41- Un primo/tío viene al rescate

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P.O.V. Leo

—¡¡NO!! –grita (T/N)___________.

Desde el suelo, encogido sobre la herida y con la vista nublada por el dolor, veo a (T/N)__________ dar un salto y partirle la crisma al rey con su espada, que sólo tiene tiempo de abrir mucho los ojos antes de caer muerto. Luego, como si no hubiera hecho más que cascar una nuez, deja caer su espada al suelo y se arrodilla a mi lado.

—No, no, no, no, no —murmura al ver mi herida.

—Ey, mira el lado bueno —me las arreglo para sonreír— Ahora me parezco más a Rue.

—¡No es el momento, Leo! ¿En serio te hacen una herida mortal y lo primero que se te ocurre es bromear sobre Los Juegos del Hambre?

—Estabas muy guapa viendo cómo adolescentes se mataban entre ellos.

Si me muero ahora mismo, ya me puedo ir tranquilo solo por el sonrojo de (T/N)____________.

—¿Tienes... alguna planta milagrosa o algo que me cure?

—No —dice (T/N)__________ desesperada llevándose las manos a las sienes— Esta vez es gordo, muy gordo, necesitamos ayuda.

Como si la hubiera oído, un Lamborghini rojo mate desciende de lo alto con una luz cegadora.

Oh, no. El que faltaba.


P.O.V. (T/N)__________

Aún no salgo de mi asombro cuando el Lamborghini se posa en el suelo y un chico que aparenta unos veintipocos años sale de él. Es alto, rubio con la piel bronceada y bastante guapo. Cuando se quita las gafas de sol, revelando unos ojos azules, sonríe.

—¿Qué tal, primita? Soy Apolo.

Extiende una mano hacia mí con la intención de chocármela, ignorando totalmente la presencia de Leo, que intenta no desangrarse.

—¡Señor Apolo! —inclino rápidamente la cabeza— Gracias por venir, veréis...

—¡Eh, eh, alto ahí! —Apolo se vuelve a colocar las gafas de sol y alza la barbilla— No me trates de usted, por favor. Me hace sentir viejo.

—...Vale —no me esperaba eso— Verás, Apolo, es que nos han tendido una trampa y han herido a Leo —el aludido saluda con la cabeza desde el suelo y contiene un gritito de dolor. Me giro hacia el dios y le miro a los ojos— ¿Puedes ayudarle?

Apolo chasquea los dedos y me señala, con su sonrisa deslumbrante en la cara.

—Tienes agallas, (T/N)__________ Brown, y eso me gusta. No suelo interferir en las misiones de los héroes, pero considerando que este chaval nos salvó el trasero a toda la humanidad el verano pasado, le salvaré la vida encantado.

Y, adquiriendo un semblante serio, se vuelve a quitar las gafas de sol y me las pone en las manos.

—Y ahora déjame espacio, primita —dice crujiéndose los nudillos y apartándose el pelo de la cara— Tengo una vida que salvar.

Al ver al dios cernirse sobre él, Leo traga saliva y me mira como pidiendo socorro.

—Tranquilo Valdez, sólo puede que te duela un poquito.

Apolo respira hondo muchas veces y susurra un haiku sobre lo asombrosos que son sus poderes que prefiero no escuchar. Cuando respira por decimonovena vez, le doy un golpecito en la espalda.

—Ejem, ¿Apolo? ¿Va o no va?

—Oh, sí, sí, perdón.

Mira a Leo muy fijamente durante unos diez segundos y de repente grita:

Just Like Fire [Leo Valdez y tú] TERMINADA✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora