7 Dolor y sangre

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Avanzaban de prisa por las calles de Barcelona. Subieron por unas Ramblas silenciosas y desiertas. Donde antes había sido todo alegría, bullicio y mezcla de nacionalidades viviendo en armonía en lo que era uno de los lugares más icónicos de la ciudad condal, ahora se respiraba tensión, soledad y miedo. Pasaron entre los innumerables puestos de flores, kioskos y heladerías ahora vacíos, a excepción de algún gato o algún perro que merodeaba en busca de algo que llevarse al estómago. Si les hubiesen dicho que vivirían en un escenario como aquel, posiblemente se habrían reído y habrían continuado con sus vidas como si nada. Pero aquello era real y tenían que afrontarlo para sobrevivir.


Al llegar a la altura de plaza Cataluña se metieron en una calle adyacente y llegaron al portal de la casa de Connor. El holandés respiraba con dificultad, habían subido toda la avenida corriendo sin parar y llevaba meses sin hacer ningún tipo de deporte. Se prometió que cuando terminase todo aquello empezaría a entrenar otra vez. Lucía apoyó una mano en su hombro para llamar suatención.


- ¿Estás listo? Si necesitas que entremos primero los demás...- Tranquila, creo que puedo afrontar lo que encuentre. Gracias por apoyar esto.- Tu nos apoyaste a los demás, ahora nos toca a nosotros.- se abrazaron unos segundos-.Cuando estés listo, te seguimos.


Entraron despacio al rellano y volvió a envolverles aquel silencio sepulcral que habíanexperimentado el día anterior. Poco a poco, subieron las escaleras que les conducían al primer piso, pero en seguida notaron que algo iba mal. El ambiente conforme subían era... distinto.


- Aquí pasa algo.- Yo también lo noto, estad atentos...-. Hugo avanzó y pasó detrás de Connor, dejando a losdemás algo atrasados y vigilando el pasillo-. No os hagáis los héroes.- Dijo el que se ha ido corriendo a encabezar la marcha.- Es en serio Lu, te conozco, no hagas ninguna tontería.- Tranquilo, os cubro aquí atrás.


Avanzaron hacia el final del pasillo, hasta la última puerta donde vivía Connor. Conforme seacercaban, el ruido de fondo era más audible. Se quedaron paralizados al ver la puerta entornada. Connor se llevó una mano a la cara y cerró los ojos unos segundos, pidiendo con fuerza que sólo fuese por vandalismo y que su familia ni siquiera estuviese allí. Los prefería en cualquier otro lugar si eso significaba que estaban a salvo. No sabían exactamente lo que era. Sonaba como un débil gorgoteo en el interior de una de las habitaciones que conectaban con el pasillo. Al holandés le temblaba el cuerpo incluso antes de poner una mano en el pomo, así que fue Hugo quien entró primero.


Todos juntos fueron entrando a la vivienda, atentos a cualquier sonido en su interior, pero solo se escuchaba el correr del agua. Fueron directos al origen del sonido y se vieron dentro de un pequeño cuarto de baño con las luces encendidas. El grifo del lavamanos dejaba caer el agua desde quién sabía cuando. Lucía, nerviosa por el correteo del agua, cerró el grifo y todo quedó en silencio.


- Posiblemente hayan forzado la puerta para llevarse provisiones, seguro que no hay nadie.- Vamos a ver.


Al darse la vuelta todos saltaron hacia atrás por el susto.


- ¡Santi!


Connor se adelantó deprisa para coger en brazos al pequeño que acababa de aparecer, sin hacer el menor ruido, justo detrás de ellos, pero solo los demás vieron la expresión de angustia en su rostro.

El resurgirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora