08 - El buffet (2)

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Livakóvic era muy tímido e inseguro y hasta a veces no sabía bien algunas cosas, pero ahorita mismo estaba seguro de algo.

En el momento que vio al omega, entrando, sintió sus mejillas sonrojarse y desvío la mirada nervioso. No esperaba encontrarlo especialmente a él en ese lugar y menos días después de su extraño encuentro.

La noche pasó con tranquilidad, pero con cierta tensión por parte de los dos. La mesas estaban en frente y lo único bueno es que Dibu no tenía que verlo y estaba dándole la espalda, mas así sentía la mirada del alfa en su nuca.

Emiliano se levantó y agarró su plato para probablemente buscar más comida. Dominik no quería encontrarlo así que no se iba a levantar, pero un Luka molestoso lo obligó a acompañarlo para estirar las piernas.

Cuando llegó a la zona de comida, divisó a aquel argentino con esa ropa tan perfectamente pegada a su cuerpo.

— ¿¡Sos boludo!? — Dijo el otro más pequeño.

— Dale Rodri, no seas salame — Le sonrió — Unas costillitas más...

— ¡Tenés el plato lleno de carne! — Reprendió Rodrigo al omega — Te necesitamos en forma.

No entendía nada, pero por alguna razón se sentía celoso. Ese alfa de feromonas con olor a miel agridulce se veía mucho más cercano y le miraba con unos ojos mucho más bonitos de lo común.

Lo que verdaderamente le hizo que sus venas y su sangre ardiera fue ver al más alto que estaba caminando con el plato lleno de carne hacia su mesa y el tal "Rodri" agarrándole de la cintura con una mano.

Aunque sabía que los celos no eran propios de él, sino del lobo en su interior.

¡Dominik!

El croata se sobresaltó y miró de reojo a Luka que le estaba viendo molesto

¿Que pasó? — Tragó saliva algo sorprendido de su trance. — Te estoy diciendo que vayamos que nos esperan ¿Pasó algo contigo?

No, no te preocupes.

Cómo digas, vamos. — Respondió Luka agarrando de la muñeca a Dominik, jalando al arquero hacia su mesa.

Dibu, quien se dio cuenta de la mirada del alfa, no sé molestó en hablarle.

La noche siguió con la misma tranquilidad inicial, las selecciones cenaron entre risas, juegos y cada una hablando de sus partidos o momentos entretenidos.

Cuando llegó las 10 pm, el anfitrión volvió para llevarlos a la zona de fiesta.

Las selecciones avanzaron en orden y con tranquilidad menos la argentina por razones obvias de ser la más ruidosa. Avanzaban con risas, hablando y haciendo quilombo.

Cuando llegaron, todo se descontroló.

Habían jugadores bebiendo, sentados hablando y bailando.

Dibu hacía parte de los que estaban bailando, había una pequeña ronda donde se movía divirtiéndose junto con su grupito de tarados: Alejandro, Dybala, Cuti, De Paul y Enzo.

— ¡EH! ¡EH! ¡EH! — Gritaba Ale con una botella mientras veía a Dybala ir hasta abajo junto con Emiliano.

— La puta madre... ¡JAJA! — Enzo bailaba lento agarrándose de Julián para no caerse.

Emi agarró de la cintura a Dybala pegándose a él y volviendo a subir lentamente.

— ¡Vos sos papa casada, Paulo! — Alzó la voz Rodrigo desde un poco atrás.

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