Es una historia de nuestro guapo Coronel Miles Quaritch en una bonita, alocada relación amorosa con (. ) Donde el principal objetivo se definirá... Escogemos la guerra o el amor. «Los personajes solo son referencias para la historia y...
-No, que me voy a caer- decía con miedo T/n mientras su amado le enseñaba a domar un Ilu con delicadeza y destreza.
-No, mantén tu mente concentrada cariño. No es como el Ikran- respondía Quaritch con seriedad mientras tomaba a T/n de la cintura con sensualidad.
Y si, hace algunas horas había llegado Norm con la máquina para transportar la mentalidad de T/n hacia el otro cuerpo.
A la chica le encantaba estar en su cuerpo de Avatar, era como sentirse libre y autónoma. A no tener miedo y a ser más fuerte que cualquier ser.
Habían pasado toda la mañana tratando de domar a un Ilu, pero Quaritch era demasiado sobreprotector con T/n que en vez de ayudarla, está solo se lastimaba más.
-Oh vamos Coronel, dejeme intentarlo YO SOLA- exclamó T/n con un poco de desesperación.
-Ok, ok lo que tú quieras encanto- dijo el sujeto quien rendido a su amada con los brazos en el aire se retiró del agua hacia la playa haciendo su hermosa caminata.
«Que alguien limpie mi conciencia, este hombre es irresistible» decía T/n en su mente mientras se acercaba al animal que hace algunos días había hecho una conexión extraña cuando estaba en su cuerpo humano.
Miles se quedó en la playa, mirando con detalle lo que hacía T/n y rescatarla en caso de que le pasará algo.
-Deberias darle su espacio Quaritch, ella es una guerrera. No necesitó de ti antes y mucho menos ahora- decía Tonowari mientras se acercaba al soldado dándole palmaditas en la espalda.
-Es lo que intento, pero no sé que me pasa. Soy más... ¿Protector?-
Tonowari sonrió mirando a T/n domar al Ilu tan fácil como debío haber sido desde la primera vez.
Quaritch solo miraba con cariño y orgullo a su hermosa pareja nadando delicadamente en el agua con el precioso animal.
En otra parte estaban Spider y Kiri dentro de una choza platicando.
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-Las rayas azules poco a poco se te borran- decía la jovencita mientras miraba a la espalda del joven.
-Agh si, y no trajimos la pintura- respondió el chico con ternura.
Ambos guardaron silencio, se sentía la presión y lo incómodos que permanecían tan cerca pero al mismo tiempo había una sensación de gusto.
-Spy, quiero decirte algo- dijo la chica con el diminutivo que le habían puesto ella y sus hermanos.
