas éticos, encrucijadas de comportamiento, y a veces, les proponía un reto a sus alumnos; La Mariposa hacía preguntas de arte, literatura, teatro, o música, también podía pedir una interpretación de alguna de estas, o lo que sus miembros llamaban el pictionary con varita (solo decir que aprendían esta habilidad muy rápido).

Todo este diseño fue idea de la principal fundadora de Beauxbatons, Dorriane Papillonlisse, una bruja brillante, experta en encantamientos, magnífica duelista y una amante de los juegos y enigmas; se encontraban dispersos por todo Beauxbatons, cualquiera podía intentar resolverlos.  Había algunos popularmente conocidos por los alumnos, otros solo por selectos grupos, y había casos en que se encontraban por casualidad y llevaban perdidos siglos.

En su primer año Elise se obsesionó con estos juegos, los buscó por todo el palacio, saco libros de la biblioteca, resolvió todos los que pudo. Y cuantos más encontraba y resolvía, más se convencía de que debía dirigir su vida hacia esa pasión, por eso quería ser Rompe maldiciones.

Al llegar al final de las escaleras encontró a su prima Danielle esperando al lado del lobo, y no tenía cara de buenos amigos. Elise se encogió en cuanto la vio.

—No me puedo creer lo que has hecho.

—¿El qué? — preguntó con la esperanza de que su prima no estuviese allí por la razón obvia.

Danielle se llevó las manos a las caderas y bufó desviando la mirada.

—¿En serio me estás haciendo esa tontería de pregunta?

—Bueno yo...

—¿Sabes de dónde vengo? De dar un paseo alrededor del lago, aprovechando mi tarde libre ¿Y de qué me entero? De que mi prima hechizó a cuatro chicos después de que yo le propusiera a uno de ellos dar un paseo.

—¡No lo hice queriendo! Cuando tú te fuiste ellos... ¡No sé! Estoy enfadada con el mundo y la forma en la que...

—Oh ya, sin querer— La cortó Danielle cruzando los brazos sobre el pecho— ¿También paseaste a Lambert por todo el colegio siguiéndote como un esclavo con tus libros sin querer?

Elise suspiró sonoramente y se pinzó el puente de la nariz.

—Ya estaba hecho Dani — dijo intentando sonar tranquila — Iban a hablar igual, iban a decir las mismas cosas. Solo...Lo aproveché.

—¿Por qué lo hiciste?

—Te he dicho que fue sin querer. — dijo intentando que su prima comprendiese que ella no había querido que aquello pasara.

El juego de BeauxbatonsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora