Tres días antes. 3 de noviembre de 2017.En alguna parte del polígono industrial. 7:00h.
Pese al caos que reinaba en el país aún quedaban zonas en las que se trabajaba. Los empresarios no querían perder su fortuna, así que dieron la opción a sus empleados para seguir con su rutina si así lo deseaban y crearon protocolos para movilizarlos con seguridad, desde sus casas hasta las fabricas. Los más prudentes se alejaron de las grandes ciudades y viajaron a zonas de montaña, a pueblos fantasma en mitad de la nada o simplemente salían del país sin saber que terminaría siendo inútil. Los más incrédulos decidieron quedarse en sus casas y seguir con sus vidas a pesar del peligro. Al fin y al cabo, estaban alejados de los pueblos y era imposible sufrir un ataque sin darse cuenta antes. Muchos, a pesar de las pruebas, negaban la existencia de los "zetas" y aseguraban que era todo un engaño para controlar a la población y erradicar a los rebeldes. Otros simplemente estaban convencidos de que si no les había pasado nada a esas alturas probablemente no les llegase a ocurrir. Seguro que las fuerzas militares lo tenían todo bajo control.
Lucía llevaba apenas una hora en su puesto de trabajo y ya estaba pensando en su descanso de las 10h. No es que no le gustara su trabajo, pero esa era la única hora en todo el día que podía pasar un rato con su chico. Se sorprendía que a esas alturas nadie en la oficina se hubiese enterado de que salía con su jefe. No solo eso. También vivían juntos. O sus compañeros eran muy tontos o se lo hacían demasiado bien. Hugo pasó por su lado y le dedicó una sonrisa. Miró el ordenador, apuntó unos números en su libreta y se acercó a ella.
- ¿Cómo va la chica nueva?- De momento se defiende bastante. Ahora me está ayudando con unos informes para elseñor Benítez, para que vaya cogiendo el ritmo. Le estoy enseñando muy bien, no tepreocupes.- No esperaba menos. Escucha...- bajó un poco el tono – cuando salgamos del trabajo tengouna sorpresita. Feliz aniversario.
Le dio una suave y discreta caricia en el brazo y se alejó hacia la recepción. Era día de visitas y tenía que salir todo perfecto. Lucía le lanzó una sonrisa a su compañera por encima del cubículo y le dijo por gestos que más tarde le contaría todo.
A sus veinticinco años, Lucía había conseguido escalar puestos en la empresa sin apenas esfuerzo y sin ayuda de nadie. Tres años atrás, había llegado allí sin tener ni idea de lo que le esperaba en su nuevo empleo. Siempre había trabajado cara al público en una pequeña tiendecita de pueblo, hasta que sus jefes decidieron que sobraba personal. El primer trabajo de su vida, en el que había aguantado desde los diecisiete años para compaginar con la carrera de marketing, se le escapaba de un plumazo. Meses después la llamaron para un trabajo en las oficinas de un almacén del polígono, entre Barcelona y una pequeña ciudad de sus alrededores, mal pagado y completamente nuevo para ella. Como no encontró nada mejor y no era un trabajo demasiado complicado, aceptó. Para sorpresa de todos se le dio muy bien desde el primer momento, tanto que estrechó lazos personales y profesionales con sus jefes y, un año y medio después, la ascendieron al puesto de encargada de pedidos nacionales. Se ganó el respeto y confianza de sus compañeros y, pasados unos meses más, comenzó una relación con Hugo, su jefe.
El chico apenas era dos años mayor que ella, pero desde el principio congeniaron muy bien. El único inconveniente que había en tener una relación con su jefe eran los compañeros. Todos sussuperiores estaban al corriente y no había ningún problema, pero Lucía no quería que los demáspensasen que le habían regalado el puesto, cosa totalmente ridícula ya que había trabajado como nadie.
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El resurgir
HorrorEn el año 2017, un virus amenaza con la destrucción del mundo tal y como lo conocemos. No se sabe qué es ni cómo a aparecido, lo único seguro es que todo al que atrapa resurge de entre los muertos para vagar eternamente por nuestro mundo. En Barcelo...