𝑨𝒎𝒐𝒓 𝒚 𝑮𝒖𝒆𝒓𝒓𝒂 || Mɪʟᴇs Qᴜᴀʀɪᴛᴄʜ & T/ɴ

𝚃𝚎𝚖𝚙𝚎𝚛𝚊𝚝𝚞𝚛𝚊

—¡BUENO YA BASTA! En ningún maldito momento te autorice que me llamarás "amor" "cariño" "lindura" o algún otro de esos malditos
seudónimos— exclamó T/n con furia.

—Lo siento, creí que te gustaba— contestó con asombro el sujeto.

—NO, NO ME GUSTA Y LÁRGATE DE MI MALDITO ESPACIO— siguió gritando T/n levantándose de la cama para sacarlo al carajo.

«Infeliz de porquería, por su maldita culpa mi querido Miles ya no quiere saber nada de mi» se dijo a si misma la jovencita mientras entraba a la cama.

T/n estaba apunto de cometer una barbaridad que probablemente le costará la vida, pero las ganas que tenía de hablar con su amado eran enormes y eso le daba fuerza.

Con cuidado revisó que no hubiese nadie fuera de su habitación, se puso su chaqueta, sus pantalones militares y colocó sus armas en el cinturón del mismo.

Tomó su valiosa mochila con sus pertenencias y sus fotos.

«Ahora entiendo, no tengo nada que hacer aquí. Mi madre está muerta, y el hecho de estar aquí no ayudará a revivirla. Tendremos que luchar» reflexionaba T/n mientras salía de su habitacion con mucho cuidado.

Fue con cautela hacia el puerto de la base donde había embarcaciones, submarinos y toda clase de vehículos acuáticos.

T/n abrió la compuerta de uno de los submarinos y entró con rapidez.

Taylor la vio y se acercó a ella con inseguridad.

—A dónde te diriges mi niña— exclamó en voz baja el teniente.

—Me voy Taylor, ya no soporto ni un maldito minuto más aquí. ¿Vienes conmigo? ¡ENTRA YA!—

Taylor no lo pensó dos veces, subió al vehículo y pregunto con curiosidad

—Sabes manejar esta cosa—

—Desde luego Ty, mi madre me pidió que aprendiera y así lo hice—

—Ok, vamonos—

T/n dejó caer el vehículo al agua, al contacto con está las alarmas sonaron haciendo que los soldados sé despertarán y atacarán con tiros hacia la cosa que se movía bajo el agua.

T/n se alejó rápidamente de la base sintiendo una felicidad extrema y festejaba con su padre la exitosa partida.

—Excelente idea el haber puesto un rastreador en el Ikran de Quaritch, ahora sabemos dónde están— dijo T/n con astucia al recordar que cuando Taylor dejo la carta con el Coronel, este se aseguró de saber siempre dónde estaban.

—Eso solo se te ocurre a ti hija. Eres igual de intrépida que tú madre—

—Si. Vamos a casa, a mi verdadera casa—

Taylor y T/n anduvieron bajo el mar por más de 10 horas hasta que amaneció.

En el rastreador se marcaba la dirección correcta pero todavía les faltaba mucho para llegar a la región de los Metkayina.

—Oh dios que lento. Tengo hambre, Ty ¿Puedes buscar algo de comer en mi mochila?—

Taylor buscó entre todas las bolsas y encontró barras y barras de chocolate.

—Sabes que comer esto te hace daño hija, porque no comes algo
saludable—

—Agh Taylor, ya basta con tus sermones. Dame una y no preguntes nada—

Taylor mirándola un poco enojado le dió dos barras de chocolate con nuez.

T/n con una mano iba manejando y con la otra comiendo.