Capítulo 1

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James no creía que fuera una mala persona. No podía evitar que todo lo relacionado con el retorcido y confabulador imbécil le cayera mal. El maldito Severus Snape, incluso ahora, estaba merodeando en un rincón de la Sección Restringida de la Biblioteca de Hogwart. Como estudiantes de NEWT que se acercaban a sus exámenes, su profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras les había dado a ambos pases para ver algunos de los libros de la Sección Restringida.

Afortunado él, sólo tuvo que decidir visitarla al mismo tiempo que Snivellus. Y, por supuesto, no podía echarse atrás una vez que el imbécil lo hubiera visto entrar. Así que allí estaba, con las piernas dobladas sobre el escritorio mientras hojeaba el libro que había encontrado sobre maldiciones oscuras, sin asimilar ni una palabra, sin atreverse a apartar los ojos del slytherin que estaba en la esquina más alejada de la habitación.

Severus podía sentir los ojos de James mirándolo desde el otro lado de la habitación mientras leía su libro y trataba de no hacer contacto visual con el Gryffindor aunque le estaba resultando difícil. Con James sentado allí le estaba resultando difícil leer su libro de Artes Oscuras, lo que le resultaba muy frustrante, ya que llevaba deseando entrar en la sección restringida desde que había oído hablar de ella en su primer año.

-...¿Podrías dejar de mirarme, por favor?- murmuró en voz baja mientras intentaba no hacer contacto visual con James y seguir leyendo su libro, a pesar de que debía de haber leído la misma línea una y otra vez al menos 30 veces mientras había estado sentado allí dejando que el gran libro aplastara lentamente sus delgadas piernas mientras James se había instalado en la mesa.

James enarcó una ceja ante aquella petición tan extrañamente civilizada. -Podría- dijo con altivez, -pero no lo haré. No puedo confiar en que no me hechices si bajo la guardia-. Observó al slytherin críticamente, el pelo oscuro y brillante colgando alrededor de su cara en cortinas donde estaba de pie, con la cabeza colgando sobre su libro. ¿Por qué estaba tan obsesionado con las artes oscuras? Aquella inexplicable obsesión que parecía tener el chico era lo que más desagradaba a James de él. No era natural que alguien estuviera tan obsesionado con hechizos oscuros diseñados para hacer daño a la gente.

Por suerte, Evans había dejado de salir con él después del incidente de los exámenes finales de dos años atrás, lo que la ponía fuera del peligro de los oscuros y contaminados intereses de Snape, pero aun así había algo que no encajaba con él.

-Supongo que este es tu sueño, ¿no es así Snivellus?- se burló James, cerrando su propio libro y sentándose derecho, con los pies en el suelo. -Aquí arriba con todos estos libros oscuros y solo yo para detenerte. Se rumorea que usaste artes oscuras con tu propio padre-!1.
Severus levantó la vista de su libro al oír las palabras de James y se preguntó si realmente debía responderle algo o si ignorarlo sería la mejor opción. Pero al final decidió tomar el camino más fácil y contestarle.

-Sí, me gusta leer este tipo de libros, me gusta ampliar mis conocimientos de hechizos... a diferencia de otros magos- dijo mirando a James antes de volver a leer su libro con una pequeña sonrisa en la cara mientras se colocaba un mechón de pelo detrás de la oreja, apartándolo para poder leer mejor.

-Además, si te crees rumores como ese, entonces eres tonto- dijo sin molestarse en mirar a James esta vez.

James se puso en pie de un salto. No se consideraba una persona cruel. Nunca le satisfacía hacer daño o atormentar a nadie. Pero Snape, era malicioso, intrigante, oscuro, quería que el resto del mundo lo viera. Y cuando el bastardo había rechazado cualquier esfuerzo que había hecho para disculparse por su comportamiento en los últimos años, cuando había salvado al imbécil de ser comido o algo peor por Moony (gracias al plan espectacularmente estúpido de Sirius), su deseo de exponer su oscuridad sólo había aumentado.

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