Extra - "Palo Santo 🙏"

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Ser beta es bastante complicado dentro de las relaciones afectivas. Los betas son una población más reducida siendo estos un tipo de casta que no puede percibir los olores a primera instancia ni tenerlos. Tampoco pueden ser marcados ni marcar y eso causaba los complejos contra ellos.

Nahuel sabe como es vivir con ello porque él es un beta. No tiene aromas ni colmillos grandes, es solo un hombre más viviendo una vida extremadamente común —sacando el hecho de ser futbolista— y considerándose a sí mismo como un fracaso en las relaciones amorosas.

Se acostumbró a vivir así, no había nada que hacer contra sí ni contra su casta. La mayoría de veces los omegas con los que en algún momento estuvo lo dejaron por un alfa, los betas no le veían nada de atractivo más que su economía estable y los alfas nunca quisieron algo con él. En resumen, un desastre total.

Dejó de centrarse en el amor y comenzó a preocuparse por su carrera como futbolista. Estuvo año tras año cambiándose de club —volviendo a Boca— hasta que el 'Cholo' Simeone lo llamó.

No dudó en mandar al Juventus a la mierda —porque no quería aprender italiano— e ir directamente con sus compatriotas Rodrigo y Ángel. Fue muy bien recibido por sus nuevos compañeros consiguiendo su cariño bastante rápido porque aunque no tuviera un aroma para ser llamativo, tenía una buena forma de ser y comportarse con los demás.

Todo estuvo bien, jugó su primer partido en su primera temporada como titular, se quedó esos días en la habitación que le estuvo dando el club hasta que se pueda mudar. Todo iba bien, los días de entrenamiento eran divertidos gracias a Angelito Correa y Rodri, todo suponía estar bien hasta que vino el segundo partido.

Lo expulsaron por roja y estuvo dos partidos sin jugar por consecuencia de su falta. Está llorando como si fuera un bebé al que le han quitado su juguete, no puede evitar sentirse una mierda por la situación. Está sobrepensando de nuevo, sintiéndose un idiota sin amor. Como le encantaría tener a alguien para abrazar cuando la vida le trataba como ahorita, siente que es capaz de dar todo con tal de tener a alguien a su lado para besarlo y acurrucarse en su pecho para seguir soltando sus lágrimas y sollozos.

Decide no ir al siguiente día de entrenamiento esperando ganar puteadas por parte de su director técnico, está dejándose sumergir en la tristeza en vez de luchar contra ella. No se levanta de su cama en todo el día, y si lo ha hecho ha sido para ir al baño. No ha comido ni ha hecho el mínimo esfuerzo físico más que seguir llorando por culpa de los malditos estados o vídeos de Tik Tok hablando de amor, lindas relaciones y mentiras para betas como él.

Llega al punto del cansancio donde cierra los ojos, no soporta el agotamiento ni el ardor de sus ojos y se deja caer en el sueño junto con la comodidad de su almohada.

Abre los ojos después de horas, la puerta ha sonado, por lo que supone quién es y quiere volver a llorar. Estaba comportándose como un niñito inmaduro, no tiene manera de justificarse y eso lo entristece aún más. La puerta vuelve a sonar, no pierde más tiempo levantándose hacia esta.

— ¿Quién? — Pregunta bajo esperando ser mínimamente escuchado.

— Eh- Soy Antoine — Dice una voz suave detrás de la puerta.

Nahuel frunce el ceño algo confundido porque de verdad esperaba a Simeone viniendo exclusivamente a su habitación a darle la puteada de su vida y "despertarlo".

Se seca los ojos con su dorso mientras abre la puerta y ve al teñido en frente suyo. Antoine agranda los ojos viendo el rostro tan cansado de Nahuel, y bueno, esto no le sorprende para nada al beta.

— ¿Tú... Estás bien? — Pregunta el francés sonando preocupado, sintiendo muy levemente el aroma a Borgoña.

Nahuel suspira algo fastidiado, no quiere falsas preocupaciones para quedar bien. Sólo quiere que le diga que sucede, si es que lo mandaron a él porque como 'Grizi' es el más amigable de todos de seguro iba a sacarle conversación más rápido.

ᕗ Maldito Arrogante Donde viven las historias. Descúbrelo ahora