Ahora en el auto de este hombre, piensa en lo ridículo que debe verse, llorando como un niño pequeño, dando lástima. Se imagina que su profesor debe creer que está haciendo todo esto por el jodido examen, no lo hace.
—¿Es aquí? —cuestiona el hombre deteniendo el auto, haciéndolo alzar la vista para ver por la ventana del auto hacia el edificio.
—Mhm, aquí es —asiente, apretando los labios un poco incómodo.
Louis baja del auto y abre la puerta para el muchacho que se encuentra en los asientos traseros, temblando como una hoja y pálido como la nieve. Harry cree que no puede sentirse peor en este momento, claro está equivocado, todavía las cosas pueden ser peor, mucho peor.
Aprieta la mochila contra su pecho al bajar del auto, agradeciéndole a su profesor por haberlo traído hasta casa. Realmente no tiene idea de lo que hubiera hecho de no ser por el hombre, quizás hubiera entrado en pánico y se hubiese escondido en los baños a llorar hasta que su cabeza explote, posiblemente, es lo más sensato que se le ocurre por el momento.
—Te acompaño hasta tu departamento.
—No es necesario —contesta, demasiado bajo, con la voz temblando y las piernas fallandole.
—No puedo dejar que subas así, quiero asegurarme de que llegues bien —insiste el mayor.
Asiente, solo quiere llegar rápido para poder acostarse a dormir y olvidarse de todo por un par de horas. Necesita descansar y dormir por algunos años si es posible, hasta que todo mejore.
Ambos caminan hasta la puerta de entrada del edificio, con Louis sosteniéndolo por la cintura para mantenerlo asegurado y estable, es un lindo gesto pero su tacto le quema. Dentro del ascensor siente que está a punto de vomitar su estómago, lo odia. Agradece mentalmente cuando la caja metálica se detiene en su piso y ambos pueden bajar.
—Es por aquí —lo guía el rizado, caminando hasta su departamento, tomando las llaves de dentro de la mochila y, con un ligero temblor de manos, abriendo la puerta.
Pasa directamente hasta dejarse caer sobre el sofá, poco importando lo vacío que se ve el lugar, solo importando el dolor de su cabeza y el mareo que lo llena. Louis lo sigue detrás, cerrando la puerta y tomando asiento a su lado, asegurándose de que el muchacho se encuentre bien.
—¿Puedo traerte un vaso con agua? —cuestiona el hombre, recibiendo un asentimiento por parte del menor. Camina hasta la cocina, buscando un vaso y buscando dentro del refrigerador un poco de agua, sirviendo de la canilla al no encontrar nada.
De camino hasta la sala se permite observar el lugar por primera vez, notando cuán vacío se encuentra, no hay absolutamente nada en el lugar. Normalmente hubiera esperado encontrar un lugar desordenado y lleno de fotografías, paredes pintadas y mucha decoración. No obstante, no hay nada de eso, no hay fotos en las paredes, no hay dibujos, no hay adornos ni demasiados muebles, todo está ordenado y limpio.
Le entrega el vaso de agua al menor, el cual agradece con una leve sonrisa y lo bebe hasta la mitad.
—¿Te sientes mejor? —pregunta preocupado.
Harry levanta su cabeza, mirando al hombre por primera vez desde que entraron en el departamento. Un suspiro escapando de sus labios y la presión en su pecho volviéndose cada vez más fuerte, el nudo en su garganta creciendo y las lágrimas acumulándose en mayor cantidad.
—Ven aquí —lo llama el hombre, atrayéndolo en un fuerte abrazo, acariciando la espalda del rizado con sus grandes manos. Tan cálido.
Si tan solo hubiera tenido más abrazos de su parte antes.
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daddy the grandmaster [l.s]
FanfictionHarry es un joven universitario con el sueño de recorrer el mundo. Louis es su nuevo profesor de francés.